Ella metió dos tercios de mi pene en su boca experta y apretó los labios con fuerza, chupando la polla de su hermano con una gracia y belleza que aún no había visto antes en ninguna chica. "¿Y...? Nunca podremos casarnos. Nunca podremos aparecer en ningún sitio. No podemos superar esto; simplemente no podemos." Me chupó entero, se movió una vez y me frotó. "Te equivocas, cariño. Claro que podemos". Lamió mi m*****o superior con largas caricias, rozando con la lengua la parte inferior de mi glande. Fue sensacional, me recorrió con chispas de sexo. "¿Ah? Ilumíname entonces." Nos mudaremos a estados lejanos donde nadie nos conozca. En cuanto a casarnos, no tenemos por qué pensarlo ahora. Ella continuó tirando de la punta mientras simultáneamente lamía mi eje. Estaba perdiendo la cabeza.

