-¿Te la coges?- Alex grita desde la sala de perforación.
Lo fulmino con la mirada por la forma en que había llegado. Me encontraba limpiado mis utensilios y estaba muy tranquilo hasta que se mete y grita aquella barbaridad. Afortunadamente Sam no está cerca para escucharlo lo cual hizo que me ahorrara unos problemas, pero como deseaba matarlo a el.
-nunca pensé que de todas las mujeres repitieras con Bea-se acostó en la camilla cómodamente esperando a que le explicara todo.
-cierra la boca, imbécil. No te importa lo que hago yo con ella.
-tranquilo hombre. Solo se me hace raro. Sé que no te gusta Bea y que lo de la apuesta te llevo hacerlo, pero ¿porque repetir? Tiene que ser muy buena para ello.
-ya se los dije, no les incumbe. Es un asunto mío. Un acuerdo, solo puro sexo sin presiones. No tienen que hacer escándalo y por favor no se lo digas a mas nadie. Bea no quiere que nadie se entere.
-una chica que no quiere que se entere que se acuesta contigo ¿es no te ofende?
-no, me da igual, no me importa, solo quiero una cosa de ella y ya la tengo. Lo demás es pura historia-termino de decir. Escucho que la puerta se abre y las campanillas suena, un cliente ha llegad, me apresuro a salir y veo a Leah entrar algo preocupada.
mi hermana de diecisiete años había crecido mucho, era igual de altas que mi madre y yo pero tenía la sonrisa de mi padre para su fortuna y mi desgracia pues muchas veces la veo a través de sus ojos chocolates y la cabellera espesa que peinaba con una coleta de caballo limpia y recta.
-¿no deberías estar en la escuela?-le pregunto extrañado de su presencia.
Leah vivía algo lejos, casi al otro punto opuesto de la ciudad y este barrio era de mala muerte, sabía que aquí estaba infestado de un montón de hijos de putas que no se lo pensaría para hacerle daño.
-estoy mal-dice entre lágrimas y me abraza fuertemente.
-¿qué te hicieron?- detalle muy bien como temblaba como un animalito asustado.
Su uniforme arrugado y un poco sucio, su rodilla tiene una leve raspadura lo que indica que de nuevo era acosada.
Gire suavemente hacia la vitrina. Eran 4 chicas más altas y musculosas que no dejaban de reírse viendo a nuestra dirección. La sangre hirvió de inmediato. No podía tolerar que intentaran hacerle daño a mi hermana pequeña.
-me harte. Vamos por ellas-digo tomándola de la mano con fuerza, pero me detiene
-¿estás loco? Puedes ir preso, solo déjame esconderme aquí, ya se irán, por favor-suplico con ese tono meloso que odiaba.
-no voy a permitir que alguien te haga daño y menos un montón de pequeñas putas.
-no-grita con fuerza-no quiero que vayas para allá, solo vine porque no había otro lugar. ¿me vas a esconder o me tengo que ir a otro lado?-se aferra de su bolso con fuerza será muy pequeña pero aquel carácter era muy mandón y a veces daba algo de miedo.
-bien, pero si las veo o se la van acabar, nadie se mete con mi hermana-y le desordenó el cabello.
-gracias Neil. De verdad, no sé qué haría sin ti-y se cuelga en mis brazos.
-¿que pasa? Oh, hola Leah-saluda Alex-¿qué diablos te ha pasado?-pregunta preocupado.
-solo unas compañeras de la escuela.
-entiendo. Deberías romperles la cara para que te hagas valer ¿cómo es que no la has enseñado a pelear?-me pregunta intrigado.
-yo no soy un chico, Alex -le regaña infantilmente-no es correcto que me enseñen a dar golpes.
-pero no estaría de más. Una chica que se sabe defender vale por dos.
-el tiene razón, tienes que ser fuerte, Leah. no quebrarte cada vez que esa niñitas te acosen.
-para ti es fácil hablar. Siempre estabas metidos en peleas yo no puedo ser como ustedes-e infla las mejillas a la vez que se sienta en el sillón-todo es tan injusto-resopla-de paso se metieron en mi laptop y la llenaron de un virus extraño que borro parte de la información. No sé qué hacer, todo esto es una mierda.
