Veo que Sofía se acerca a papá, y no pasaron ni dos minutos y Gabriel los dejo solos. Este es mi momento, siento que mi corazón se saldrá de mi pecho, Gabriel viene hacia acá. ¡Si! Funciono mi plan perfectamente. Con una copa de vino salgo a su encuentro, y choco con él.
El vino me cae sobre el vestido, el cual hace que ahora se marquen mis pechos.
Estoy fingiendo en este momento, pero no puedo más, por dentro estoy gritando por ver a Gabriel después de tantos años, es el amor de mi vida, y parece que los años no han pasado en él, se ve realmente guapo.
—¡Disculpa! No te vi, soy un imbécil —me dice, con esa sonrisa que me mata.
—¡No te fijas por donde camina! —Le digo, fingiendo molestia.
—Realmente lo siento, soy muy distraído, pero también tienes que comprenderme, me distrajo una
