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Zara, Sector Cero, planeta Ocerón, Domo Omega
Observé a la multitud que se reunía a mis pies, luego miré más allá del escenario al que me habían encadenado como una ofrenda pagana a los dioses, y no vi nada conocido. Nada limpio. Nada que me diera la más mínima esperanza.
Había pensado que el planeta desértico con tiendas era diferente, ¿pero esto? Esto era como… como si Mad Max estuviera en la sombría cantina de La guerra de las galaxias. Me sentía como la princesa Leia delante de Jabba el Hutt, pero en lugar del bikini dorado, llevaba un feo par de pantalones marrones y una túnica que me cubría desde los hombros hasta las rodillas. Escondía efectivamente la cadena que colgaba entre mis pechos, al igual que el rosado oscuro de mis pezones. Estaba desnuda debajo. Nunca había sido mode
