ABIGAIL
03 de marzo
– ¿Por todo el departamento?
– Por todo el departamento.
– ¿Rosa y fucsia?
– Rosa y fucsia.
– Diablos, Abi. Esa idea fue genial ¿sabes lo que se demora en limpiar toda esa brillantina? Una vez, Ryan y yo hicimos una fiesta y se le ocurrió la brillante idea de poner globos llenos de brillantina para la hora loca. Algunos se reventaron y no puedes imaginar lo difícil que fue. Casi nos rendimos y tuvimos que comprar un juego nuevo de sala completo.
Después de nuestro intercambio en la tienda estuvimos en contacto, intercambiamos números y todas estas dos semanas estuvimos hablando, encontrándonos y comiendo juntas. Prácticamente estábamos juntas todo el día todos los días. Y ahora estábamos un viernes por la noche haciendo una pijamada. Cuando le pregunté a Jade por si su marido no se molestaría por estar tanto tiempo conmigo, le restó importancia. Al parecer su esposo y su jefe estaban de viaje de negocios hasta mañana y ella no tenía nada que hacer a excepción de la fiesta que su familia tenía que dar por la bienvenida del jefe y del subjefe que era su esposo.
En estas dos semanas me enteré de muchas cosas interesantes. Los padres de Jade y Ryan eran amigos, aunque Ryan era mayor que Jade por cinco años, él siempre cuidaba de la pequeña Jade. Cuando Ryan terminó el colegio se tuvo que ir a la universidad fuera del pueblo mientras que Jade se quedó y decidió heredar el negocio de su madre como diseñadora del pueblo. Ryan cursó los años de universidad y cuando cumplió los 23 regresó y al ver a una Jade mayor se enamoró perdidamente de ella. Lo demás fue historia, se casaron y ahora estaban felices juntos. Me enteré que el esposo de Jade trabajaba con el alcalde de este pueblo, aunque no le decían alcalde sino más bien lo llamaban líder. Más precisamente Ryan era el segundo al mando así que entendía sus muchas responsabilidades y sus ausencias. Y también entendía lo que se esperaba de ella, tener a alguien con un cargo grande dentro del pueblo como esposo solo significaba que tú tenías una reputación que mantener. Entendí lo nerviosa que estaba por la fiesta de mañana, por los comentarios que recibiría si algo iba mal.
En esas dos semanas me abrí a ella, le conté mis temores, lo que había descubierto al hablar con Rita, incluso le mostré la carta que mi mamá me dejó y lloramos juntas. Ella por la tía que perdió y yo por la madre que perdí. Sentía una conexión inexplicable con Jade. Congeniamos tanto que la ayudé con algunas cosas para la fiesta, conocí su hermosa mansión, incluso ayudé eligiendo algunos bocaditos. Agradecí toda la crianza como niña de “sociedad” que me dieron en el pasado porque ahora podría utilizarlo para apoyar a mi amiga. Me sorprendió saber que, dentro de ese aspecto de chica inalcanzable, se encontraba una chica de corazón blando que se alegraba solo con pequeños detalles, que, por su mismo aspecto, las mujeres del pueblo no se acercaban a ella y tan solo la saludaban con respeto más no por deseos de mantener una amistad.
– Deberías venir mañana.
– ¿Qué? No.
Ahora nos encontrábamos echadas en la habitación principal, echadas sobre la cama. Yo comiendo galleta con helado encima, con mi pijama enteriza de charmander, Jade estaba a mi lado comiendo papas fritas con su enterizo de squartle. Sí, otra cosa que descubrimos fue nuestro amor por los animes, mangas y libros. Cuando lo descubrí le dije a Jade que si no estuviera casada y si yo no fuera heterosexual sin duda le pediría que se casara conmigo. Ella se rio y me respondió que podíamos ser un matrimonio platónico con la condición que la deje usar a squartle, fue una decisión complicada, pero tuve que aceptar por el bien de nuestra relación a futuro.
– Vamos, por favor. Quiero tener a alguien de mi lado, sabes que no tengo amigos.
Jade había estado convenciéndome esas dos semanas para ir a una fiesta estirada, no es que no haya ido, era lo contrario, hasta los quince tuve que asistir a fiestas por acuerdo entre mis padres. Lo entendí más no me gustó, así que estas dos semanas Jade me preguntaba y yo decía que no. Pero ahora me estaba atacando a mis sentimientos, sabía que no podía decirle que no cuando me imaginaba a una pobre Jade solitaria en esa fiesta estirada mientras los invitados hablaban en silencio sobre ella.
– Jade…
– Solo un par de horas, prometo que no te insistiré a la próxima fiesta. ¿por favor?
– …esta bien.
– ¡Sí, sí! Prometo que no te vas a arrepentir.
Jade se abalanzó sobre mí dándome un gran abrazo de oso y recién se alejó disculpándose cuando escuchó un quejido de dolor por mi parte. Una cosa que no entendía era la gran fuerza que tenía Jade, cuando el pregunté me dijo que era por el ejercicio que hacía así que le pedí de favor que me entrenara porque quería tener su fuerza para patear traseros. Fue difícil, pero ahora que ya llevaba dos semanas ejercitándome, el cuerpo ya no me dolía como los primeros días que deseé morir. Aunque aún no tenía esa fuerza, esperaba algún día poder tenerla.
– Eso espero. Entonces tengo que buscar un vestido y todos sus accesorios para mañana.
– Oh, eso no es necesario. Yo te hice un vestido.
– Tu qué.
– Es que me inspiraste y yo hice un vestido para ti. Me sentiré honrada si te lo pones para mañana.
Solté un suspiro en derrota y tan solo asentí con pesar. Mañana teníamos un día duro sin duda.
°°°
04 de marzo
– De nuevo ¿por qué estoy haciendo esto?
– Porque eres la mejor amiga que se puede tener.