Al entrar a la enorme mansión, Gwen miró muchas caras desconocidas, la fiesta empezaba, pero Gwen se sentía como pez fuera del agua. Eros se acercó a ella y le dijo. —¿Que pasa cariño? ¿Por qué esa cara larga? —ella era franca y respondió así mismo. —No acostumbro a estar en fiestas, mucho menos que sea yo el foco de atención de esa fiesta, ¿no ves? ¡Todos nos miran! Eros se rió sutilmente y dijo: —Es porque mas de una quiere estar en tu lugar. —Gwen hizo puchero al oírle decir eso. Este hombre tiene el ego muy crecido, se dijo para sí, sin embargo no dijo nada, solo observó la situación. La fiesta estaba llena de invitados vip, sin embargo Gwen seguía sintiéndose fuera de lugar. Por la noche, su marido le dijo: —Mañana salimos de viaje —Gwen se sorprendió. Ella preguntó. —¿Dónde

