"La quiero atrapar en mis manos" pensaba Eros, parecía estar obsesionado con Gwen Maena.
La puerta se abrió y apareció Nancy, en cuanto entró, Eros preguntó.
—¿Aceptó? —insiste en que quiere una fiesta de bodas.
—¿Qué?
—Dice que ella no estará casándose a cada rato, así que al menos quiere una boda con celebración.
—¿Puedes creerlo? Ella cree que me engaña, quién sabe, talvez en el fondo sabe que sigo siendo un hombre rico, quiere llamar mi atención.
—¿Me permite decir lo que pienso de ella y de ti?—pidió Nancy. Él asintió.
—Señor Graham, Pienso que usted es quién está obsesionado con esa chica. Te aseguro que si fuera su hermana Linda Maena la que hubiese presentado ante ti, ya hubieras mandado a esa chica y todo el asunto por la borda.
—¿Porque estás tan segura de eso? No sabes que lo que crees que sabes de mí, no es así como piensas que es — Eros se sentía incómodo de ver que Nancy diera su opinión respecto a sus asuntos.
—Puedo verlo —, dijo ella —ver que estas no solo obsesionado con esa chica dulce, sino que también ella te gusta.
Enseguida se sentó el hombre, su semblante tranquilo se volvió áspero y su mandíbula se endureció como nunca, Nancy lo miró y se rió para sus adentros. Ella prosiguió.
—Bueno, ella me dijo que su abuelo pagará los gastos de la boda si usted no tiene el dinero, así que despreocúpate, eso a ella no le importa. —Nancy lo mencionó para que Eros supiera que Gwen no iba tras su dinero y así dejara todo por la paz.
•••
Nancy era una mujer educada, pero no tan femenina, haciendo referencia en el aspecto de su carácter, no su físico, tenía un temple más marcado que la de cualquier hombre, sus ojos eran penetrantes y diligentes, cuando tenía a alguien en frente, rápido llegaba a una conclusión casi casi acertado a la verdad.
Mejor dicho era una mujer dotada en inteligencia. También le gustaba ser justo y siempre estaba del lado razonable, y aunque Nancy era joven de tan solo 27 años, ella siempre actuaba con una madurez impresionante.
A Eros le agradaba Nancy y siempre le gustó tenerla en su equipo de trabajo, cuando ellos eran niños, Nancy y Eros eran muy buenos amigos.
El padre de Nancy murió y la familia perdió su estatus y la riqueza que le precedía, pero Nancy era una persona culta, educada, mas no ambiciosa, siempre soñó con encontrar alguna vez a su media naranja, o su medio limón.
Al contrario de la hija, la madre de Nancy siempre soñó con emparejar a su hija con el heredero de los Graham, lo que pasaba es que, hasta la misma madre de Nancy desconocía que la historia de que Eros había fracasado en los negocios, era falso.
Cuando lo supo, ella murmuró diciendo, "es una mala coincidencia, siempre quise que mi hija y Eros fueran pareja" desde jóvenes los veía juntos y me gustaba.
—Mamá, ya llegué —dijo al llegar a casa.
—¿Vienes de cuidar a Eros? Ustedes son tal para cual —dijo Beatriz Longory.
—Mamá, quiero algo de paz. Por favor, no sigas con eso —reprochó Nancy.
—Hija, aún su apellido y las influencias que han mantenido, te ayudaría si eres tú quién se casa con Eros, ¿porque no haces caso a tu madre, niña tonta? —Nancy frunció el ceño en rechazo a lo que dijera su madre.
Nancy estaba ilusionada de vivir un amor apasionado, real y honesto, nada de atrapar al chico rico.
Si bien creía que Eros regresó de estar por años en una escuela para niños dotados, ya siendo un hombre adulto, regresó siendo un hombre muy atractivo, Nancy pensaba que siempre fue guapo, o sea, no era que se hiciera una cirugía y cambiara su físico, él siempre había sido bien parecido y atractivo.
—"¡Ay hija!" —dijo la madre de Nancy —"¡Voy a tener que ayudarte a ligar a Eros!" —eso era lo que pensaba hacer Beatriz.
Para Beatriz Longory, a Eros le precedía muchos de sus antecesores multimillonarios, o sea, era una familia con una fortuna de antaños, y así como alguna vez empezaron la fortuna cientos de años atrás y supieron mantener ese estatus, Eros saldría de ese momento de crisis sin caer en la desgracia de ser la generación que cayera al abismo de la pobreza.
«« Si supiera que Eros sigue siendo tan rico e incluso ahora es dueño de todos los negocios mal manejados de aquellos usureros despilfarradores, mi madre no me dejaría en paz »»
—¡Mamá, olvida ese asunto por favor, si! —dijo Nancy antes de desplomarse en la cama. Su madre cruzó los dedos, no pensaba dar tregua.
Nancy y su madre vivían en un suburbio de clase media, ella no ostentaba su pasado brillante, no salía a fiestas, "era una buena mujer" a como lo llamaría un hombre en su estado de exigencia pura.
