—Llegaste, al fin. —Señor, no podía salír de dónde me había escondido, eran demasiados hombres de seguridad —dijo el subordinado a su Jefe. —¿Él estaba ahí? —preguntó mirando al techo . —Si señor, con su novia actual. —¿Novia, jajaja? —se rió en tono burlón. —¡Quiero las fotos ahora! —exigió. El subordinado pasó unas fotos de un hombre que jugaba golf, el hombre en cuestión miraba las fotos de Eros, era él a quien le habían tomado las fotos. El sujeto pasó sus dedos en el rostro de Eros y preguntó a su hombre de confianza. —¿Y como van las cosas en los negocios? ¿Ya entramos a ser parte de sus nuevos socios? —Si señor, el señor Graham ya aprobó a nuestros socios, la mayoría y ahora estás dentro. —Que bien —dijo intentando reír un poco. —Si señor, su hermano no reirá así cuando q