-las malas palabras no, señorita-le riño.
-no tienes moral Neil-dice Sam a la vez que se despide de un cliente.
-¡oye! Ella apenas es una niña, no debería decir tantas groserías.
-oh, vamos-ella dice-tú tienes la bocota más sucia que he escuchado en mi vida.
-pero soy un adulto y tu no. Y eres mi hermana, mi hermana menor ¿entiende qué es eso?
-que jodida mierda-dice apropósito-¿me puedes prestar para mandarla arreglar?-pregunta.
-¿en cuánto saldría?-pregunto sacando dinero de los bolsillos de mis jeans.
-quince billetes-su voz infantil quería suavizar el golpe.
-¿que? ¿quince? olvídalo.
-¿como dices eso? Sabes que la necesito para el club de audiovisual.
-no tengo tanto dinero ahora.
-Claro, seguro te lo gastas te con tus putas ¿o me equivoco?
-nunca gasto mi dinero con las mujeres-me mostré ofendido-solo salde unas deudas que tenía. Mi batería no se paga sola.
-dejen las peleas-Sam interviene-porque no vienes a casa, Leah. Bea podrá hacer algo por ella.
-claro lo que sea para arreglarla. Muchas gracias Sam, al menos aquí alguien se comporta como un hermano mayor-ella me da la espalda y de nuevo se sienta a esperar que pase la última hora antes de salir.
Solo debíamos esperar que un par de clientes más se fueran satisfechos con nuestros trabajos. Por mi parte me encargaba de las perforaciones y las que tenían todos los chicos de la banda habían sido de mi parte, Sam era el más artista y se dedicaba a los tatuajes en aquel negocio desde hace cinco años.
Nos iba bastante bien, al menos nos daba para pagar las deudas y sobrevivir al fin del mes y con eso era suficiente para mí. Yo en realidad, no exigía muchas cosas a la vida y es por eso que una vez que cumplí la mayoría de edad y termine la escuela empecé a trabajar por mi cuenta. Entonces es ahí donde Sam me invita a vivir con el mientras pagaba una renta decente.
Ambos nos conocíamos de jóvenes, estudiamos en la misma escuela y nuestra amistad nos unía de una forma casi fraternal y completamente musical.
La Banda era nuestra única forma de desahogarnos. Tocar la batería me permitía drenar lo que tenia por dentro y evitaba el poder que patear vario culos en la vida. Creo que lo único bueno que hizo Violet fue obligarme asistir a clases de música con el fin de que así yo pudiera drenar toda mi energía estando en un entorno no violento.
Se suponía que nuestra banda era solo una joda de instituto y los únicos miembros eramos solo Sam, Alex y yo hasta que fui solo apareció el chico raro con buenos arreglos que era Jake y una de las mentes mas avanzada en música como Dante.
Ambos nos montamos en mi auto. Alex se acomodó en el asiento del acompañante lo que puso muy molestas a Leah y empezó a discutir con el como de costumbre.
-no es justo. Yo soy su hermana, debo ir adelante-y le dio una palmada en la cabeza.
-Neil, agarra a tu hermana-se quejo el luego.
-Neil-grito Sam antes de montarse en su auto rojo-¿podrías hacer un favor antes de irte?
-¿qué?-suelto con impaciencia.
-necesito que antes de ir a casa busques a Bea en la universidad. Yo le había prometido, pero tengo que resolver unos problemas ¿podrías?
-como sea-ruedo mis ojos. Ahora no solo tenía que aguantar a ese par de idiotas en el auto, también se sumaría la chica amarga.
Acelero y en menos de media hora nos encontramos en aquella universidad que era un conjunto de varios edificios con fachada de piedra ocre y lleno de muchas áreas verdes con cambios serpenteantes a sus lados.
-¿y esa Bea? ¿es linda? -pregunta Leah con curiosidad.
-¿linda? No lo sé ¿qué dices tú Neil? -Alex suelta una carcajada a la vez que me da toques con el codo- ¿eh? ¿es linda?
