Capítulo I

2558 Words
Un hombre sin pasiones está tan cerca de la estupidez que solo le falta abrir la boca para caer en ella. —Séneca. De en medio de la densa oscuridad emergió cual preciosa ninfa, su exuberante cuerpo enseguida logró captar su absoluta atención, ya no tenía ojos para nadie más que para esa preciosa hechicera y su cautivante esencia, es que se trataba de toda ella, gloriosa, magnifica como una diosa virgen a punto de ser sacrificada, porque él podía ver que aquello no le agradaba sus ojos oscuros como la noche se lo dictaban.  Toda la música y el ruido del exterior perdieron interés pues él solo podía concentrarse en esa figura perfecta danzar. Por sus movimientos fácilmente podía deducir que llevaba años haciendo eso pero Kyrian no entendía el motivo por el cual aquello le molestaba tanto. A duras penas apartó la mirada de esos preciosos risos dorados que se movían al ritmo de su cuerpo para desviar sus ojos a su alrededor y como lo temía, todos y cada uno de los hombres que estaban allí la miraban con embeleso. No podía culparlos pero tampoco podía apartar aquellas bestiales ganas de acabar con todo aquel que osara mirar a su hermosa sirena. Tuvo que apretar los puños y mandíbula cada vez que escuchaba esas repulsivas palabras que decían para ella. —Es preciosa ¿A qué sí? —preguntó Aeron a su lado. Acto seguido Kyrian lo miró como si quisiera asesinarlo a lo que el hombre a su lado solo se encogió en hombros sonriendo con empatía. — ¿Tu también? Maldición ¿Debo recordarte que tienes una esposa esperando en casa? Aeron sonrió divertido ajustando sus lentes para después relamer sus labios secos. —No debes recordarme absolutamente nada primo, créeme que recuerdo a la perfección a mí muy sexy esposa. Kyrian se limitó a gruñir para volver a posar su mirada ámbar en la sirena cautivadora que lo atraía como el infierno. —Sí, todos sabemos la maldita suerte que has tenido con Lawri ¿La drogaste para casarse contigo? —Todos lo comprenden menos mi madre, no entiendo cuando va a aceptarla pero respondiendo a tu pregunta la enamoré con mis 22 cm. Aquello hizo que Kyrian se volteara a verlo incrédulo. ¿En serio Aeron acababa de decir eso? —Muy bien, ¿Quién eres y qué hiciste con mi primo empollón? Aeron sonrió como acostumbraba encogiéndose en hombros. —Tú preguntaste…Oh, creo que deberías mirar al frente, te estás perdiendo de un espectáculo digno de ver. Enseguida volteó al frente y lo que vio secó su garganta. Ante sus ojos aquella mujer hermosa de nombre desconocido comenzaba a desnudarse descubriendo su lozana piel, Kyrian cerró los ojos y respiró con dificultad, quería creer que era solo a él a quien se le desnudaba sin embargo el vulgar griterío y las palabras obscenas no ayudaban demasiado no obstante cuando sus ojos conectaron con los suyos todo a su alrededor pareció desvanecerse, volvía a sentirse como un adolescente al cual se le aceleraba el corazón porque la chica que le gustaba al fin lo había mirado. Kyrian no volvió a perder ningún detalle de ella ni siquiera cuando su primo le hablaba para llamar su atención, solo eran él y esa misteriosa doncella a la cual estaba más que dispuesto a hacer suya. * Salió de su ensoñación aún más tenso de lo que ya estaba. Caminando por su oficina de un lado a otro con una fotografía en sus manos en la que aparecía un niño quien le hacía sentir extrañamente familiar y cálido. Kyrian suspiró. ¿Qué haría a partir de ese momento? Tenía un hijo de 4 años y a una mujer que posiblemente no quisiera devolvérselo tan fácil como planeaba, pero él no era uno de esos hombres que se diera por vencido, había buscado a su hijo por doquier y por fin lo había conseguido, nadie se lo llevaría otra vez. Por otro lado también estaba ella. No podía sacarse de la cabeza a esa mujer tan hechizante… Sus movimientos seductores, sus torneadas piernas, su cuerpo de sirena, su cara de ángel y sus risos de oro que se movían al igual que el contoneo de sus caderas.Maldijo entre dientes.No sabía cuántas erecciones había tenido desde que la había visto por primera vez. Su recuerdo volvía a él una y otra vez atormentándolo. Deseaba a esa mujer como no había deseado a ninguna otra, ¡Y que lo condenaran pero debía tenerla!La anhelaba sobre su cama gimiendo su nombre. ¿Podría ser ella? Su única, la causa de su obsesión. Todos los Areleous tenían a una mujer que los llevaba al límite y que con solo verla la reclamaban como suya, la llamaban única porque así era, en todo el sentido de la palabra. Por ella lo darían todo, desde el primer momento que la encontraban lo sabían, entonces luchaban para