Neil solo era fuego y me había quemado.
Son muchas emociones que me envuelven en este momento. ¿qué era lo que me había pasado? Yo no era así, no estaba acostumbrada a ese tipo de cosas, pero simplemente fui hacia él y me abalancé como una loba hambrienta sobre su presa. No quería escuchar su charla barata, no quería tener que fingir que él no me miraba como si fuera un bocadillo, no quería que él se diera cuenta de que tenía miedo.
Aun mi piel vibra cuando recuerdo las fuertes manos de neil acariciando mi cuerpo y la forma en la que se dedicó arduamente para que por fin tuviera un orgasmo (mi primer orgasmo) logrando que todos mis malditos problemas se esfumaran por un momento.
Adiós los reclamos de mi madre.
Adiós a las culpas de mi padre.
Adiós a los recuerdos de Carrie.
De cierta forma puedo entender a todas esas chicas que se mataban. Neil cerdo bastardo cooper era una bomba que te hacia explotar cosas que estaban guardadas en lo mas profundo de tu piel hasta olvidarla.
Los recuerdos por un momento se esfumaron, ya aquellas sombras no estaban sobre mi en aquel breve espacio que se abrió para nosotros.
Sentada en la mesa del salón de clases yo solo sigo ignorando las malas miradas de mis compañeros. Al parecer el gorro de panda no era algo bien visto para una chica de mi edad y también les incomodaba que me negara a participar en sus actividades sociales como solo hablar mierda de los demás a sus espaldas o reírse de algo que en su mayoría no comprendía. Estaba sola lo admito, pero esta soledad no era tan terrible como la soledad que me roía por dentro cuando era inseparable de carrie.
Cada vez que recuerdo su sonrisa inocente y esplendorosa siento un dolor en mi cuerpo, como si algo turbulento se agitara y removiera sin anestesia tus órganos y luego te los cosieran con una aguja oxidada.
Carrie representaba emociones tan opuesta que me confundían. Por un lado estaba esa sonrisa inocente que resplandecía hasta el rincón más oscuro.
Los recuerdos que yo tenía de carrie eran bellos pero solo muy pocos y siempre los mas horribles volaban sobre mi cabeza, como pesados fantasmas que movían sus cadenas estruendosamente para recordarme mi pasado y los pecados cometidos. Cuando cierro mis ojos y pienso en ella solo recuerdo esa risa burlona que producía un escalofrío horripilante. Siempre que reía tan vilmente sus mejillas se temían de un rosa saludable siendo la marca de su buen estado.
Mi hermana era mayor que yo por dos años, desde que nació era una niña enferma y papa nunca lo pudo soportar. Todos descendíamos de una estirpe de gente exitosa y bella hasta que la mancha indeseable de beatriz lanchester vino al mundo con un propósito que nunca se le explico y solo se dedicó a seguir ordenes en contra de su voluntad y servir como una hermana abnegada a su débil hermana mayor, pero a pesar de todo nunca fue tan terrible como suena, a mí me encantaba estar con ella, siempre disfrutaba de sus chistes y aquella voz suave como la de los ruiseñores cada vez que entonaba una canción. Carrie tenía un talento artístico y su personalidad aduladora seducía a cualquier persona con el fin de que todos hicieran lo que ella quería.
De camino a casa solo trato de pensar en que cualquier cosa que no sea carrie, ya era suficiente con tener que saberme responsable de su muerte y sobre el como todos los días ese recuerdo vagaba en mi conciencia.
suspiro hondamente, ahora aquella casa grande con aquella moto destartalada y las paredes totalmente descoloridas y llenas de pinturas en forma de mancha era mi nuevo hogar y en estos días una especie de prisión o calvario que tenía que asumir desde mi acoston con neil.
Siete días que todo aquello había pasado y aunque nunca he escuchado nada o tan siquiera notar una insinuación de su parte por parte de él yo me sentía incomoda. El sexo fue grandioso y aunque lo odie admitir el chico era realmente bueno en lo que hacía pero una parte de mi me abofeteaba por tonta.
Has abandonado tus principios.
Siempre era lo mismo, mi conciencia seguía acosándome y hundiendo el dedo en la herida.
Ya había anochecido y la casa se escuchaba algo callada, de nuevo estaba sola y me sentía más relajada mientras seguía diseñando aquel gran juego en la soledad de mi habitación.
Coloco un poco de música en mi ipod. Nirvana y in bloon sonaba solitario en las cuatro paredes de mi habitación. No había pensado ya más sobre neil.
Ya pasado las ocho de la noche decido tomar un descanso y voy por una ducha, tomo mi toalla blanca, mi pijama y mi estuche con mis artículos de aseo.
El baño era amplio y con adoquines blanco. Había un espejo de tamaño completo que funcionaba con puerta de la ducha. Coloco el agua en tibia y me adentro tranquilamente mientras seguía escuchando la melodía y letra de lake of fire y cantaba a todo pulmón utilizando el recipiente de champú como micrófono hasta que unas mano inescrupulosas deslizan la puerta de la ducha lentamente y la mirada pecadora de neil esta observándome sonriente y de una forma que hace que se debiliten mis piernas.
-Largo-grito y le arrojo el envase en la frente.
Escucho que se queja, creo que lo había herido. Deslizo la otra puerta y tomó mi toalla para envolverme de prisa-Eres un maldito mirón, pervertido-digo y lo pateo en la pierna mientras le seguía con sus dedos presionando el hematoma que le había hecho cerca de la cabeza.
-No tienes que ser agresiva conmigo. No sabía que había alguien bañándose-dice con todo el descaro posible.
El agua caliente concentraba el vapor en la pequeña habitación, la ducha era diminuta y las puertas tenían espejos en ambos lados. Sus ojos se desvían a mi ropa interior que está a un lado de mis zapatillas plásticas, estas están ligeramente enrolladas y me avergüenzan un poco.
-No te hagas el idiota- reacciono, no podía quedarme como una boba y dejar que el hiciera lo que le diera la perra gana- la ducha estaba abierta y puedes escuchar mi teléfono, debería castrarte por abusivo-alzo mi puño como un gesto de amenaza pero se que no funciona, rápidamente me envuelvo bien con la toalla blanca y miro palidecida como el no deja de observarme.
El punto metalizado de su ceja brilla de manera atractiva y me siente o estremecida promesa sonrisa despiadada y el brillo ambarino que destellaba de sus ojos oscuro.
-cálmate. Tranquila. Yo solo no sabías que eras tú-es lo que me dice pero sin molestarse en ocultar aquel tono burlón de su parte.
-¿entonces te metas en el baño cuando los chicos se están duchando?-pregunto.
-No-su voz es pausada y sus labios dibujan una diabolica sonrisa- ¿Quién querría ver a alex desnudo?-bromea acercándose a mi demasiado pronto- En cambio,tú-su nariz me olfatea el cuello detenidamente.
Ese sonido de su respiración hace que cierre mis ojos algo asustada por ese ardor que empieza a crecer en mi cuerpo
- podrías ser algo que desee ver. Desnuda y mojada.
¡Maldicion! Esto me excita.
-Vete, podría llegar alguien y vernos y p...-
-me encantaría que nos vieran-y me da un suave beso muy cerca de mis labios matándome por completo.
Aferro con fuerzas mis brazos sobre mi toalla a la vez suplico por fuerza de voluntad. No podía dejarme vencer por este imbécil pero sus labios desciende delicadamente dejando huellas sofocantes en mi cuello hasta besar mis hombros.
Sin poder evitarlo cierro mis ojos pues, aunque sé que está mal se siente completamente bien los pequeñas corrientes eléctricas.
-Si-deja salir pausadamente con gran seducción-veo que de verdad te gusta- su boca traza un camino de besos hasta mi pecho. Respiro profundamente y me dejo someter a sus manos, pronto la pared me sirve como base para mantenerme en pie y no caer.
El aire caliente de su nariz, su respiración entrecortada, la presión de su cuerpo contra el mío me debilitaba tan rápido que suelto un gran gemido para dejar de escapar un poco las tensión de mi cuerpo.
-estas completamente lista para mí- su boca se estampada contra la mía.
-Bea-vivi habla desde el otro lado- ¿Eres tú? ¿Estas ahí?-No respondo.
Salir del trance era realmente frustrante, quería gritarle que se fuera pero hacer eso era comunicarle a Neil que me tenia entre sus manos.
Suelto un grito ahogado.
Mi corazón se acelera precipitadamente, quiero que se abra un hueco y me trague, no deseo que Vivi nos vea en estas fachas, no podría aguantarlo.
