Punto de vista de Lucien El eco de nuestras botas resonaba en el pasillo mientras caminábamos hacia el gimnasio. Cassian y Axel estaban a mi lado; sus voces eran apenas un murmullo distante comparado con el rugido constante de mis propios pensamientos. El gimnasio siempre olía a sudor y metal oxidado, una mezcla tan familiar como desagradable. "¿Alguna apuesta para hoy?" preguntó Cassian con su sonrisa pícara mientras se ajustaba las vendas en las muñecas. —Colter sigue siendo un idiota —se burló Axel—. Si te enfrentas a él, Lucien, espero que lo pongas en su lugar de una vez por todas. No respondí. Había algo en el aire que me inquietaba, una sensación que no podía identificar. Al pasar junto a una de las ventanas que daban al gimnasio, mi mirada se desvió instintivamente. Y allí est