-vete a la mierda, Alex -y le saco el dedo del medio.
- ¿por qué él se burla de ella? -empieza a decir curiosa mi hermana apoyándose del asiento.
-porque eso hacen los idiotas. ¿qué te importa si ella es bonita o no? -y golpeo el volante con insistencia- ¿en dónde está?-digo entre dientes buscándola en medio de aquellas hermosas chicas, no sería difícil de detectarla, estaba seguro de que cargaba un gorro ridículo de animales como siempre y tenía su nariz metida en aquel video juego.
-no tienes que ser pesado conmigo Neil. Yo solo quiero saberlo ¿y de quien es novia?
-de Neil-vuelve a decir Alex
- ¿en serio?
-es prima de Vivi, no es novia de nadie. Ella odia a los hombres.
-lesbiana-suelta mi amigo.
-¿que? Solo porque los odie no quiere decir que sea una lesbiana. Ustedes son tan cabezas huecas-empezó de nuevo con su papel de defensora del pueblo que tanto odiaba.
-estoy a punto de enterrar mi pie en el trasero de alguien-amenazo.
-mira ahí esta- Alex señala a a la chica con un gorro de gato gris que salía hablando con una chica morena y muy alta.
-esa amiga me gusta-dice el-voy a buscarla- Alex me da palmadas en el brazo y se les acerca. Saluda a Bea fingiendo ser su amigo y la olvida para presentarse con la chica morena. El dice algo, señala el auto y los tres se encaminan hacia nosotros.
-hermano, tenemos que hacer una parada más, llevaremos a Alison a su casa-dijo sin preocupaciones pero y sentí como si mi paciencia se agotara. odiaba que ofreciera aventones sin mi permiso, este era mi maldito auto, iba a decir algo y Leah me detiene tocando mi hombro.
-ella es Alison, amiga de Bea-dice el chico y toma su asiento.
-bien ¿podemos irnos?
-si-Leah asiente con entusiasmo.
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JAke estaba en el sofá viendo una película pacíficamente cuando llegamos lo que significaba que estaba de nuevo desempleado.
Todos entramos y solo nos ignora hasta que su cuello se alza lo mas largo que puede solo para observar como Bea se volvía como una chica parlanchina con mi hermana.
Para sorpresa de todos ellas parecían amigas de toda la vida hablando de términos japoneses que yo no entendía. Ambas hablaban con términos desconocidos. Mi hermana lucia emocionada, como si esta fuera la primera vez que conociera a alguien que la comprendiera mientras que esa chica amargada solo le respondía fríamente pero de forma mas fluida mientras revisaba la laptop
-sabes muchas cosas-dice mi hermana detrás de Bea como un perrito faldero-¿como es que sabes tanto?
-las cuñadas se llevan muy bien ¿no?- Alex bromea.
Ambas suben a su habitación un largo rato en el cual no me preocupe de nada. Esperamos que Sam regresara y como siempre ensayamos una nueva canción que había estado componiendo hace un par de semanas y con unos arreglos de dante la letra y la música lucia perfecta.
Pronto me dirigí a la cocina por algo para beber. Me tope con Bea que estaba apoyada a la ventana y a juzgar por los susurros supuse que tenia una gran discusión con su madre.
-no me importa mamá, desherédame si quieres, pero no regresare con ustedes nunca más. Necesito tener mi propia vida, ya hice mucho por ustedes y Carrie-golpea la pared con fuerza a medida que sigue hablado-si ¿tu crees que no lo siento? Yo estaba ahi, yo la vi y tu no. Ustedes solo viajaron pensando que todo se iba a reponer y me dejaron con mi hermana mayor, y la tenia que cuidar, pero quien me cuidaba a mi. Quien lo hace ahora-y cuelga para luego caminar un par de metros algo estresada, casi molesta, me quede en silencio por un largo rato, quería verla llorar, dentro de mi sentía esa urgencia de que se lanzaran en llanto como lo hacían todas las mujeres.
-¿qué haces ahi?-se quejó acercándose.
-nada, solo...
-deja de escuchar conversaciones ajenas-me ordeno del peor de los humores. Sus labios se presionaban con fuerza mientras que sus manos temblaban ligeramente llenas de rabia.
-querida, tenlo por seguro. No me interesan tus problemas-sonreí mientras me acercaba más a ella-además, vivimos en la misma casa. Es muy difícil no escuchar tu conversación con Doña Bruja.
ella rueda sus ojos e intenta irse pero por alguna razón solo la agarró del brazo con fuera.
Bea me lanza una mirada. Mi piel se eriza en una especie de alerta. Sabía que me estaba jugando mucho la vida en este momento. Pero de pronto la situación lo ameritaba. Me acerco lo mas que puedo. Ella no parece confusa, ni siquiera molesta. Solo esta con esa expresión gris y vacía mientras deja que me incline hacia su rostro.
-tengo algo que pondrá fin a tu agonía-mis palabras brotan despacio.
-no, gracias. No quiero drogas-ella suelta en su intento de hacer una broma.
-¡oye!-la tomo de la barbilla-esta es la única droga que puedo darte-dije y solo la bese sin importar nada.
Mi lengua fue directo hacia su boca. no pedí permiso, no me interesaba si en este momento solo rompía las reglas. El contacto pial a piel solo hace que me endurezca sin quererlo. Bea intenta negarse. Ella se suelta. Sus manos van contra mi, siento como me da un gran empujón, pero apenas logra moverme.
-Cerdo Bastardo ¿Cómo te atreves? -retrocede apenas.
-sabes que te gusto-sonreí para aumentar su enojo-te apuesto a lo que quieras de que estas muy mojada.
-vete al diablo-resoplo apretando sus puños y entonces solo se abalanzo contra mi buscando de nuevo más besos que fueron correspondidos de una forma tan violenta que solo me queda pegarla contra mi cuerpo mientras la escuchaba gemir dentro de mi boca.
La tomo fácilmente, sus piernas me rodean las caderas mientras que rápidamente la llevo al interior de la pequeña lacena, quedándonos completamente a oscuras en un espacio diminuto donde apenas podíamos movernos. Puedo sentir como su pecho se estremece y el movimiento constante de su corazón turbio a medida que aprieto y masajeo su sexy trasero. Sus dientes me muerden y eso solo me enloquece tan rápido que ya estaba completamente duro.
Mi cerebro solo se reinicia y mi queda en blanco salvo por un único pensamiento que me regia. Follarla. De pronto se volvió una necesidad querer bajarme los pantalones y hundirme en ella con tanta respiración que pensé que no podía aguantar.
-rayos, Bea. Necesito tenerte ahora-susurre mientras me frotaba contra su entrepierna húmeda.
-no es buena idea-confiesa entre un leve sonido que brota de sus labios.
Nuestras transpiraciones forman una especie de vapor en esas pequeñas cuatros paredes. La presión de nuestros cuerpos nos quemaba al más mínimo roce. Con dedos habilidosos suelto ese pequeño botón y tengo pase libre a interior húmedo y cálido
-un momento- su voz me detiene cuando justo estoy tocando la curva blanda de su pecho.
-¿que?-apenas logro decir mientras me frotó contra ella para que sienta mi dureza.
-no quiero seguir dejando a tu hermana sola en la habitación-es lo que dice y recuerdo que ella estaba con nosotros y que también la casa estaba habitada con los demás y ahora un dolor de bolas y frustración viajaba en mi cuerpo de un lado a otro.
-bien. ¿ahora estas mejor?-su estúpido gorro se encontraba torcido y siento la urgencia de acomodarlo, miró un momento más sus ojos, tiene otra vez esa mirada angustiante y herida que era tan típica de ella.
-si-pero no me mira a la cara.
-claro que estas mejor, mis besos son como drogas-bromeo con ella.
-no seas creído-rueda sus ojos sale del armario de herramientas.
-solo soy realista, Bea-pero nos quedamos un largo rato en silencio otra vez-¿ella te molesta mucho?
-no, tienes una gran hermana, ella es mucho para un cretino como tú.
-Es grandiosa porque es mi hermana pequeña-le guiño el ojo-y en realidad no entiendo que es lo que se ven una a la otra-me encojo de hombro.
-Es muy inteligente. bueno, me tengo que ir.
-puedes ir a mi habitación esta noche-digo tomándola del brazo- prometo poner seguro esta vez-
-no lo se. Quizás.
Pero en realidad no llego a pesar.
Se sentía completamente ridículo que ella me dejara esperando. La tentación de dirigirme a su habitación, ella solo estaba a unos pasos para follarmela, pero mi orgullo me impedía acercarme. era casi una ofensa que no quisiera estar conmigo. yo era el maldito Neil Cooper y nunca antes ninguna mujer me había dejado plantado.
Los siguientes días no supe mucho de ella, solo llegaba a su habitación y se encerraba hasta el día siguiente. Ni siquiera había a hablado con su prima ni una sola vez.
Bea era una chica que parecía gustarle la soledad aunque yo creo que en eso mentia. A nadie le gustaba estar solo bajo ninguna circunstancia, aunque ella parecía mostrarme lo contrario mientras jugaba en su habitación todo la noche y mostraba sus ojeras de zombie al día siguiente.
El viernes en la noche la banda se reunió en el bar de nuevo y como siempre estaba atestado de personas bulliciosas que movilizan sus cuerpo al ritmo de la música. Para la noche de hoy Vicky, la pelirroja gótica me acompañaba para todos los lados que iba.
Siempre le encantaba sentarse en mis piernas y devorarme la boca mientras me encargaba de apretar su gran trasero dentro de aquellos pantalones de cuero brillante y apretados.
-Bea-escuche su nombre.
De nuevo la otra Bea robaba las miradas de los hombres en la habitación, perdí concentración y Vicky me mordio de mas el sitio del aro lastimándome un poco.
-¿que sucede?-pregunta cuando me detengo.
-tranquila nena,con calma.
-las cosas no son con calma contigo-y sonríe seductoramente.
quiero de verdad concentrarme pero el vestido de Bea esta noche la hacia lucir tan caliente que deseaba que mis manos se fundieran en ella. mis ojos la siguen hacia un rincon en la esquina. ellos se sienta en nuestro sitio de siempre. Vivi no deja de tener esa sonrisa estúpida mientras agita su mano para llamar a alguien. de la oscuridad emerge un chico cuya barba de chivo le hacia lucir mas viejo de lo que era.
Bea arruga su frente cuando ve la intención. su prima acerca a Erick a la mesa y los presenta en un patético intento de que se conozcan.
sonrió porque se que ella va a espantarlo con su agrio caracter pero el suave brillo de su sonrisa nuevamente ilumina su rostro.
-¿y ahora que?-me pregunta Vicky mientras seguía viendo el espectáculo con la ceja levantada.
Al parecer yo era la única persona que la colocaba de mal humor pues con lia y ahora con erick barba de chivo parecía todo un amor.
-tengo sed. Voy por una cerveza-le digo para apartarme de ella.
-te acompaño-y presiona mi mano con la suya fuertemente para luego enrollarse en mi brazo.
-me encanta estar contigo-dice llamando mi atención pasando sus suaves dedos por mi estomago.
-buenas, buenas-saludo a -Erick con los puños y tomo asiento-Erick, Bea ella es vicky-e las presento viendo la expresión de Bea, ella solo se mostraba neutral, sin ningún sentimiento en su rostro,parecía un robot algo incomodo por el ruido-¿que les trae aquí esta noches?-
-nada, es una fiesta¿o no?-ella dice algo irritada
-no cualquiera. Mi novio va a tocar esta noches y me dedicara su nueva canción-Vicky casi grita eso a los cuatro viento.
-oh, eso es ¿genial?-erick toma como en broma-¿quieres algo? ¿una cerveza?-pregunta a su cita.
-un refresco, solo eso por favor-bien,ya vuelvo y le da un suave apretn de mano de manera cariñosa ara irse a la barra.
