- No las escuché, mis oídos por un momento se detuvieron y solo escuché la bocina del auto y mi corazón iba a mil - digo y mamá, junto con Lía, se miran cómplices.
- Ve, baja las escaleras con cuidado, que te están esperando - dice Lía y ni bien dice eso, no les doy tiempo a nada y bajo rápido las escaleras, espero no caerme con estos tacos. Odio usarlos, pero según Lía dicen que le dan un toque femenino a toda la ropa, no idea, yo prefiero mis championes.
Mi corazón va a mil y noto mi nerviosismo porque el calor que siento en las mejillas es muy grande. Una vez bajo al recibidor, voy al baño de allí y me miro en el espejo y es como decís, mis mejillas rojas como tomate, parece rubor. Sonrío frente a la imagen que tengo de mí y veo mis ojos con un leve color bordo y en el lagrimal un to
