Después de lo que había hecho, intenté evitar a Jasper durante días, pero era difícil cuando vivíamos en la misma casa. Por las noches dormíamos juntos, le entregaba mi cuerpo y disfrutábamos del otro. También habíamos ido unas cuantas veces a la habitación oscura, como me gustaba llamarle y allí también jugábamos con nuestros cuerpos. Había experimentado más placer en estos pocos días que en toda mi vida. Finalmente, me rendí ante el placer que Jasper me brindaba, aunque eso me condenara al infierno. Cada vez que lo miraba a los ojos, que lo tocaba o dejaba que me tocara, solo podía pensar en la deuda que aun mantenía con él, por supuesto, no era nada comparado con lo que mi padre le seguía debiendo, pero esta vez no podía decir que no era mi culpa. Carrie trataba de tranquilizarme, dic

