Capítulo 2

1698 Words
Y así de fácil mí fácil mí mundo se detiene y todo de mí comienza a desmoronarse. Me quedo estático observándola. Sigue igual que la última vez que la vi, lo único que diferente en ella es su cabello, es tan largo que llega hasta su cintura y algunos mechones tienen reflejos dorados. Desde el primer momento en el que me interne en las calles de esta ciudad fui azotado por un sin fin de nuestros recuerdos, pero ninguno dolió tanto ni removió profundamente la vieja herida como lo ha hecho el verla. Su cabello solo me recuerda las veces que enrede mis manos en el, sus ojos traen a mí mente el recuerdo de las veces que me miró con amor, y sus labios me tienta a revivir cada uno de los besos que guardo en mí memoria. Y el saber que no puedo porque seguro me golpeará, y porque prometí no volverla a buscar, duele. Sabía a la perfección que cuando volviera aquí la probabilidad de encontrarla era bastante pero nunca imaginé que sería tan pronto. No estoy listo para verla sin sentir ese dolor en el pecho. Su vista está clavada en la pequeña libreta que sostiene en sus manos, atenta para anotar lo que pida, ajena a todo. Ella solo está ahí parada sin hacer nada y ajena a todo lo que causa su presencia en mí. Al no obtener respuesta alguna levanta la vista y hace que nuestros ojos se conecten. Al verme suelta el lápiz que tiene en la mano, haciendo que caiga al suelo. Veo la sorpresa mezclado con temor al verme pero en un segundo recobra la compostura, su semblante se vuelve neutro y se agacha rápidamente para alzar el lápiz que segundos antes dejó caer. -¿Qué desea ordenar? -Repite su pregunta. Claro. ¿Qué esperaba? Es Olivia y nunca le afecta nada. Evito mirarla y clavo mis ojos en el menú. Recuerdo las palabras de mí hermana. -Tres hamburguesas, por favor. Pido pero ella aún permanece ahí, no se mueve, lo cual comienza a ponerme nervioso. Me remuevo algo incómodo. Ella carraspea la garganta haciendo que la vuelva a ver. -¿Para tomar?. -Dos sodas sprite y un refresco de...-Leo el menú y recuerdo que a Pey le gusta la limonada-limón. Ella asiente y se retira. Trato de ignorar el impulso de seguirla con la mirada, pero al final termino cediendo y la veo hasta que se pierde a través de la puerta que supongo lleva a la cocina. -¿Qué observas? -Me sobresalto al escuchar a Alas. Ni siquiera supe en que momento llegaron. Mí hermana se sienta frente a mí mientras que la pelirroja toma asiento a mí lado. -¿Qué compraron? -Pregunto, cambiando el tema. -La tienda estaba cerrada. -Sí, olvidé que cierran temprano -Alas bufa. Fijo la mirada en mí hermana y está se incómoda. Algo me dice que el encuentro con Olivia no es casualidad, al igual del hecho que prácticamente secuestro a Pey. Tendré que hablar respecto al tema con Alanís. Mientras esperemos nuestra orden, Alanís vuelve a hablar acerca del grupo Sempiterno y de lo fabulosa que es su música. Incluso nos invita a que vayamos con ella a su concierto para que comprobemos que es verdad. Peyton le sigue la conversación y de vez en cuando me preguntan cosas, a lo que yo solo respondo con un asentamiento, ni siquiera les estoy prestando atención. Mí mente está en la chica castaña que atiende todas las mesas. No puedo dejar de seguirla con la mirada y noto que por ratos ella también me mira. Pasan cinco minutos hasta que Olivia llega con nuestras órdenes, saluda a mí hermana con asentimiento y está le dan una sonrisa. Coloca nuestros pedidos en la mesa, está por retirarse pero entonces nota la mirada clavada de Pey sobre ella. -¿Se te ofrece algo? -Su tono es brusco. La pelirroja agacha la cabeza asustada, parece un conejo indefenso. Coloco mí mano sobre la suya para recordarle que estoy junto a ella, lo que funciona y hace que apoye su cabeza en mí brazo. 👄👄👄👄 Cierro la puerta de su habitación y enseguida su mirada se posa sobre mí. -Lo planeaste todo ¿Cierto?