Capitulo 19-Bea.

4517 Words
Me sentía nerviosa antes de hacer esa visita a casa de su padre. Sabia muy bien que no era buena con las personas. No se me daba aquello de socializar y todos me consideraban una rara por mi forma de vestir o por mi comportamiento. Claro que nunca me había importado lo que piensen los demás, pero la casa de Neil, sus padres aquello era todo diferente. Intente no ser la Bea de siempre. Trate de hablar un poco más y sin perder aquella esencia que me caracterizaba. Claro que no lo hacía por mí, lo hacía por Neil. El estaba sumamente nervioso desde que me recogió en la universidad. Hubiese dado lo poco que tengo para averiguar que pasaba por sus pensamientos en ese momento. El hecho de ver a su madre luego de tanto tiempo lo ponía muy tenso. Su historia y la de ella no eran muy buenas. De cierta forma lo entendía. Tuvimos mala suertes con nuestros padres, pero había algo diferente en aquella mujer. Ella mostraba arrepentimiento y podía ver que de verdad quería arreglar las cosas con sus hijos. Jamás vería haciendo eso a mis padres. Para el fue un alivio que la reunión acabara. A pesar de los interrogatorios todo había salido mejor de lo que pensaba. Al menos Neil mantuvo su bocota cerrada y todo por su hermana. Aquello era lindo. Me gustaba conocer aquella parte de Neil que casi no mostraba. El casi siempre solía comportarse como un idiota pero en el fondo era un buen hombre, alguien que adora y protege a su hermana y admira y respeta a su padre. Después de esa noche los días pasaron rápidamente y para cuando nos dimos cuenta ya el final de Octubre se acercaba y con ello el bar organizaba lo que según su publicidad anunciaba la mega fiesta del año. En la universidad y en cada rincón de la ciudad solo se hablaba del gran toque de bandas y por supuesto los chicos estarían ahí. Todos en casa estaban demasiado excitados con la idea de disfrazase como niños. Mi prima me obligo a ir de compras para conseguir los trajes perfectos para esta noche. Desde hace días había estado muy nerviosa y según ella ir a ver tiendas la calmaría. Para cuando había llegado la noche ya estaba con ella en mi habitación arreglándonos. Ella se empeñaba de que me disfrazar, pero aunque me opuse al principio termine cediendo a sus deseos. Me quede quieta en la silla mientras terminaba de colocarme aquellas capas espesas de maquillaje. Me obligo a usar pestañas postizas y solo accedí cuando de sus ojos brotarían lagrimas. A cada cinco minutos se le caían las cosas. Los labiales paraban a cada cinco minutos al suelo. -¿-me puedes decir que es lo que te pasa?-pregunto mientras me inclinaba a recoger la esponja del suelo-¿te peleaste con Sam?-pregunto al ver que me desviaba la mirada. -No-ella niega y suelta un suspiro lo cual no era un buen indicio-Me he sentido muy mal estos dias pero ya se me pasara-y me finge una sonrisa plástica y muy mala. -no te creo. puedes contarme lo que te pasa. -lo se pero...-muerde su labio y sale de la habitación corriendo para despues de cinco minutos regresar con su bolsa-mira esto-y me entrega una prueba de embarazo. -¿esta usada?-pregunto observando una raya roja. --hummjup-asiente tímida y yo la lanzo al suelo. -¡Qué asco! -Bea, no seas así, solo quiero que veas el resultado-y saco otra para mostrármela. -es positivo-suspira. -¿cuántas de estas compraste?-pregunto un tanto incrédula. -una docena-y me enseña el bolso-todas dan lo mismo, estoy embarazada y tengo miedo de que Sam se entere, nunca hablamos de tener hijos y no sé si yo sea buena madre ¿y si la cago? ¿y si no soy lo suficientemente buena? ¿y si Sam me deja? -los padres siempre la cagan, Vivi. No deberias preocuparte por eso. -no me hace sentir mejor. -lo que quiero decirte es, que, eso es algo que se aprende, nadie nace con un manual de como ser padre. No tienes que tener miedo de ello. -pero Sam ¿y si no le gusta la idea? -que la afronte y punto, una gota de esperma cayó sobre tu ovario es suficiente para que el bebé se produzca. -se lo voy a ocultar-dice ella muy confiada de su idea. -oh si, escóndeselo. con tal, él es un idiota que va a pensar que esa panza de huevo va hacer por lo mucho que comes. -no seas así, Bea. Estoy asustada. solo quiero buscar el momento adecuado. -¿y cuando será ese momento? ¿cuándo estés en el hospital? -a veces no ayudas con tu franqueza. -tengo que ser tu voz de la razón. Vivi, tu no estás sola, lo tienes a él y me tienes a mi, no pasa nada. -Eres un amor, Bea-y me abraza llorando. sus brazos aprietan mucho mi cuello con la energía que me dio al abrazo-me alegra de que estés conmigo. cuando terminamos ya éramos personas completamente diferentes, Vivi decidió un traje de gatita Sexy con un corsé que realzaban sus grande pechos y una minifalda de cuero n***o pegada a su cuerpo, además de unas orejas de gatos pegadas en su cabello rubio que hoy tenía muchas ondas doradas. Yo a pesar de las peleas me decidí por algo mas sencillo que al final ella termino de arreglar a su manera. Mi vestuario de colegiala japonesa era muy cómodo aunque algo atrevido por el corte diminuto de la falda roja. -sabes, te falta algo Bea-dijo ella buscando en aquel bolso que tenia de todo-ten-y me entrega unas medias negras que llegaban hasta mi muslo dejando apenas tres dedos de piel a la vista-y desabróchate esto querida-quitando dos botones-ahora estas mucho mejor. -se supone que las colegialas no se visten así, Vivi-le digo bromeando. -eres una colegiala muy mala, esta noche tu maestro te va a mandar al salón de castigo-dijo riendose de nuevo. La puerta sonó por quinta vez, Sam estaba demasiado molesto por que nos estábamos tardando. Vivi se colocó un poco nerviosa. No tenía el valor de enfrentarlo. Tomo su mano suavemente y la miro a los ojos. -oye, está bien. no tienes que decirle hoy pero tarde o temprano tendrán que hablar-acaricio su brazo para darle apoyo. -si-suspira y cambia aquella tristeza por una sonrisa para encontrarse con la cara de infarto de su novio. -no creo que debas salir así, Cariño. Me vas a meter en problemas esta noche-y la besa tan apasionadamente que me bloquean la salida. Me siento incómoda por aquella prueba excesiva de cariño. -esta ni siquiera es su habitación-les recuerdo. -lo siento, Bea-Vivi se aferra a su novio. -estas muy bien esta noche, Bea.  Pero deberías salir. Neil esta de un humor de perros porque te estas tardando mucho. -¿y como no se enoja cuando se tarda de la salir de la fiesta?-digo para mi misma a medida que bajamos hasta ir a donde los autos están aparcados.  Neil como siempre fumaba un cigarrillo en solitario, creo que eso lo ayudaba a calmarse un poco y pensar, siempre tenia una mirada perdida cada vez que daba una calada. Ni siquiera nota que estoy en el auto hasta que abro la puerta. -¿todo bien?-le pregunto entrando lentamente. el motor del auto de Sam suena y ambos se marchan tranquilamente. -si, todo-trata de tomar aire mientras se fija en lo que llevo puesto-no te iras asi  ¿cierto? -ya estoy vestida, Neil. -Por dios, Bea ¿cómo es que puedes producirme tantas erecciones por minuto?-se pasa la mano en su cabello a la vez que su mirada se centra en mis pechos. -¿no te gusto?