-Bea-grita impaciente al mismo tiempo que golpea la puerta.
-sí..si. No te escuche ¿que pasa?
-Abre, me estoy haciendo pis-pide con insistencia infantil.
-¿No puedes esperarte?-pregunto empujando a un calenturienta neil lejos de mi.
-No-golpea la puerta-Maldita sea, voy a reventar y es el único baño de la casa. Abre-exige.
-Entra ahí-le digo lo mas bajo posible al chico.
Neil me tome por la cintura con un agarre firme para acercarme hacia él, su guerra bruta por un instante me domina. Mientras me aprieta con su cuerpo su lengua se mueve como un tornado en mi boca dejándole salir otro gemido minúsculo. Lo empujó dentro de la ducha y cierro la puerta solo para abrile a viví.
-Está bien-trato de calmarme, no quiero que se dé cuenta que muero de la vergüenza mientras que mi v****a estaba a punto de un orgasmo por culpa de neil.
-Bien, entra. No quiero que me mires haciendo pis-dice sin saber que pasaba.
En mi estómago se siente como algo lo presiona.
Lentamente abro la puerta y me introduzco en la ducha aun nerviosa porque nos descubra. Mi estómago se contrae por del miedo que poco a poco se está convirtiendo en una sensación agradable.
Una pequeña nube de vapor impregna todo el baño de adoquines verdes, el espejo se queda completamente empañado mientras que el calor se condensa en mi piel.
-B..ien-y a mi pesar.
Encuentro a un neil cooper mojado y realmente excitado ahí adentro. Él se veía tan sexy y malvado con esa sonrisa en los labios y miles de gotas que resbalaban en sus brazos y maldito rostro. Nada de esto me estaba ayudando. Trato de mantener la distancia lejos de él y eso lo anima a deslizarse con sigilo y tomarme mis brazos con fuerza, retorciéndolos hasta que llegan a mi espalda. La toalla simplemente cae al suelo dejándole completamente indefensa ante el, la carne se me puso de gallina y solo me rindo ante su tortura.
¡Maldición!
Me sentía tan fácil y humillada pero a la vez quería que no se detuviera, ansiaban la boca de neil por todo mi cuerpo.
Los sonidos de las gotas al caer no ayudan para nada, me siento completamente excitada, su piel resbaladiza lentamente me empujan contra la pared sometiéndome rápidamente.
-Sabes, Bea- vivi nos interrumpe sin saber que mierdas pasaba y su voz del otro lado-he estado pensado y te voy a presentar a varios chicos, no me gustas que estes siempre pendiente de la universidad y el trabajo, no es que tenga nada de malo pero siempre andas tensa y del mal humor asi que...-ella hablaba prácticamente sola.
Yo trata de no dejar escapar un bramido. La mano gruesa y poderosa de Neil toma mi pecho con suavidad pasar masajearlo. Sus dedos maliciosos no les importa pellizcar mi pezón erecto sin contemplaciones.
Su m*****o duro se posa en mi trasero y envía llamas ardientes por todo mi cuerpo. Ahora me sentía acorralada entre la pared que restregaba mis senos y toda la dureza de su cuerpo a mi espalda y dentro de mi surge una necesidad de hundirme mas en él, aunque nerviosa que de que ella me escuche.
¡frotar! Quiero seguir frotándome hasta derretirse.
Muerde sin piedad mi oreja y sus manos siguen descendiendo y llega a mi entrepierna completamente caliente y humedad. Sus dedos poco a poco se resbalan en mi interior, con su experiencia el encuentra fácilmente el punto y solo basta que lo masajee un par de veces hasta que hace que estalle una la de emociones.
Caigo al suelo pero Neil suaviza el golpe sentándome en sus piernas y siguiendo presionando mi clítoris despiadadamente. Sus dientes se ensañan a mi lóbulo de la oreja mientras que su mano libre sella mi boca para evitar un pequeño gritillo.
-Sé que eres muy seria y centrada.
¡Oh, Dios! Cállate y vete. Solo deseo que se dé mucha prisa
-Me encantaría que a veces te soltaras un poco, que salieras con amigos, con chicos. La vida no son números, videojuegos-su voz se entrecorto y el silencio reino solo por unos segundos- ¿por qué no me dices algo? No quiero ser entrometida, pero de verdad me gustaría que te abrieras más y conocieras a un chico que tengo para ti, es lindo-ella calla esperando una respuesta de lo que sea que estaba diciendo.
