Capitulo 2

889 Words
Mi departamento es grande, la fortuna de mi familia me lo permite. Eso gracias a que soy única hija, así que todo su dinero lo usan para consentirme, solo con la condición de que estudiara para administrar el negocio familiar; una línea de edificios de oficinas y hoteles de lujo. Así que vivo en el Pent-house de uno de nuestros edificios. Al entrar, lo primero que viene a mí es Rufus, un gato muy gordo y flojo de color gris que tengo desde hace unos años, es mi mejor amigo y compañero de piso. Él tiene literalmente su propio palacio para dormir, pero prefiere estar en el sofá o en mi cama. Me encanta porque es muy flojo y desinteresado que lo hace parecerse a mí. Rufus maúlla al verme, pero después de unos pocos segundos pierde el interés en mí y se va. Mientras camino por la sala saco mi celular del bolso para enviarle un mensaje a Alex, mi mejor amigo. Sam: "¿Dónde estás? ¿Quieres ver Netflix o ir por unos tragos?" Al no recibir una respuesta inmediata, me dirijo a mi cocina para servirme una copa de vino blanco. Reviso la nevera para comprobar que Luci (mi ama de llaves) haya dejado algo de comer para mí. Saco un trozo de lasaña y la meto en el microondas para calentarla, mirando fijamente como el plato gira dentro del aparato; en ese instante suena mi celular anunciando la respuesta de Alex. Alex: " Lo siento Sam, estoy con Frank hoy. ¿Pero qué tal el sábado?" Frank es el novio de Alex, solo nosotros sabemos su secreto. Alex es muy reservado y a plena vista parece muy masculino. Lo conocí en preparatoria cuando un día traté de coquetearle, pero me rechazó y en lugar de eso terminamos hablando de cosas increíbles; se convirtió en mi mejor amigo después de esa noche y ha estado conmigo siempre, excepto que ahora tiene novio y no tiene mucho tiempo para mí como antes. Sam: "OK". Envío el mensaje sin esperar su respuesta, estoy un poco molesta, me siento abandonada. El pitido del microondas me avisa que mi comida ya está caliente, pero apenas la saco, me doy cuenta que ya perdí el hambre, así que la deposito en el plato de Rufus. Registro la nevera en busca de helado, encontrando solo una sosa vainilla que no tengo idea de cómo llegó ahí. Necesito uno de chocolate. Ya es de noche así que busco mi abrigo y subo al ascensor para ir al super que no está muy lejos de aquí, por lo que puedo ir caminando. Salgo del ascensor, no sin antes toparme con el molesto botones del edificio, es muy lindo, pero solo por besarlo una vez que estaba ebria, cree que me gusta. - Señorita, que linda se ve hoy- me sonríe ampliamente. -Gracias Kevin- le sonrío incomoda. - tengo que irme. - y salgo del edificio sin mirar atrás. Camino por la acera mirando a todas partes, topándome con un montón de parejas felices abrazándose y besándose, eso aumenta mi furia. No me importa el romance, no quiero una relación, pero hoy me siento más sola que nunca y me da algo de envidia verlos tan felices. Paseo por los pasillos del supermercado con una canasta en las manos para meter mis cosas. Cerca de los lácteos está un niño gritando a todo pulmón a su madre; no puedo imaginarme lo estresada que ella debe estar, y eso me hace pensar en que nunca me gustaría tener hijos, aunque eso será fácil si no tengo pareja, además tengo un implante anticonceptivo y todos mis encuentros sexuales son con preservativo. Estoy pagando mi helado de chocolate, una papas, refrescos y palomitas de microondas. Parecen las compras de una mujer despechada, no lo estoy, pero sonrío al imaginarlo. Alzo la vista hacia la puerta del super, donde veo entrar a Miller, luciendo casual y relajado, siempre sonriente. ¿Vivirá cerca de aquí? Termino de pagar mis artículos, yéndome tan rápido como puedo, sin que él note siquiera mi existencia. Apenas llego a casa, enciendo la tv para ver una película en Netflix y hartarme con helado. Pasan un par de horas hasta quedarme dormida con Rufus ronroneando a mi lado. Escucho el ascensor abrirse, ya sé de quién se trata, así que corro a recibirlo. Se ve jodidamente sexy con una camisa blanca remangada hasta el codo con algunos botones abiertos. Mi primera reacción es brincar a su cuello, enredando mis piernas a sus caderas; sus labios encuentran los míos en un beso voraz, necesitado, buscando saciar las ganas de comernos mutuamente. - Hola nena- murmura al separarse un poco de mí. Su voz es como un afrodisíaco para mí. -Jhon...- jadeo besando su cuello. Gruñe excitado, atrayéndome más hacia él, llevándome cargada al sofá de mi sala, mientras empiezo a quitarle la camisa dejando pequeños besos y mordiscos por todas partes. Solo escucho sus jadeos que me excitan más y más, mis manos bajan lentamente la cremallera del pantalón, hasta poder ver su monumental erección. Subo hasta su boca buscando besarlo, manteniendo los ojos cerrados mientras disfruto el delicioso sabor de sus labios, hasta que rompo el beso cuando mis pulmones reclaman oxígeno, pero al mirar su rostro me doy cuenta que se trata de Alex...
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD