Cap 9

901 Words
*Capítulo 9: El Despertar del Alfa* A la mañana siguiente, me desperté sintiéndome un poco mejor, aunque no lo suficientemente recuperado para volver a las actividades diarias. A pesar de que el ardor en mi cuerpo había disminuido, decidí seguir el consejo de mamá y permanecer en la cama todo el día. —Bastian, descansa bien hoy. Estás más recuperado, pero aún necesitas recuperarte por completo. Te he preparado caldo de pollo para que te sientas mejor —me dijo mamá mientras me acomodaba las mantas con cuidado. Ella salió de la casa con la intención de ir al pueblo a buscar algunas hierbas y remedios adicionales para ayudarme a recuperar mi energía. Mientras ella se alejaba, me recosté en la cama, sintiendo el calor reconfortante del caldo que me había dejado en una pequeña mesa al lado de la cama. Con los ojos cerrados, traté de relajarme y descansar, pero pronto me di cuenta de que algo inusual estaba ocurriendo. Una voz suave y familiar empezó a resonar en mi mente, despertándome del semi-sueño en el que me encontraba. —Hola, Bastian, Bastian, ¿no me escuchas? Sé que me escuchas. Deberías escucharme —dijo la voz, con un tono de urgencia que me hizo abrir los ojos de golpe. Miré alrededor de la habitación, pero no había nadie allí. La voz era claramente mental, como un susurro que resonaba en mi mente. Me esforcé por centrarme en la voz, intentando discernir de dónde provenía. —¿Quién eres? —pregunté mentalmente, sorprendido y algo asustado. —Hola, soy Damián y soy tu lobo —respondiendo con una tranquilidad que contrastaba con mi confusión. —¿Cómo es posible que pueda hablar contigo? —inquirí, mi mente girando con preguntas. —Es fácil, en realidad. Estoy aquí porque somos uno —explicó Damián, con un tono que parecía entender mi confusión. —No entiendo. ¿Qué significa eso? —pregunté, intentando comprender el significado detrás de sus palabras. —Tienes una conexión especial conmigo, Bastian. Eso es algo que sucede cuando alguien como tú está en sintonía con su verdadero yo —dijo Damián, su voz llena de una calma reconfortante. El calor del caldo y las mantas a mi alrededor se sintieron distantes mientras me concentraba en la conversación. Sentí que el calor del cuerpo que me había atormentado comenzaba a disiparse, pero la inquietud mental seguía presente. —¿Y qué debo hacer ahora? —pregunté, con una mezcla de ansiedad y curiosidad. —Todo a su debido tiempo. Hay mucho que aprender, pero confía en tus instintos. Lo importante es que entiendas que esta conexión es parte de quién eres —dijo Damián, con un tono que ofrecía consuelo y guía. El silencio se apoderó de mi mente por un momento, mientras procesaba la información. La idea de tener un compañero lobo dentro de mí era desconcertante pero, al mismo tiempo, fascinante. —¿Podemos hablar de más cosas? ¿Cómo puedes ayudarme? —pregunté, buscando más información sobre nuestra conexión. —Puedo ayudarte a entender tus habilidades y a conectar mejor con tus instintos. Es un proceso gradual, pero juntos, podemos enfrentar cualquier desafío que venga —respondió Damián, con un tono que me dio esperanza. La conversación mental fue interrumpida por el sonido de la puerta de la casa que se abría. Mamá había regresado del pueblo, y pude escuchar sus pasos acercándose. Ella entró en la habitación con una bolsa llena de hierbas y un par de frascos de medicamentos naturales. —Bastian, he traído algunas cosas que deberían ayudarte a recuperarte más rápido —dijo mamá mientras se acercaba a la cama y colocaba cuidadosamente los frascos sobre la mesa. Me miró con preocupación, notando mi expresión pensativa. —¿Cómo te sientes ahora? —preguntó, sentándose a mi lado. —Me siento mejor, mamá. Gracias por todo —le respondí, intentando sonreír para tranquilizarla. —Estoy contenta de oír eso. Es importante que te tomes el tiempo necesario para descansar. Toma este caldo y las hierbas que te he traído. Te ayudarán a recuperar fuerzas más rápidamente —dijo mientras me servía una porción de caldo y me ofrecía las hierbas. Mientras tomaba el caldo, noté que mamá observaba atentamente. Sabía que estaba preocupada por mi bienestar, y su apoyo incondicional era una fuente de gran fortaleza para mí. —Mamá, no te preocupes demasiado. Me siento más tranquilo ahora. Creo que estoy entendiendo un poco mejor lo que está pasando —le dije, sintiendo que debía compartir parte de lo que experimenté. —Eso está bien, cariño. Siempre estoy aquí para ti, y vamos a superar esto juntos —respondió, acariciando mi mano con ternura. Con el tiempo, mamá se aseguró de que estuviera cómodo y bien alimentado. Mientras me recostaba y comenzaba a sentirme más relajado, me di cuenta de que la conexión con Damián era solo el comienzo de un viaje mucho más grande. Aunque el dolor y la fiebre habían sido intensos, ahora sentía una renovada determinación de enfrentar lo que viniera, con el apoyo de mi madre y mi nuevo compañero lobo. La noche se aproximaba y el silencio en la casa era reconfortante. Sabía que la vida nos había puesto a prueba, pero también estaba seguro de que, con la fuerza de nuestra conexión y el amor que compartíamos, podríamos superar cualquier desafío que nos esperara.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD