El clítoris de Shannon era de tamaño promedio, proporcional a su vulva, a diferencia del de Brooke. El de mi hermana era mucho más grande y resaltaba como una joya de la corona cuando se excitaba lo suficiente. Los labios de Shannon decidieron por fin unirse a la fiesta, pues se estaban hinchando, invitando a mi dedo a apreciar su estrechez. Sin embargo, no la toqué. Aún no era el momento. "¿Ya te estás divirtiendo, amigo?" Me reí entre dientes. —Dios mío, Josh, me alegra tanto que nos gustemos —suspiró, apartando su teta izquierda para que pudiéramos mirarnos a los ojos—. Aunque supongo que tienes más. ¿Qué? ¿Esto? Ni siquiera hemos empezado a cenar. Te voy a comer tan fuerte que mañana estarás dolorido todo el día. Sus dedos juguetearon con mi cabello. "Tráelo." Apoyé la lengua en