-yo quiero también una ¿por que no me la pides cariño?-le pregunto dulcemente a la pelirroja tonta y acepta no sin antes de marcarme como suyo con un gran beso.
-¿te divierte esta noche?-le pregunto
-¿tengo cara de que me divierto?-alza su ceja-al menos Erick es agradable-suspira relajada.
-¿quien cara de chivo? ¿en donde es agradable?
-¿no es tu amigo?-
-si, si lo eso. Por eso te digo que no es agradable o no tanto como yo.
-no estoy de acuerdo contigo, el me cae mejor que tu. Al menos trata de tener sus manos las primeras horas algo separadas de mi.
-no creo que sea lo que eso te guste-deslizo con suavidad mi mano en su pierna y subo lentamente deseando que no me rechace y en realidad no lo hace,ella solo cierra sus ojos un segundo y toma mucho aire-tengo razón, esto es lo que te gusta en realidad -y la retiro rápidamente. Ella muerde su labio y me lanza una maldición con los ojos.
-cretino-muerde su labio detenidamente para contener su jadeo. Puedo sentir enseguida como se va humedeciendo solo por él contacto de mi dedo en su interior.
-!Ves! De esto es lo que hablo. Te enciende que coloque mis mano sobre ti.-
-dejalo antes de que te...mierda-su respiración se acelera. Nadie podía ver su hermoso rostro enrojecido por la lujuria, el pecho de Bea se movía salvajemente que ahora yo sentía la presión en mi entre pierna. Hundo esta vez dos dedos junto con la tela para llegar mas al fondo de ella.
-si tanto quieres que te de deje, lo haré-sonrió victorioso ante mi batalla, Bea estaba completamente humedecida y apuntó de gritar hasta que quite mis manos sobre ella solo para jactarme de verla enojada y ardiente.
-cerdo bastardo.
-yo también tengo una apodo para tu Bea. Pequeña bruja.
-Ten Bea, no había refresco aqui que te traje una margarita, espero que te guste-se sienta a su lado y siguen hablando sobre el tranquilamente. Entrecierro mis ojos seriamente, sabia cual era el juego de Eric. Queria embriagarla.
-mueve tu trasero Neil-grita Dante mientras corre al escenario, de nuevo era nuestro turno para entrar en acción, miro un segundo antes de irme a Bea y como reia a medida que Erick se le acercaba lentamente. Ella nunca se había reido asi.
-apurate-Jake me dice entregándome las baquetas.
Me acerco al lado de Sam, el ya tiene el micrófono y empieza a darle las bienvenidas a todos luego habla sobre la nueva canción y me pasa el micrófono a mi pero yo sigo realmente entretenido con aquella maldita escena de Erick poniendo sus asquerosos dedos en el hombro desnudo de Bea.
-¿pasa algo?-y mira directamente a la mesa-sera mejor que hables, todos nos mira como estúpidos.
-si. Mi chica especial,sabes quien eres te dedico esta canción-y las chicas suspiran, Vicky muerde su labio de manera provocativa y juega con su cabello cuando digo aquellas palabras y Bea, ella no me presta atención,sigue ahí cayendo en la trampa de Erick, que decepcionante. Pense que era mas lista pero resulto como todas.
empiezo con la batería y todos siguen mi ritmo acoplándonos facilmente y dejando que las canciones sigan su propio ritmo una tras otras. Mucha ropa interior y números de chicas caen para nosotros, eramos unos jodidos con esto de la banda.
Todos coreaban nuestras canciones y pedían mas de nosotros hasta absorbernos nuestra energía. Somos los amos del lugar. se que toda chica mataría por estar con nosotros, pero no Bea yde pronto aquello casi se siento como si fuera un problema.
cuando se termino el ultimo verso un aire caliente rodeo el escenario. se sentia ese silencio abrazador en mi pecho mientras que los aplausos vitoreaban nuestro éxito.
Solo es una chica. me digo a mi mismo.
-eres sensacional cariño-Vicky me besa de nuevo-creo que esta noche me quedare contigo-hace su eleccion y me arrastra lejs deaquel bar.