Dos horas después, Nancy despertó, ella salió corriendo de la habitación, le dijo a su madre que estaba sentada tejiendo una chamarra.
—¿Mamá, no dije que me despertaras temprano?
—¿Ahora que dirá Eros? —se quejó Nancy.
—¿Que va a decir de qué? Necesitabas descansar, así a ese ritmo de vida que llevas, pronto perderás tu belleza.
—Ah, es lo de menos mamá.
—¿Lo de menos? Un hombre le gusta tener a una mujer bella, hermosa, radiante, no una envejecida esposa.
—Madre, ¿olvidas que yo no soy su esposa?
—Bien, es por que no quieres, chica tonta —gritó Beatriz.
Nancy hizo sus ojos al revés volteándose, ella dijo a su madre lo siguiente.
—Mira, te hablaré con la verdad para que dejes a un lado tu obsesión con mi Jefe, él se casará en estos días y hoy por dormirme, no he podido ir temprano a organizar su fiesta de bodas
—¡Qué!
—¿Que diablos dijiste?
—Lo que oíste, deja de emparejarme con Eros, él será un hombre casado en muy poco tiempo.
Nancy dejó a su madre con la boca abierta y se fue a todo mamón.
En el camino, por un momento pensó en lo que su madre dijera, se imaginó ella abrazando a Eros y él estirando la trompa para darle un beso cursi, se sacudió la cabeza en señal de negación, así como si con eso dejara caer las ideas de su cabeza.
« ¡No, no, no! » dijo en voz alta. Llegó al hotel Holiday flowers, ella entró con su presencia arrolladora, saludó a la de recepción y pasó a la oficina de la gerencia, ahí saludó a la directora de dicho hotel y entró al grano, a lo que iba.
—Señorita Oddin, estoy aquí para llegar a un acuerdo respecto a la renta del hotel en su totalidad por tres días.
—Aah si, ya el señor Graham me llamó y habló conmigo, ya está listo y especificado la petición, señorita Longory, él dijo que usted pasaría por aquí para la confirmación. —Nancy quedó estupefacta.
—Si señorita Longory, ya el CEO de la Multinacional Empresa de tecnología ya me llamó —dijo la gerente del hotel mostrando una gran sonrisa.
«¿Qué?» pensó Nancy.
Nancy salió de ahí muy molesta. No entendía a Eros, no conocía ni bien a Gwen, pero era él quién se desvivía por casarse con ella y él, solo él era el obsesivo maniático.
A donde Nancy iba para hablar del local o lo necesario para la fiesta, encontraba que Eros ya había hablado con el responsable, así Nancy solo encontraba que todo estaba listo.
«¡Maldita sea!» Se dijo Nancy.
Al regresar al hospital, encontró a Eros en compañía de Gwen.
Nancy solo suspiró hondo, Gwen se puso de pies y dijo a Nancy.
—No se preocupe mucho por su sobrino, está mucho mejor. —Gwen creía que Nancy estaba así estresada por las preocupaciones del problema de su sobrino, no sabía que era por otras cosas triviales hasta ahora.
—Si —dijo ella. Conociendo bien a Nancy, Eros pensó que había algo con Nancy, así que preguntó.
—¿Pasa algo señorita Nancy?
—Si —dijo ella. —pasa que alguien me envía a hacer unas diligencias, pero luego los hace el mismo por la ansiedad que sufre.
Eros se puso a reír, Gwen miró a Eros sonreír, le pareció mas atractivo de lo que ya era al sonreír, pero encontró el ambiente bastante raro, por otro lado.
—Señorita Gwen, ¿cómo va el asunto de los negocios en la Fábrica de su padre? —preguntó Eros.
—Papá lo está resolviendo —dijo Gwen.
Eros solo asintió ante su respuesta, después de un momento se presentó el abogado con los papeles para casarse por el civil, los cuatro testigos, en este caso, Gwen traía a dos personas como testigos y el señor Eros a otras dos personas.
Satisfecho con lo que acababa de pasar, Eros se sintió feliz con la rápida y sencilla ceremonia.
Nancy solo observaba a cada protagonista de este casamiento, se dió cuenta que Gwen no estaba ni tán alegre ni tan entregada al matrimonio civil que acababa de llevar a cabo con su frío y solitario jefe, Nancy pensó que el carácter de Eros había cambiado mucho, pero por razones de que él viviera en otra ciudad y en otro continente, nunca supo de la razón de su cambio.
En cuanto a Gwen, le pareció que se casaba por petición de su familia, no por que le urgiera estar casada.
—Debo irme —dijo Gwen, todavía dejando mas perpleja a la pobre Nancy, Eros dijo:
—Ahora eres mi esposa ante la ley, voy a mandar a dejarte —Por un instante a Eros se le había olvidado que se hacía pasar por pobre.
Gwen dijo:
—Oh, no es necesario que me acompañes, sé andar sola. —la cara de Eros se volvió oscura al ver que Gwen no tomara en serio sus palabras.