La otra mano de Neil cubría mi boca ahogando más y más mis gritos de placer pero con mucha fuerza de voluntad la retiro
-Es..ta bien-logro decir.
-eso es suficiente para mí. Te adoro tanto. Sabes, deberiamos reunirnos en el salón de vero para que te haga un cambio de look, no lo sé, podría cortarte el cabello y teñirte de rubia, te verías ardiente.
-bi.iien-y clavo mis uñas en los brazos del muchacho esperando a que la puerta cierre.
-Mierda, Bea. No sabes como me tienes en este momento-Neil besa mi mejilla fugazmente y me presiona con más fuerza, sus dedos entran y salen con facilidad en nmi interior logrando otra convulsión más despiadada que la última.
-¿Te vienes?-me toma de la cara-dime bea, quiero saber si te estas viniendo ahora mismo.
Mi respuesta es solo una gran sacudidas seguida por un grito cuando llego al orgasmo.
Escucho su risa triunfal en medio de la lluvia que produce la ducha. Mi respiración recobra su estabilidad lentamente y aun puedo sentir aquella sacudida en mis piernas debilitadas.
-Para la próxima quiero que sea al revés-me dice besando mi mejilla.
-Te odio-logro decirle entrecortada mente.
-Creo que tu cuerpo no cree lo mismo-y se quita la camisa para exprimirla dejándome apreciar más de cerca aquel abdomen esculpido y perfecto.
-No te creas mucho. Claro que voy a reaccionar así si me tocas de esa manera, imbécil.
-pero te gustó. Pude escucharte, estabas muy excitada pues sabias que vivi hablaba contigo a punto de descubrirnos-beso con mucha sutileza mi hombro y no puedo evitar en reaccionar
-hijo de puta-dejo salir con un último aliento. Estaba enojada conmigo y con él por hacerlo.
-palabras sucias, me gustaría mas de esas cuando se vuelva a repetir.
-no se repetirá-dije severamente y cubriéndome con la toalla empapada-te lo dije. No más. No quiero estar con alguien como tú, ni siquiera me gustas-cierro la llave y salgo deprisa.
Me acerco a la puerta y miro ambos lados del pasillo esperando que más nadie nos mire salir.
-Bueno, no es que tampoco me esté muriendo por ti pero me encanta escucharte gritar-y mueve sus cejas. Sus manos atrapan mis caderas mientras me arrincona contra la pared nuevamente. Lucho, pero es más fuerte y aquellos malditos ojos y su olor son tan desequilibrante que casi me hacen explotar.
-Cerdo bastardo-digo entre dientes. Tenía ganas de golpearle y romperle la cabeza, pero esta vez con un objeto más duro para borrarle esa sonrisa estúpida de la cara.
-puedo ser lo que tu quieras-y saca del bolsillo de su pantalón las bragas nuevas que estaba buscando hace días. Corro arrebatársela y ella alza muy arriba impidiendo que las tenga a mi alcance.
-devuélvemelas.
-No, son mías ahora. Un recuerdo de nosotros aquella noche.
-No seas asqueroso, regrésamelas. Tú debes tener más de esas, no quieres que las mezcles con las de las demás, vas a arruinarlas-me sentía pequeña su lado, él era de un metro ochenta casi veinte centímetros más que yo, no paraba de reírse cada vez que saltaba para tomar mis bragas negras, muchas veces estuve a punto de estallar cerca de sus labios así que me aleje vencidas.
-¿las quieres?-pregunto muy cerca de mis labios.
-si.
-bien. Te veo a las doce en mi habitación, solo así las tendrás devuelta-y besa mi frente para salir como un ganador y dejándome asustada ante su petición-por cierto, no me gustarías de rubia
-no voy a ir-me digo a mi misma muy firmemente.
Primero muerta antes de caer en sus malditas redes, ni siquiera sabía si neil era una persona segura, me estaba arriesgando mucho con ello
. El sexo se había salido de control y en menos de cinco días el simplemente me había provocado orgasmos intensos y agotadores, nunca había pensado que mi cuerpo se podía sacudir de aquella manera y mucho menos que un hombre me las produjera. Me lanzo a mi cama y cubro la cabeza con una almohada.
Nunca de los nunca le daría esa satisfacción a ese cerdo bastardo.
Pero ya estaba ahí.
Sé que era un error, me arriesgaba a mucho por unas bragas, aunque aquella era una prueba de nuestra noche. Golpeo mi frente contra la puerta un par de veces llena de frustración por culpa de mis ataques impulsivos estaba metida en este problema con una cabron ególatra.
-Mierda, mierda, mierda-susurro entre la oscuridad del pasillo.
La casa seguía aún muy callada. Todos dormían plácidamente con la excepción de Vivi y Sam que parecía que estaban teniendo una propia batalla entre tantos gemidos y gritos.
-Hola-Neil dice detrás de la puerta con su cínica sensualidad.
-Ya vine. Ahora entrega...-no termino de hablar, ahora soy forzada a en contra de mi voluntad a ingresar aquella habitación hecha toda una porquería.
En el piso había muchos papeles revuelto con ropa sucia y baquetas por doquier. Totalmente fuera de lugar me concentré en los posters de aquellas múltiples bandas que había escuchado. La habitación de Neil era un completo caos al igual que sus ojos oscuros y penetrantes. Detrás de mi la puerta se cierra con seguro y me giro bruscamente para saber que intentaba.
-te habías tardado mucho-con mucha cautela se me acerca pero se detiene a unos escasos centímetros.
No dejo de pensar menos lo que había pasado en la ducha y me sonrojo como una estúpida adolescente-¿con que escuchando como Sam se monta a tu prima?-sus cejas se mueven divertida por su comentario. Se lanza a la cama y puedo ver su cuerpo sin camisa, pero primera vez noto su abdomen esculpido de manera casi inverosimil
¿cómo diablos anda así si no hace nada en todo el día?
-no tienes que ser tan vulgar Neil-retrocedo un poco.
Escucho el crujir de una lata y el olor a cerveza rancia expandirse por la habitación.
¡de verdad que este sitio necesitaba urgentemente una ayuda o seria clausurado por la sanidad!
Lo curioso era que a pesar de que esta habitación fuera tan deplorable como la mente de ese ser, su ropa y sus manos estaban totalmente inmaculados al igual que los asientos de su auto.
Sigo buscando por algún lugar la prueba del delito, al lado de su cama con sabanas azul oscuro estaba un cajón pequeño que tenía muchos envoltorios con condones sin usar y mi adorada braga.
Él se adelanta a mi movimiento. Corro feroz mente para tomarla y su cuerpo me lanza contra la cama, nuestros pechos se golpean con mucha intensidad, parpadeo tratando de reaccionar, pero está justo arriba de mí y mis piernas están muy abierta, puedo otra vez sentir aquella dureza que esta rozando en mi vientre.
¡mierda! El de verdad esta excitado
¿pero cómo podía ser eso cierto? ¿será esto una enfermedad mental?
-no tan rápido Bea. Tenemos que hablar-sus labios mse encuentra a pocos centímetros de los míos y me sonríen con el mayor de los descaro.
-¿que quieres?-pregunto furiosa-regrésame mis bragas-frunzo el ceño y agito mis manos para arañarle la cara.
-no te las daré. Son mías, ya te lo había dicho-y sus manos me inmovilizan, ahora estaba a su merced, indefensa y con una urgencia de que me tocara ahora mismo.
-pero tu dijiste…
-no importa lo que haya dicho-interrumpe-ahora podemos hablar o podríamos-y aprieta mi pecho con firmeza, pero enseguida se gana una bofetada.
-tarado-bramo saliéndome de su cuerpo.
-tiene una mano muy pesada-habla sorprendido.
-habla de una vez idiota, tengo que irme-demande furiosa.
-bien, tranquila cariño-y solo recibo una sonrisa.
-yo no soy cariño tuyo lo entiendes?
-¡esta bien! Eres realmente jodida-y se sienta en la cama estirando un lugar para invitarme sentar-vamos, no muerdo. Mucho.
-deja tus palabras cachondas para otro momento y dime lo que quieres.
-si lo dices así de claro, te quiero a ti-se aproximó a mis labios y los rozó con los suyos levemente m
-¿te me estas declarando?-suelto una risa burlona, mi ceja ese levanto aun incrédula por sus palabras.
-¿que? No. No de esa forma. Ya quisieras, los tipos como yo no se enamoran- frunció enseguida sus cejas gruesas-follan y yo quiero follarte ¿lo captas o quieres muñequitos?
-pero ya lo hiciste y dos veces-trato de alejarme, pero su mano me agarra rápidamente- te dije que no quiero esto, no deseo problemas-me recuerdo más para mí que para él.
-y es por eso que quiero que seas tú-dice llanamente sin que pudiera e tender nada-mira, yo no me quejo, siempre tengo sexo casi que, a diario, pero el problemas son ustedes, las mujeres-y se lanza en la cama soltando un suspiro-quiero estar con alguien que no se moleste por mi estilo de vida. Solo sexo y nada mas que eso. Yo no te gusto, pero te atraigo, lo cual es evidente.
-no estés tan seguro-y arqueo mi ceja.
-bien, pero sé que te gusta lo que te hago así que ¿quieres tener una relación s****l sin compromisos? Sólo tú y yo sin el fastidio de que tener que fingir que nos queremos o algo por el estilo. Te dejare poner las reglas-me mira de reojo mientras pienso aquella petición que parecía pedida por un cerdo bastardo con voz de niño arrogante.
él no me gustaba para nada pero lo que hacía era realmente grandioso aunque no podía evitar sentir miedo, pues yo no era una puta pero me gustaba que me tratara como una.
¿eso sería normal? Me avergüenza mi forma de pensar, porque para ellos todo era más fácil, mientras más follaban mejor para ellos al contrario de nosotras que mientras más follamos con personas diferentes solo nos vemos cada vez más denigradas como si no tuviéramos valor por eso.
cierro mis ojos para concentrarme, si acepto a su propuesta no habrá marcha a atrás y me gustaba los beneficios.
La semana pasada me la pase sin ningún problema e n la cabeza, Carrie, mi padres ese cobarde de Harry se esfumaron por completo. Yo necesitaba una salida y aunque odie admitirlo, Neil Cooper era experto en ellos.
-bien. Acepto con algunas condiciones.
-las que quieras, amor-y se siente alegre de la noticia.
-Uno. No quiero apodos cariñosos, cero: amor, bebe, cariño, honey ¿entiendes? -y el asiente como un niño obediente-Dos. no voy a darte ninguna mamada, así que sácalo de tu sistema.
-eso realmente me entristece, pero bien-se pasa delicadamente la mal por su barbilla y se acomoda muy cerca de mí, en la punta de su cama para seguir escuchando mis condiciones- como quieras.
-Tres. Me da igual si estas con una chica, siempre tienes que usar condón conmigo. No permitiré que me pegues alguna enfermedad, no sé en dónde has metido tu cosa.
-¿algo más madame?-cruza sus brazos de manera interesante. Puedo ver parte de sus músculos como se agrandan por la presión.
-no. creo que eso es todo-respondo confiada en mis reglas.
-bueno. Acepto tus condiciones, pero tienes que aceptar las mías ahora.
-habla entonces-ahora soy yo la que me siento derecha para escucharlo hablar.
-puedo usar cualquier posición contigo, incluso darte por detrás-dice tranquilamente a la vez que se de a palmadas en su trasero.
-¿que?-abro mis ojos de sorpresa-oye..-trato de replicar pero es tarde.
-shhu-coloca su índice en mis labios-ya hable. Quiero evitar malas caras, reclamos y celos cuando me veas con una chica. Tengo una imagen que cuidar.
-seguro -ruedo mis ojos-¿qué más?
-pase lo que pase tienes que confiar en mi y no chillar cuando te pida hacerlo en cualquier lugar ¿puedes con ese? Deberías ser más abierta Bea, relajarte un poco.
-bueno, esta bien con tal que no me pongas hacer ningún trio o besarme con una chica.
-auch. Eso era lo primero que tenía en mente. Exiges demasiado, solo es sexo.
-si, sexo ¿nunca te explicaron los pro y contras de él?
-veo que a ti si-y juntan sus labios con los míos lentamente.
Su lengua me produce una leve cosquilla en la comisura, pero cuando se adentra a mi boca siento como mi piel se enciende.
-que haces-pregunto casi débil soltando pequeños jadeos por la excitación, Neil sabia muy bien cómo hacer que una chica se estremeciera y conmigo lo estaba logrando con un simple beso.
su mano se deslizo por mi muslo suavemente y acarició la curva de mi trasero hasta que me hundió para poder sentir aquella dureza en mi entre pierna.