-El ceño de Alas se frunce- No te hagas a la que no sabes de lo que estoy hablando. Planeaste ir a aquel restaurante y luego alejaste a Peyton porque querías que esté a solas con Olivia. -Ah. Te refieres a eso. Sí, fue un plan improvisado -Vuelve la vista a su teléfono. -¿Qué pretendes con esto?. -Que te des cuenta que rosita fresita no te hace sentir ni la cuarta parte de lo que sientes por la señorita orgullo-Me mira-.Deja de jugar a "ya superé a Olivia y lo demuestro estando con la primera que se cruce"-Gira los ojos-. Hace un mes atrás admitías que la seguías amando con el primer día. Pierdo contacto contigo por un mes y traes a la copia barata de la Sirenita a la casa. »¿Cuánto tiempo crees qué vas a durar con esta mentira?. -Olivia y yo ya se acabó -Gesticulo cada una de las palabras. Se levanta de su cama y camina hasta quedar frente a mí. -No es cierto. Los dos se siguen queriendo solo que son muy cobardes para admitirlo ¿Soy la única que ve qué ambos están devastados sin el otro?. -Alanís, ahora trato algo con Peyton, y sí, quizá aún sigo sintiendo varias cosas por Olivia pero no voy a luchar por alguien que no me quiere en su vida. -SI TAN SOLO SUPIERAS LA VERDAD CAMBIARÍAS DE PARECER -Grita. -¿Qué verdad, Alanís? -Sus ojos se abren con horror, se acaba de dar cuenta que ha metido la pata-. Alanís-insisto. -Nada, nada. Sal de mí habitación. Me empuja hacía afuera y me cierra la puerta en la cara, dejándome completamente confundido. ¿A qué verdad se refería?. 👄👄👄👄 Olivia Harper Dirijo mí puño a su cara pero es más rápido y logra esquivarme. Los gritos de Sophie pidiendo que me detenga comienzan a volverse insoportable. -¡Sueltame, no puedes matarme!. -¡Eres un traidor, no me avisaste! -Enredo mis dedos en las hebras de su cabello y comienzo a halar de este-¿Por qué no me dijiste que Adam estaba ahí?. En un ágil movimiento, Steve quita mis manos de su cabello y las sujeta con fuerza, impidiendo que las mueva. -¿Qué querías qué haga? ¿Qué grite: OLIVIA ADAM ESTA AQUÍ, NO SALGAS DE LA COCINA? -Suelta con sarcasmo. Lo miro con odio antes de darme por vencida y levantarme de él, libera mis manos aún con miedo. Me siento en el sillón de la sala, Steve se levanta del suelo y se sienta en el sofá que está frente al mío, Sophie se queda parada por si decido volver a golpear a Steve. -Un simple mensaje hubiera sido suficiente. ¿Por qué tenía que volver? ¿Por qué ahora cuando todo marcha bien?. -Porque el destino se empeña en unir viejos corazones en los momentos más inesperados. También para que te duela el hecho de no haberme hecho caso hace tres años-Habla Steve mientras pasa las manos por su cabellera. -¡Cállate!-Grito. Sophie se sienta a mí lado y aprovecho para recostar mí cabeza en sus piernas-. Y lo peor es que llevó a su actual novia para resfregarme en la cara que él si pudo seguir adelante y yo no. Es un completo idiota -Te recuerdo que tienes una hija conmigo -su tono es de burla. Lanzo el cojín que sostengo y le doy en la cara, sus lentes caen por el impacto. -Quizá se vaya en unos días y todo volverá a la normalidad.Porque eso es lo que quieres ¿verdad?-Miro a Sophie. Ni siquiera le respondo-. Claro que no. Aún que no lo admitas deseas que él vuelva ¿Por qué no tratas de tener esa charla de hace tres años?. Me levanto de las piernas de Sophie. -¿Para qué? No serviría de nada. Él ya tiene su vida, yo tengo la mía y sabes que mí situación es algo complicada. Ninguno de los tres dice nada más, el cuarto queda en un silencio sepulcral. Paso mis manos por todo mí rostro. Pasos rápidos, pequeños y torpes comienzan a retumbar por toda la casa junto a una risa infantil. Levanto mí rostro y la veo corriendo hacía mí con su melena toda despeinada mientras sonríe como si hubiera encontrado un centenar de dulces. -Mami. Ada estira sus pequeños brazos y cuando llega frente a mí los envuelve alrededor de mí cuello. La abrazo y deposito un beso en su frente cubierta por sus rizos. »¿Po que ta tite?-Hace un puchero que me causa ternura. -No lo estoy. De hecho estoy muy feliz de verte-Beso su mejilla de manera exagerada y ella lanza esa risita que tanto me encanta. Steve carraspea su garganta llamando la atención de la pequeña. -¿Y no hay un abrazo para mí?-saca su labio intentando parecer dolido. -Papi. Deshace mí abrazo y corre hasta él para abrazarlo de la misma manera. »Mami ta tite -Me señala con su dedito. Steve se levanta del sillón y alza a Ada. -Así es. Mami tiene el corazón roto a causa del pasado. -¿Codazón loto? -Saborea las palabras. -Sí, y lo que necesita en este momento es un abrazo familiar -La vista de ambos se posa sobre mí. Mí bebé estira sus brazos hacia mí, Steve solo estira el izquierdo ya que con el derecho sostiene a Ada. Ni siquiera lo dudo. Me levanto y me dejo envolver en sus brazos. Apoyo mí cabeza en el pecho del pelinegro, el brazo de mí hija pasa sobre mí cuello y el de Steve envuelve mí cintura. Miro a Sophie de reojo, ella observa la escena con una sonrisa de labios cerrados. -Esta es mí vida. Mí familia, mí realidad y no tengo tiempo para cosas del pasado. Esa historia ya se ha acabado. Las últimas palabras pesan. Más de lo que deberían.
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