Toco el timbre de la casa de Lea y escucho cómo vienen corriendo bajando las escaleras, sonrío ante esa acción y veo a Lea en mis brazos. Se ve tan tierna, tan dulce y está tan dormida, que ni tiempo a despedirme de ella me dio. Me agrado salir con ella, es tímida, pero cuando quiere tiene esa locura de querer llevarse el mundo por delante y con la acción que hizo hoy, me lo demostró. - Buenas noches - dicen frente a mí y levanto la vista. La mamá de Lea, frente a mí, sonrío y mira a su hija. - Buenas noches, señora, si es tan amable, ¿me dejaría pasar? - digo y ella simplemente se corre de enfrente y me da paso. - Sí, joven, adelante - dice y ni bien paso ella cierra la puerta - la habitación de ella está arriba, ¿puedes llevarla o quieres que te ayude mi esposo? - dice y mentalmente m