-hago un puchero en mi cara a medida de que me voy acercando a el. -¿gustarme? No veo el momento de quitártelo, estas...Dios-suelta como un grito cuando subo un poco mi falda para dejar que vea un pedazo de tela de mi bragas. -¿son de muñequitos? por favor dime que son de muñequitos-me implora con una media erección en camino. -creo que tienes que descubrirlo por ti mismo, pero no ahora, Neil-debemos salir ya, los chicos nos esperan en el bar. -me encanta cuando te haces la difícil, eso es tan Sexy-me dice mientras enciende el auto. yo gateo lentamente hasta que estoy cerca y muerdo el hombro de su traje de la muerte. -es en serio Bea, si no quieres llegar tarde mejor tranquilízate, estoy hasta esto-me muestra con su pulgar e índice-de parar el auto y darte aquí mismo- -bien-ruedo mis ojos y recuesto mi cabeza en su hombro. -mucho mejor ¿no querrás que choque por tu culpa? -entonces deja de verme los pechos, Neil. sé que lo estás haciendo. -bien. sabes, cuando lleguemos no te vas a separar de mi ni un instante. -tranquilízate Neil nadie se me acerca porque les doy miedo y porque te la pasas amenazando a cualquiera que intenta acercarse. -tengo que cuidar a mi chica, no me culpes. -¿puedo saber por qué estas tan pensativo esta noche? Nunca pensé que los niños bonitos como tú les gustara pensar. -¡auch!. claro que pienso, tonta y no sabes lo que pasa en mi mente en este momento teniéndote vestida así. -pero eso no contesta a mi pregunta-ruedo mis ojos. -solo es algo que quiero hacer y no me atrevo. -¿que? te advierto que si me vas a pedir un trio no me digas nada. -no Bea, no te pediré hacer ningún trio. Pero me gustaría que algún día lo pensaras. -ya veremos. Y con un ultimo beso nos dirigimos a nuestro destino. A las afuera había grandes colas para poder pasar. Neil saluda al guardia y toma mi mano. Todos lucían disfraces ridículos o también unos muy dramáticos y totalmente oscuros. De camino a nuestra mesa tropiezo con Erik. Apenas nos ve desvia la mirada y toma otro camino. Me resultaba un poco incómodo encontrarme con él o tener que ser centro de las miradas de todos esos curiosos esos días. No solo había sido víctima de un lamentable espectáculo. También el hecho de que el mas cerdo bastardo de todos estuviera conmigo era como un motivo de ser tema de conversación entre todos. Paso a los zombies, novias sangrientas y tontos perroscaliente caminantes hasta donde estaban los chicos. El ambiente estaba movido.  Una diosa pelirroja canta como los mismos demonios mientras todos agitaban sus manos llenas de adrenalina. -Encantadoramente sexy-Jake suelta acercándose mientras tenia puesto mi gorro de panda en su cabeza. -A ti no te queda mal ese gorro-alzo mi ceja. -Se ve maricon-soltó Neil golpeando con los dedos el gorro-De verdad si que me has sorprendido. -¿y qué tal yo?-grita Alex con mi gorro de –búho y un par de chicas con trajes de bruja y de muñeca. -¿Qué pasa aquí?-Neil me miro sorprendido. -Ellos eran realmente molesto-confesé-no tenía energías de mandarlos al diablo y cedi-me encojo de hombros. -Nos vemos geniales y Bea se ve tan sexy-Alex dice ojeándome las piernas. -Callate si no quieres que te parta la cara idiota-le amenaza el ligeramente. -bien. Paz-y le entrega un porro-fumemos el porro de la paz, somos amigos y te quiero eres mi maldito amigo, si no fuera porque eres hombre te cogería, Neil. Mi hermano-y los tres estallan de risa de nuevo. -están locos, pero nunca desprecio uno ¿quieres un poco, Bea?-me pregunta con aquel papel rollizo entre sus dedos-no te hora daño. -¿y si no puedo controlarme?-le pregunto con algo de miedo. Una cosa era saber que ellos fumaban ¿pero yo? no estaba preparada para algo como eso. -tranquila, estás conmigo, nada malo va a pasarte-las puntas de nuestros dedos se rozan al pasarme aquel rasposo porro y suavemente lo introduzco en mis labios para inhalar aquella hierba un poco amarga y dejara que se esparciera en mis pulmones y sistemas. Siento como rápidamente me hace efecto relajando mis músculos. -Guao-solo digo a la vez que veo como el piso oscuro y sucio se torna de colores mientras desciendo de él como un globo que sube al cielo-esto es realmente magnifico, Neil-tomo su mano fuertemente, aunque había una turbulencia que crecía dentro de mi. -lo sé. es fenomenal. -¡A divertirnos!-grito Alex y los demás chicos lo siguieron. -Vamos, Bea-Neil tomo mi mano-tú también tienes que hacerlo. -no tengo idea de cómo hacerlo-confesé-después de todo quizás si sea una rara. -¡pamplinas! Solo te hace falta relajarte-sus dientes perfectos me regalan una sonrisa. De pronto siento la necesidad de besarlo-Vaya. Me encanta eso-el confiesa uniendo sus labios a los míos por segunda vez-oye-susurra lentamente a mi oído mientras aspira el aroma de mi perfume-estarás bien, estás conmigo. Te protegeré. Aquello era suficiente como para dejarme llevar por sus manos hacia aquella enorme pista. A pesar de mi torpeza Neil me toma de la cadera, sus dedos suavemente me mueven al ritmo lento de aquella música que está iniciando. -el truco esta en dejar que todo fluya-dice mientras que su cuerpo y el míos se rozan. Podría ser el calor de la noche o quizás aquella cosa que acababa de consumir pero mi piel reaccionaba ante cada roce de su cuerpo. Era como si nuestras ropas no existieran y la piel sudorosa se atrajera. Neil guía mis brazos alrededor de su cuello. Cierro mis ojos y me dejo llevar por ese sonido lento y obsceno que se escurre por las bocinas y nos rodean. Todo parecía tan erótico que no puedo evitar sentir como mis bragas se humedecen. Sus manos gruesas se deslizan y aprietan mi trasero. De pronto solo quisiera estar con Neil, necesitaba besarlo y follarlo fuertemente, pero me controlo mientras aprieto mis puños. -relájate-me aconseja y se inclina para besarme otra vez. Nuestras lenguas se resbalan por los movimientos salvajes de su boca. Mi respiración se estremece y el acaricia mi cuerpo y lo dejo como si más nadie estuviera a nuestro alrededor. No sé si es un efecto secundario lo que tengo justo ahora, pero por primera vez en mi vida podía relajarme completamente. Al separarnos nuestras mirandas se funden mutuamente. No puedo evitar sonreir en este momento, debo parecer una tonta pero es lo que siento y por mas que intente no puedo ocultarlo. -gracias-suelto cuando me inclino para susurrarlo en su oreja perforada. -¿Por qué? ¿por ser tan genial? -suelta bromeando pero al ver que no sigo su juego cambia el semblante y me besa mi frente-no me agradezcas nada. Te amo, Bea Newcastle. Cuando la canción termina mi corazón empieza acelerarse fuertemente. Él toma mi mano y me guía hacia nuestro sitio. Mi prima y los demás nos esperaban. Tomo un asiento cerca de la pared y espero a que Neil ordene por los dos. El pide mi trago favorito sin soltarme la mano y luego solo responde sarcástico al comentario de Dante. -¿todo bien?-Vivi se me acerca-te veo algo…extraña. -quizás sea el calor-sonrió. No me creo capaz de decirle que me acabo de meter algo en el cuerpo. La conozco, es capaz de castrar a Neil ahora mismo. -Es verdad-ella asiente-solo estoy algo nerviosa. -¿hablaste?