que ellas sintieran lo mismo.Kyrian nunca antes se había sentido de ese modo hacia ninguna mujer, ninguna le había despertado tal pasión y a la vez le había hecho querer protegerla de todo y todos. Suspiró tratando de encontrar la calma, en esos momentos debía estar pensando en la mujer que tenía a su hijo, esa era la prioridad ahora, debía quitárselo, 4 malditos años buscando a Melissa Andrade y finalmente había encontrado que su nombre verdadero era Elena Thorne y que además se había muerto dejando a su hijo en manos de una extraña. Aquello le hacía hervir la sangre. Su único heredero en manos de una desconocida. — ¿Qué vas a hacer con la mujer? —Preguntó Aeron haciéndolo salir de sus pensamientos. Giró la cabeza hasta su primo quien lo miraba con curiosidad y suspiró dejando la foto sobre el escritorio. —Pagarle para que se aleje de mi hijo —dijo con simpleza. Como si fuera tan sencillo… — ¿Piensas decirle la verdad? —No —aseguró frunciendo el ceño—, eso haría que se encariñara con mi hijo y pusiera resistencia.—No creo que...—No voy a cambiar de opinión. —Estás ansioso y no creo que sea porque esa mujer está a punto de llegar ¿Se trata de la belleza del bar? —Preguntó esta vez sonriendo con picardía. Kyrian dejó a un lado su ceño fruncido dándole la bienvenida a una sonrisa. —Estoy esperando su informe, necesito saber todo de ella. —En serio te dejó noqueado. —Esa mujer va a ser mía Aeron, por los dioses que así será. Y lo que un Areleous quiere lo consigue. * Bella suspiró al encontrar al dueño de su corazón acostado en el sofá durmiendo sobre el regazo de Blanca la cual también estaba dormida. Cerró la puerta sin dejar de sonreír y se encaminó hasta donde estaban ambos, tomó enseguida a Alex en brazos entonces Blanca se despertó. Le guiñó un ojo a su hermana menor y con el niño en brazos subió las escaleras hasta llegar a su habitación y acostarlo en la cama. Lo contempló con el corazón latiendo con fuerza, Alex era el niño más precioso que hubiera visto en toda su vida, sus ojos cálidos, su rubio cabello, su cara angelical siempre conseguía ponerla de rodillas y concederle todos sus caprichos, ¿Y cómo negarse si Alex era tan parte de ella como nadie lo había sido nunca? Alex era la cosa más maravillosa que le había pasado en la vida. Cuando Elena le había rogado que se sometiera a una gestación subrogada en su afán por tener un niño, Bella había enloquecido, Elie le había explicado que Alex sería su hijo biológico y de su actual novio, había asegurado que ella no debía preocuparse por nada. Elena había parecido tan desesperada por tener ese hijo que Bella sintió que su corazón se rompía al verla llorar de impotencia por no poder concebir un bebé, entonces no pudo negarse y ahora daba gracias a Dios por ello. Elena nunca le presentó a su novio y él tampoco estuvo muy interesado en ver cómo iba el embarazo por lo que cuando Elie murió le dieron la custodia del niño ya que su mejor amiga no tenía familia que se encargara de él. Lamentablemente Elena había muerto al salir del hospital el mismo día que Bella había dado a luz a Alex y agradeció a Dios que al menos su mejor amiga se hubiera ido feliz al cielo pues había tenido a Alex entre sus brazos. Ese era su único consuelo. Trayéndola a la realidad de nuevo el niño abrió los ojos bostezando previamente lo que causó que Bella sonriera sin remedio, Alex estiró sus bracitos hacia ella para después balbucear adormilado la que para ella era la palabra mágica. —Mami. Cerró los ojos saboteando la dulce sensación que le llegó al escucharlo, Alex no había dejado de llamarla de ese modo desde que Blanca se la había enseñado, su hermana menor era la única en su familia que la apoyaba con respecto a Alex.Bella no había podido arrancarle esa palabra de la boca, a pesar de su corta edad Bella le había dicho que él tenía una mamá en el cielo entonces Alex había sonreído para ella y le había soltado de golpe que Bella sería su mamá en la tierra. Nada la había llenado más que aquello. —Duerme cariño —susurró acariciando su cabello. Cuando finalmente se quedó dormido otra vez salió de su habitación encontrándose con Blanca cruzada de brazos mirándola expectante. — ¿Qué pasa? Su hermana resopló fulminándola con la mirada antes de caminar a la sala otra vez. —No puedes seguir así Bella, estás matándote. » En la mañana trabajas en esa estúpida empresa donde todos te miran por encima del hombro, en la tarde de mesera y en la noche ¡En ese maldito bar! Ya no lo aguanto ¿Entiendes? Me duele que pases por tanta mierda y yo no pueda hacer nada —soltó ella con los ojos cristalizados—, voy a dejar la universidad y ayudarte. Bella abrió los ojos de golpe al igual que su boca balbuceando palabras inconclusas y finalmente después soltó un chillido ensordecedor. ¡No podía permitirlo! Blanca era demasiado inteligente y buena en sus estudios además que tampoco quería tener a su madre sobre su espalda agregando otra culpa más a su larga lista, no necesitaba otra vez escucharla despotricar contra ella. — ¡No! Trabajas como niñera de Verónica, me ayudas lo suficiente con eso. Salió de la sala dando por terminado el tema sin embargo Blanca no estaba dispuesta a rendirse y la siguió por el pasillo hasta su habitación. —No es cierto y ambas lo sabemos —dijo fulminándola con la mirada—, además de que Verónica al parecer se ha ido de vacaciones con su hijo así que estoy parcialmente desempleada. —No vas a perder tu semestre ni tu beca por mi Blanca, ¡Eres la más inteligente de las dos! Tendrás muchas oportunidades si te gradúas, eres mi orgullo y el de la familia. Blanca la miró como si lo pensara para luego suspirar y se acostó sobre el sofá. —Bells... — ¡Ya he hablado mocosa! Blanca le lanzó una mirada divertida antes de sacarle la lengua. —Tampoco me gusta que mi sobrino te extrañe tanto, a veces llora por ti. Bella se sentó a su lado sintiendo una opresión en el pecho ante lo dolorosas que eran sus palabras sin embargo trató de desviarse. —Sigues insistiendo en que Alex es mi hijo. — ¡Lo es! Eres la única que no se da cuenta, su pelo dorado es como el tuyo y su mar... —Es en lo único que coincidimos Blanca —la cortó de inmediato sabiendo lo que vendría a continuación—, pero solo es eso, una coincidencia.  Yo nunca conocí al padre de Alex así que pudo heredar eso de él.  Yo no soy su madre biológica a pesar de haberlo llevado en mi vientre aunque tú quieras creer lo contrario. Pero no supo si trataba de convencer a Blanca o a ella misma. * — ¡Alexander Samuel Roberts, vas a llegar tarde! El niño dejó con un puchero el control del videojuego sobre la mesa mientras que Bella le dedicaba una mirada enojada a Blanca quien se lo había encendido. —Mami, es que tengo que aprovecharlo, Darek me lo ha prestado. —Y tiene que devolvérselo en la tarde —concluyó por él Blanca quien se ganó más miradas envenenadas por parte de su hermana mayor. —Pero tienes que ir a la escuela. — ¿No puedo faltar? —preguntó con ojos suplicantes. —Casi me haces caer en esa encantadora trampa tuya pero no lo has logrado así que camina ahora antes de que perdamos más el tiempo. —Eso es un no rotundo bebé —se carcajeó Blanca. Bella ni siquiera se molestó en voltearse a reprenderla, se limitó a tomar la mano de Alex y caminar hacia la puerta. Al salir a la calle se sintió extrañamente vigilada lo que la hizo caminar más rápido de lo normal pero con Alex de la mano no pudo hacer demasiado. Afortunadamente la escuela se Alex estaba en la siguiente calle y se sintió más segura de dejarlo allí. —Mami ¿Vendrás a buscarme? Cuanto le dolía tener que alejarse de Alex, si no necesitara tanto el dinero... —Cariño, sabes que no puedo, lo hará la tía Blanca cuando salga de la universidad. Alex se aferró a su camisa y sus ojos se llenaron de lágrimas. —Yo quiero que seas tú mami, por fa... —Alex, no puedo bebé. Entonces él comenzó a llorar rompiendo por completo su corazón, Bella lo alzó y lo envolvió en un abrazo conteniendo sus propias lágrimas. —Voy a tratar de venir por ti ¿Si? Alex asintió inseguro. —Voy a traerte en la noche algo muy bueno ¿Vale? Ahora debes entrar, la maestra está esperando, te amo. —También te amo mami. La abrazó y besó su mejilla antes de irse. Bella lo vio alejarse y se giró buscando la amenaza. Y casi se desmayó al ver a un hombre que frecuentaba el bar enfrente de ella. Su corazón dio un brinco y su boca tembló de miedo. ¿Él la reconocería? Pedía a Dios que no y que el antifaz que siempre usaba hubiera hecho bien su trabajo. No quería que nadie en la escuela de su Alex supiera de su trabajo nocturno, si bien no se acostaba con nadie por desgracia eso era lo que creerían, siempre asociaban a las bailarinas exóticas con prostitutas. Mareada trató de apartarse de su camino sin embargo el hombre enseguida la bloqueó con su cuerpo. Estaba tan alto y fuerte que no podría moverlo. —Déjeme pasar —dijo con tono fuerte haciéndole ver que no tenía miedo alguno aunque era todo lo contrario. —No lo creo señorita Roberts, lo que pienso es que usted debe acompañarme ahora mismo. Bella no se perdió de su amenazador tono y cuando su mano tomó su brazo no pudo reprimir un gemido de terror puro y crudo. 
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD