Los días siguientes me mantuve lo más ocupada posible con mis compras y quedándome a dormir en casa de unos amigos. No podía mirar a Brooke. Estaba tan dolida que ni siquiera me atrevía a mirarla. No podía creer que le hubiera entregado su virginidad a su novio, y me impactó aún más su crueldad, sabiendo perfectamente que me estaba machacando el pecho. Consideré un par de veces la idea de volver con Shannon, ya que mi pene se erizaba cada día más, pero no pude llevarlo a cabo porque sabía que no podría darle, emocionalmente, lo que tanto merecía. Significaba demasiado para mí. Entonces pensé en Verónica. Sabía que le había prometido a Brooke que me alejaría de ella, pero ella era capaz de hacerme reír, y eso era muchísimo más de lo que mis amigos podían hacer por mí. Necesitaba a alguien

