Cuando me desperté de nuevo, Jasper tenía un poco de agua para mí. Le agradecí y me la bebí completa, no me había dado cuenta lo sedienta que me encontraba. Me fijé en que ya estaba vestido y arreglado, de hecho, olía a jabón de baño y su cabello estaba húmedo. ¿Se había duchado? ¿y por qué no lo escuché?
—¿Vas algún lado? —pregunté, confundida.
—Asuntos que resolver —explicó, muy secamente, nunca hablaba mucho sobre su trabajo. — Te llevaré a casa y luego regresaré al trabajo.
Me sentí decepcionada de que no se quedara a dormir conmigo, aunque sabía que Jasper era un hombre sumamente ocupado. Pero no podía quejarme, porque él mismo me lo había advertido, esto era solo sexo. Sexo fabuloso, increíble, lujurioso y apasionado, pero solo sexo al fin. además, me encantó la forma en la que
