Amor Sin Edad

Todas mis novelas. Están registradas bajo derechos de autor, no se permite la copia de esta novela ni de ninguna otra o la persona que lo haga tendrá problema no solo por infringir copyright, si no, también con la empresa Dreame. Estoy empacando mis cosas con mi mamá Julia, estoy tan emocionada, estudiaré  en Estados Unidos. Papá es el presidente de una empresa, su mejor amigo es el vicepresidente. Claro que estoy triste por dejar a mamá, pero quiero también estar un tiempo con papá, aun que será como estar con un desconocido, hace años atrás papá engaño a mamá, y se fue a Estados Unidos porque le ofrecieron la oportunidad de ser el presidente de una de las empresas más grande de exportación. Gabriel mi amor platónico, también era muy unido con mamá luego que papá se fuera, pero mi papá le ofreció irse a vivir con él y le ofreció el puesto de vicepresidente.  Soy Alexa tengo 18 años, cabello n***o largo, piel blanca y mido 1,62, y nunca he tenido novio, si pretendientes, pero nunca me intereso ningún niño rico. Solo podía pensaba en Gabriel. Hablo con mi amiga por última vez por mensaje, Alondra dice que estoy un poco mal de la cabeza, pero no me importa, yo solo quiero dormir para ver a papá y a Gabriel. Ya son las 3:AM de la madrugada, mamá me lleva al aeropuerto, y mi mejor amiga Alondra viene con nosotras al aeropuerto, platicamos un poco y nos despedimos con abrazos, lágrimas y besos, abordo el avión, y en él vuelvo me siento ansiosa, ya quiero llegar, pero estoy un poco cansada después de practicar un poco el inglés, porque puedo hablarlo, pero me cuesta un poco, me quedo dormida. No me doy cuenta, y ya es hora de salir del avión. ¡Ya llegamos! Estoy en el aeropuerto, y papá dijo que vendría por mí. Camino por el aeropuerto, y empiezo a buscar con la mirada a papá, y allí esta, aunque haya pasado 8 años parece que los años no pasaran en él, se ve guapo con su traje, corro para abrazarlo y él me recibe y me levanta como cuando era pequeña. Ya son las 8 de la mañana. Papá me lleva a desayunar a un restaurante lujoso, comemos y luego me lleva a casa. Entro a la casa de papá. Es hermosa. —¿Tienes a alguien? —Le pregunto. —No tengo a nadie, estoy soltero —me aclara papá.  Pienso que es mejor así, no quiero lidiar con una madrastra. Sale una mujer de la cocina. —Niña, bienvenida a casa —me dice la mujer con una cálida sonrisa.  —Ella es el ama de llaves, su nombre es Karen —me dice papá. —hola le agradezco mucho —le digo a la mujer, mientras le doy un apretón de manos. La mujer cae muy bien, tiene una hermosa sonrisa. —Espero que seamos amigas —me dice.  —Claro que si —le contesto con una sonrisa amigable.  Papá recibe una llamada de la empresa, y se va dejándome a solas con Karen. —Vamos niña, le enseñaré su habitación.  —En primer lugar háblame de tú, y solo dime Alexa, podemos ser amigas —le digo. Ella asiente con la cabeza muy contenta.  —Vamos Alexa, te mostraré tu habitación.  —Claro, quiero ver mi habitación —le digo. Llevo mis maletas con la ayuda de Karen, entro a mi habitación, es hermosa, pero tiene un detalle, todo es de color rosa,  desde las sabanas hasta las paredes, la cama tiene cortinas con flores. ¿Qué estaba pensando papá?  —¡Todo es rosa! —Digo en voz alta. —Perdón eso es mi culpa, yo elegí todo, tu papá me encargo comprar y ordenar todo, en todo momento repetía una y otra vez mi niña pequeña, pensé que hablaba de alguien de menor edad, pero me doy cuenta de que ya eres una mujer —me dice Karen muy apenada.  La miro y nos reímos al mismo tiempo.  —¿Tienes hambre? —Me pregunta Karen.  —No, pero se me antoja un jugo de naranja —le digo. —Claro, en un momento te lo traigo —me dice Karen mientras se dirige a la cocina.  Veo por la ventana el jardín, ¡es hermoso! Bajo y encuentro a Karen, en la cocina, ella me da el jugo y me siento en el comedor,  ella se sienta conmigo.  —Puedes cambiar todo lo que quieras de tu habitación, y pintar las paredes como tú quieras  —Gracias —le digo—, pero por el momento dejaré todo tal y como está.  —¿Cuánto tienes? —me pregunta muy emocionada. —¿Cuántos años crees que tengo? —Le pregunto esperando ansiosa su respuesta.  —Creo que 22 —dice ella mostrando inseguridad ante su respuesta.  —¿Estás totalmente segura de tu respuesta? —Le pregunto.  —Es que tienes un cuerpo hermoso, con preciosas curvas, pero tu carita de niña buena, eres hermosa.  —Gracias, tú también eres una mujer hermosa, además de tu personalidad —le respondo—, pero tengo 18 años. —Eres muy joven aún —me dice ella mientras se acomoda en la silla. Escucho a alguien entrar.  —¡Ya llegué mamá! —Grita una voz que al parecer es de una chica joven.  —perdón, es mi hija —me dice Karen un poco apenada. Entra la chica a la cocina, ella es hermosa de piel morena, cabello largo y rizado, mide lo mismo que yo. La observó por un momento.  —Hola, ¿cómo estás? —Me saluda.  Yo la abrazo, siempre fui cariñosa con las personas, mi mamá me educó así.  —Es un gusto conocerte, me llamo Alexa —le digo mientras extiendo mi mano. —Yo me llamo Sofía —me dice ella un poco tímida.— No puedo creer que una chica tan bonita como tú, pueda ser así. —¿Así cómo? —Le pregunto.  —Linda y amable —me dice ella mientras se cruza de brazos.  —A mí no me interesa la clase social, color de piel, ni ninguna de esas estupideces —le digo y ella me sonríe.  Sofía es preciosa, ella pensó que la iba a discriminar por su color de piel, pero ella es perfecta.  —Me caes muy bien —me dice Sofía. Ahora ella tiene una sonrisa hermosa, y ahora se ve más confiada. —Tú también eres preciosa, y tu mamá es igual de linda que tú —agrego después. —Gracias, eres tan amable —me dice Karen.  —Iremos a la misma universidad —me afirma Sofía.  Eso me hace sentir muy emocionada, por un momento pensé que estaría sola en la universidad.   —¡De verdad! —Le digo muy sorprendida.  —Podemos ser amigas —le digo. —Sí, claro que podemos —me afirma ella.  Las horas pasan y llega la noche. Papá llega a casa, platicamos por un largo tiempo, mientras cenamos, amo a papá, me alegra saber que él nunca me olvido.  Pasamos como tres horas hablando, papá me dice que está muy cansado y se va a dormir. Son las 11:00 de la noche, y veo a Karen y Sofía en la cocina limpiando la mesa. —¿Ustedes duermen aquí? —Les pregunto.  —Hace un año no vivíamos aquí, pero mi casa está muy lejos, por eso tu padre me pidió vivir aquí —me explica Karen. —Me alegro mucho, así nunca estaré sola —le digo. Les ayudo a limpiar la cocina y lavar los platos, cuando terminamos invito a Sofía a mi habitación. Ella sube conmigo, vemos películas hasta el amanecer. Pero el sueño nos domina y no podemos más. Y caemos dormidas, Sofía duerme conmigo a mi lado, pero yo mientras me comienzo a quedar dormida,  solo puedo pensar en que pronto veré a Gabriel, y será solo mío como lo quise desde hace años.    ___________________________________________ Despierto tomo mi celular y veo la hora, son las 7 de la mañana, Sofía ya no esta a mi lado, ella se despertó temprano.  Sé que ella debe estar abajo con Karen. Abro mis maletas, tengo que desempacar lo antes posible, saco una toalla y ropa limpia para cambiarme. Me dirijo al baño, hago mis necesidades y después me doy un baño.  Termino de bañarme, seco mi cuerpo con la toalla, después me maquillo un poco de una forma natural, seco mi largo cabello y después me visto.   Bajo por las escaleras hasta llegar a la cocina, veo a Karen y Sofía desayunando en el comedor.  —Buenos días —las saludo. —Buenos días —me responden con una hermosa sonrisa. —¿Y papá? —Pregunto. —Él se fue temprano, tenía una junta —me dice Sofía.  Desde ayer he notado algo extraño, talvez solo sea mi cabeza pervertida, pero ayer que estábamos cenando todos juntos, Sofía estaba muy nerviosa y no apartaba la vista de papá.   —Está bien, ¿puedo desayunar con ustedes? —Les pregunto. —Si, claro que puedes —me dice Sofía.  —Ahora te sirvo —me dice Karen. Sofía continúa comiendo, yo estoy un poco pensativa, sé que trato de actuar normal, pero el cambio me está afectando, sé que puedo llevarme bien con Sofía, pero también extraño a mí mejor amiga. Todavía es diciembre, falta todo el mes para  la universidad. Platico con Sofía y Karen mientras desayunamos, la compañía de ellas dos me resulta muy agradable. Terminamos de comer, y Sofía y yo nos vamos a mi habitación, solo tengo un día de conocer a Sofía, y me parece una buena chica, me ayuda a desempacar y ordenamos mi armario que es muy grande, luego Karen nos lleva unas limonadas para el calor, las dos agradecemos, y Karen se retira. Sofía y yo nos sentamos a comer palomitas, y a ver una película. —¿Cuál película podemos ver? —Me dice Sofía muy emocionada.  —La que tú quieras —le contestó.  Ella busca una película y empezamos a ver la que ella escogió. Inmediatamente me sorprendo por la elección de Sofía. La película se trata de una chica muy joven que se enamora de un hombre mayor. Me encanto la película, pero en todo momento, note que Sofía suspiraba con dolor mientras veíamos la película, esto me parece extraño.   Se termina la película. Por un momento estoy perdida pensando en mi misma situación. Volteo a ver a Sofía, ella también está pensativa, ¿será que a ella también le guste alguien mayor? Le hablo muchas veces hasta que por fin reacciona.  —Quiero que seamos mejores amigas —le digo. —Si, yo también —me contesta Sofía.  —Y que podamos confiar, la una en la otra —le digo.  —Sabes que, intercambiemos secretos, puedes confiar mi, el secreto más intimo que nunca le dirías ni a tu mamá —le digo a Sofía.   Sofía está dudando en este momento.  —Entonces comienzo yo —le digo para que después ella se anime a confiar en mí—, estoy enamorada del mejor amigo de papá, y vine aquí para estudiar, pero principalmente quiero conquistarlo —le digo y Sofía me observa muy sorprendida. —Hablas de Gabriel —me dice Sofía.  —Sí, estoy hablando de él —le contesto muy segura.  —Es guapo, tu papá lo invita a cenar he hablado con él en muchas ocasiones —me dice Sofía.   Sofía está pensativa, segundos después, la verdadera ella aparece.   —Lo siento, pero me siento culpable por tu papá, yo también estoy enamorada de él, pensé que te molestarías conmigo, por eso no te dije nada.  —No me importa, fóllatelo si quieres, me alegra saber que no solo a mí, me gustan los mayores —le digo mientras tomo su mano. —Yo quisiera tener a tu papá dentro de mí —me dice Sofía.  No estaba jugando con esto, en verdad la verdadera ella ha hecho acto de presencia.  —Que asco cállate, no quiero pensar en el pene de papá, que horror —le digo, nos reímos las dos. —Yo quisiera que Gabriel estuviera sobre mí, entrando y saliendo, y yo arañando su espalda.   —Amiga que pervertidas somos —me dice Sofía.  —Si, realmente lo somos —le digo. Después de hablar y reír mucho con Sofía, las horas pasan volando, no nos damos cuenta y rápidamente se hace de noche. Cuando tienes a una persona en la que encuentras una buena amistad, no sienten el tiempo, pero el tiempo que esté en casa, y estudiando en la universidad, quiero pasármela bien con Karen y Sofía, me parecen unas buenas personas.  En  Este momento son las 7 de la noche y papá aún no ha llegado a casa. Estoy preocupada.  —¿A qué horas suele llegar papá? —Le pregunto a Sofía.  —No te preocupes, Carlos siempre viene hasta tarde, así que no te preocupes —me dice Sofía.  Eso me hace sentir un poco más tranquila, solo espero a que papá llegue para cenar todos juntos.  Sofía y yo comenzamos a ver otra película, mientras esperamos a papá. Después de una hora tocan la puerta de mi habitación, por un momento pienso que es Karen, la puerta se abre y me doy cuenta de que es papá.  Me levanto de la cama y lo saludo con un abrazo y un beso en la mejilla, después papá saluda a Sofía.  Sofía está realmente nerviosa, ella saluda a papá con mucha modestia y lo llama señor Carlos. Esto es raro hasta para mí.    —Papa también dale un beso en la mejilla a Sofía, tú la estás ignorando —le digo a papá.  Quiero ayudar a Sofía, sé que ella muere por tener contacto con papá. —Claro que no la estoy ignorando, Sofía es una chica un poco tímida,  por eso no me acerco a ella, pienso que podría rechazarme —duce papá.  Si supera que Sofía se moja pensando en él.  —No es eso señor Carlos, lo que pasa es que usted me pone nerviosa —dice Sofía. Papá la observa de una forma rara, y Sofía tiene la culpa, con esas palabras solo alejará a papá.    —Te he dicho muchas veces, Sofía. No me digas señor solo dime por mi nombre —le dice papá.  Después de decir eso, papá se acerca a Sofía y le da un beso en la mejilla.