Capítulo 3

1626 Words
— ¿Cómo es que ellos estarán el equipo? Dijo molesto, David. — No se nos informó nada sobre eso, y solo hemos sido los cinco siempre —habló con tono odioso y mal educado y se había notado claramente el ahínco al decir cinco, por lo que Sophia intervino de inmediato. —No queremos sonar groseros y mal educados y tampoco vanidosos, pero es cierto lo que dice mi compañero, nadie dijo nada sobre ustedes —miró a los otros dos chicos que se mostraban incómodos —. Siempre durante tres años, hemos sido solo el grupo que acaba de aterrizar. Junto a Ryanne y Liann, se encontraba un señor joven, que de pronto daba un aire a Peter, salvo que este no llevaba lentes de diseñador, sino un gran bigote de foca que le daba un aspecto chistoso, era Ryan Scott, representante de la Base en ese país. —Disculpen de verdad chicos, esto fue algo de última hora, apenas unos minutos antes de que aterrizara su vuelo conversé con Peter, a él tampoco le agradó la idea, pero al explicarle la situación no le quedó más remedio que entender nuestros motivos. — ¿Motivos? Se podría explicar —Era Emma quien por fin decía algo. —Claro, este es el asunto, estos dos chicos están en la Universidad de Montreal desde hace dos meses trabajando en secreto, ya saben, de incognito, nadie informó que la Base le había asignado el trabajo a ustedes y como verán, a ellos —observó a los dos chicos de reojo — , tampoco se les dijo nada al respecto y no podemos decirles que se vayan así como así después que han estado en esto hace meses y no creo que a la gente de Londres les agrade esa idea, ya saben, chicos como ustedes están regados por todas partes del mundo. Así que yo como encargado de la base en el país de Canadá no me queda de otra que hacerlos trabajar en equipo en esta misión. Así que ustedes deciden, trabajan con ellos, o simplemente regresan a jugar a la base. Las últimas palabras detonaron el ya mal humor de David. — ¡¿Jugar en la base?! ¡¿Cree que somos unos niños?! Mire… No terminó la frase porque de uno de los lados de la gran limusina se asomaba un pequeño plasma, en el que pareció de inmediato el rostro de Peter. — ¡Mis héroes bebés! Calma ya llego daddy. Los chicos querían que se los tragara la tierra, se sintieron avergonzados de que su cariñoso tutor los llamara así delante de esos extraños. Peter siguió su parloteo e ignoró las miradas asesinas de David y Sophia. —Bueno, me imagino que mi estupendo amigo Ryan les debió ya informar del dúo que estará con ustedes, así que chicos, a trabajar con ellos, los conozco muy bien, bonjuor les enfants. (Hola niños) —Bonjuor Peter —. Le respondieron a dúo el par de nuevos chicos. —Pourriez-vous s’il vous plaît non appelez-nous pas les enfants — le dijo Liann con media sonrisa. (Podrías por favor no llamarnos niños, es lo que dice, Liann) —Disculpen, es que la última vez que los vi eran tan pequeños, hace unos cinco años, ahora están tan grande et belle. (Grandes y hermosos) Alguien se aclaró la garganta. Era ya saben, David. Peter continúo. —Ok chicos, simplemente son reglas, no se las tengo que recordar, ustedes las conocen más que yo ¿no? Así que muchachos a trabajar con Ryanne y Liann, ellos han adelantado algo de trabajo y les prometo que es solo por esta vez; es algo que se nos escapa de las manos, por ahora, trabajen los siete juntos, suerte a todos….y por cierto Ryan, me debes un almuerzo —el aludido lo observó confundido —, te dije que cuando hablara con mis chicos no protestarían para nada y que si era así, me invitabas a un almuerzo —Ryan lo miró de soslayo.  —Jamás te prometí nada, tu solito inventaste eso — Peter sonrió y se despidió de todos. La tensión todavía reinaba en la limusina, sin embargo Ashley con su aura romántica, habló con una gran sonrisa: —En vista de que está oscureciendo ¿Podríamos ir a algún sitio a comer algo? No sé ustedes, pero yo me comería diez hamburguesas de una. Todos sonrieron y Liann les respondió muy animado: —Conozco uno, un sitio genial.   Los chicos se dirigían a un conocido restaurante de la maravillosa ciudad de Quebec. Se había hecho un silencio incómodo dentro de la limosina tras la pequeña discusión de David por el hecho de que tuvieran dos nuevos compañeros; el ambiente resultaba endemoniadamente pesado. No tenían alternativa alguna pensó Sophia así que si debían trabajar con ese par lo harían y punto, en fin, lo más importante era la misión. De camino a la ciudad luego de salir el aeropuerto, Ryan Scott abandonó la gran limosina frente a un lujoso edificio en cual se encontraba su apartamento; muy respetuosamente se disculpó por no acompañar a los adolescentes, pues según él, su esposa lo esperaba para una cena de suma importancia.  Emma tuvo la leve sospecha de que todo eso era una mentira de mierda, lo único que atinaba a ser cierto: el hosco Ryan no le apetecía cenar con los altaneros niños de Peter, así de simple. Luego del largo recorrido, valga decir: ridículo, silencio, incómodo, algunos susurros y una que otra mirada de soslayo, gracias a los cielos la limusina se detuvo en una larga calle bastante elegante. Los chicos bajaron de uno en uno y como era costumbre, los buenos modales surgieron de parte de los caballeros del grupo ayudando a las chicas a descender del coche. David fue el primero en salir y ayudar a las damiselas y cuando tocó el turno de Sophia soltó un pequeño gruñido, pues ella se mostraba renuente a darle la mano a David, él sabía más que de sobra que su amiga del alma detestaba las muestras de caballerosidad de quien sea, en sí, odiaba cualquier tipo de muestras de cariño hacia ella, rayos, ella era una maldita piedra en el zapato si te metías en sus asuntos. Alex maravillado con su nueva novia no dejaba de sonreír; la ayudo a bajar del gran coche elegante y ella saltaba de emoción, una emoción tan cursi que Emma quería llorar de fastidio. Liann y Ryanne no daban crédito al comportamiento de estos cinco chicos, ¿dónde mierda se suponía estaban esos cinco héroes tan especiales de los que todos hablaban?  Ambos, para su desgracia, estaban un poco decepcionados de ese grupo ya que hasta entonces solo habían demostrado: rabia, mala educación, apatía por no mencionar otras cosillas desagradables. La fastidiosa salida iba a ser una patada en el trasero, pensó David observando el panorama, pero, todo cambió al ver el rostro alegre de sus compañeros, al girarse David pudo comprobar el porqué del gesto de sus amigos, salvo los dos “entrometidos” que lucían normal. Frente a ellos se encontraba un grandioso restaurante, Le Saint Amour (Santo Amor) uno de los mejores, escuchó decir detrás de él. La fachada tenía el aspecto de una gran mansión, con grandes ventanales de cristales cubiertos con madera color marrón claro; de pie justo a la entrada de tres escalinatas les sonreía muy amablemente un joven señor que supusieron era quien les daba la bienvenida al lugar. De inmediato les hablo. — Bienvenue à Le Saint Amour.  Los chicos le sonrieron y agradecieron casi a coro: — Merci. De inmediato los condujo dentro del grandioso restaurante. Todos escaneaban el lugar, no impresionados, porque los siete estaban acostumbrados a este tipo de lujos, sin embargo de vez en cuando experimentar esa sensación de perfección en sus vidas era grandioso. El Saint Amour era grande y majestuoso, toda su decoración era en colores: rojo, n***o, blanco y caoba. Realmente exquisito y perfecto. El mesonero al ver al gran grupo los guío al final del pasillo en donde estarían más cómodos y con más espacio para ellos, no sin antes pedirles sus abrigos para guardarlos mientras cenaban con tranquilidad, si es que llegaban a eso, por los momentos nadie pronunciaba palabra alguna. Ya ubicados en su respectiva mesa, les trajeron el menú. Ryanne decidió que era hora de dar el paso y llevar la fiesta en paz, todo sea por el bien de la misión. Se aclaró la garganta, tomó un largo respiro y habló: —Eh... ¿chicos? —Todos le lanzaron de inmediato una mirada curiosa— Les puedo sugerir probar Boeuf et carottes biologiques arc-en-ciel: filet mignon A poêlé, mousseline de carottes liée au beurre noisette rosace de pommes de terre au romarin échalotes grises caramélisées, sauce béarnaise au vin rouge jus de viande sirupeux. Los chicos dominaban varios idiomas y entendieron perfectamente lo que su nueva compañera les quería decir. Es un plato de comida que consiste en carne con zanahorias y patatas caramelizadas. Liann le guiñó un ojo coquetamente a su compañera de trabajo por el gesto de apaciguar las aguas, el resto asintió de la mejor manera posible, ellos tambien deseaban de igual forma que las cosas se llevaran. Luego de degustar sus deliciosos platos, tomaron un poco de vino, solo una copa se les tenía permitido cuando estaban de misión. Entablaron una conversación amena, agradable, allí sentados los siete, a su alrededor los demás comensales sonreían, charlaban, sin si quiera imaginar que en ese momento los rodeaban más de 10 personas encubiertas esparcidas por allí, las cuales eran los guardaespaldas de nuestro preciado Team. Dejando el 3er capítulo :D Mood: ¡me dio hambre!
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