-empezar nuestro acuerdo-dice respirando lentamente en mi mejilla.
-la verdad es que me dejaste con más ganas desde que estábamos en la ducha-me vuelve a besar mientras que sus manos se escurren silenciosas hacia mis pechos para masajearlos suavemente.
Sus manos, sus besos, todo él era un volcán en erupción para cualquiera y aquella noche me lo demostró una vez más a medida que me tocaba y me hacía soltar varios orgasmos en pocos minutos.
Cada movimiento era intento y muchas veces tenia que taparme la boca para evitar que mis orgasmo no lentamente a la casa entera. Su forma de tocarte, de acariciarte y hacerte sentir poderosa o frágil pero muy excitada era fascinante. Como si tus emociones se revolvieran y explotaran en miles de fuegos artificiales dentro de cuerpo a la vez que te colocaban en sus piernas.
-¿no está mal después de todo o sí?-pregunta apartándome mi cabello de la cara.
estoy recostada en su pecho y no paro de ver un cuervo tatuado en su costilla y la mariposa negra que esta en su antebrazo izquierdo.
Apenas podía ver al chico loco y despreocupado que usaba a las mujeres com maquina para tener sexo, de cierta manera a veces resultaba perfecto aquello de l de sin compromisos. Yo no quería tener compromisos en mi vida y mucho menos pensar en los hombres, de verdad los aborrecía, aunque me acostara con un uno. Muerdo mi labio, este tiene una pequeña mancha roja que había dejado mi arrebato de esta tarde mas los jalones que le daba Neil en nuestro acto s****l.
-nunca pensé que fueras tan buena-me dice un cumplido mientras se estira e su almohada-¿o es que yo provoco aquello en ti?
.-ni lo sueñes. ¿por qué siempre tienes que ser tan engreído?-resoplo poniéndome la pijama que era un mono elástico con sapitos verdes.
-no soy engreído, soy realista. Deberías saberlo-pasa las mano por cabello castaño para peinarlo un poco-¿tu por que odias a los hombres?-me pregunta curioso.
-no es tu problema.
-no tienes que ser tan antipática, solo buscaba una conversación.
-¿quieres conversar?-y levanto mi cabeza para mirarlo
-no, puedo seguir cogiendote si lo prefieres-y suelta una carcajada.
-idiota-le lanzo la almohada en el pecho.
Busco por todos lados aquellas bragas pero le la seguía tendiendo enredada a su muñeca, no para de agitarla al ver que no dejaba de mirarla.
-te lo dije, es mia. Te recomiendo que no dejes otra más o soy capaz de agarrarla a mi poder.
-¿se puede ser mas bastardo?
-ven a comprobarlo-y me arrastra hacia el para besarme una vez mas colocándome arriba de el.
La puerta se abre de pronto y Alex en calzoncillos nos encuentra a ambos en una posición embarazosa.
-esto es...-queda enmudecido por el asombro.
-cierra la puerta imbécil-dice Neil molesta a la vez que me hundo en su pecho muerta de la vergüenza, yo estaba encima de él y con mi sostén nada más cubriendo mis pechos.
-me quiero morir-digo para mi misma.
-ten Bea-Neil me coloca la sabana entre los hombros para cubrirme.
-esto es...algo incómodo, yo.
-¿que mierda haces aquí, Alex?-Neil se levantó y se acercó hacia el, estaba a punto de lanzársele de encima pero no lo hizo.
-bueno amigo, no pensé que estabas con alguien, todo parecía silencioso y vine con fanny, la tengo en mi habitación y no tenía condones. Jure que estabas durmiendo, solo tomaría uno, eso es...¿cuantas veces lo han hecho?-pregunta viendo tres condones usados en el suelo.
-agarra los condones y lárgate.
-bien. Yo lo siento. No quise interrumpir nada, les prometo mantener esto callado. Buenas noches chicos, sigan divirtiéndose.
-esto no es buena señal..
-¿no te echaras para atrás ? ¿ o sí?-pregunta levantándose para seguirme hasta la puerta.
-¿por qué no le pusiste seguro?.
-no pensé que alguien entraría. Lo siento. De verdad, no quería que nadie se enterara, pero hablare con Alex, es mi amigo y no dira nada, confía en mi yo lo arreglo todo.
-Mas te vale que sea verdad o esto se termina Neil-le advierto saliendo peor de como había entrado.