-pregunto aunque se la respuesta. Mi prima echa un vistazo al escenario y suspira al ver a Sam arreglando con Jake su bajo para su siguiente turno. -no tuve el valor. Creo que no es buen momento, pero mañana lo hare-ella sonríe. -está bien-asiento-Solo creo que cuanto antes mejor. -lo se-y suelta un suspiro. -Entonces le dije a la Abuela que iría al iniciar el verano ¿me acompañas? -pregunto Dante a Neil-Bea puede ir. Tiene cara de que le caerá bien a la abuela, las dos son muy inexpresivas. Ruedo mis ojos cuando ambos se rien. Dante es el único que no lleva un disfraz pero sin embargo encuentra cómodo estar sin camiseta mostrando sus músculos tonificados en aquella piel morena teñida de tatuajes con hermosas calaveras y un gran grillo realista que permanecía en su pectoral derecho. . -¿Por qué no ir tu solo?-pregunte a la vez que le robaba el vaso con refresco a mi prima. La sed era casi desesperante. -No, gracias. No conoces a la abuela. Hará muchas preguntas y luego querra que vaya donde ciertas personas que no soporto. Prefiero que me vea con alguien más, eso centrara su atención en ellas. -cobarde-resople y el parpadeo sorprendido-¿desde cuándo no vez a tu abuela? -creo que hace 3 años-el se encoje de hombros. -deberías verla. No sabes-le aconseja Vivi-quizás. pueda estar en sus últimos días. -¿Qué sabes tu de abuelas?-pregunto Dante un tanto molesto. -Que te pegan con una regla de metal en la espalda por no estar rectas-agrego en tono reflexivo. -O en las manos cuando no las colocas donde debes en la mesa-sigue ella al recordar a la Vieja Rouse, otra mujer que nos hizo nuestra infancia miserable. -¿es que en tu familia solo existe gente bizarra?-pregunta sorprendido. Vivi suelta una carcajada y yo me encojo de hombros. Dante tenia razón, todos ellos eran gente infelices y bizarras. Por un momento doy gracias de estar lejos de aquella toxicidad que rodeaba mi vida. Neil toma mi mano y besa mi mejilla-Ya es nuestro turno, terminare rápido. De verdad quiero follarte esta noche-susurra y no puedo evitar sentir pequeñas brazas en mi vientre. Dante y Neil se marchan. Solo quedamos ellas, yo y las  acompañantes de turno de los muchachos en la mesa. Mi prima toma mi mano, la aprieta al ver a Sam tomar el micrófono en la tarima. Las chicas empiezan a gritar. Era inevitable cuando aquellos cincos entraban a escena. Incluso Jake y Alex con aspectos ridículos con mis gorros son aclamados por todas las chicas. Veo que alguien le lanza a Neil un brasier y el solo guiñe el ojo a esa dirección. -es un idiota-dice mi prima-¿quieres que le arranquemos los ojos las bolas a ese idiota?-pregunta seriamente. -no hace falta. Puede que sea un imbécil, pero confío en el-le dije y seguí mirándolos desde la oscuridad. Neil le arrebata a Sam el micrófono. Su amigo le da una palmada en el hombro y solo se acerca a la orilla de la tarima. -¿Cómo están todos?-pregunta y una oleada enérgica le responde. Puedo ver como todos se encuentran cautivados por Neil, por sus amigos. Ellos tienen una especie de aura que hace difícil no apartar sus ojos sobre ellos. De pronto me siento una más en la muchedumbre que desea acaparar su atención y solo me sorprendo cuando en realidad lo hago. Sus ojos y los míos se encuentran y no puedo dejar de sentir esa pequeña presión en mi estómago. Un hormigueo en mis dedos son la señal que de pronto estoy nerviosa y no entendía por qué. -Esta noche tocaremos una nueva canción-anuncia y de nuevo mas gritos sobre ellos-espero que les guste. La hice pensando en ti-me apunta con su dedo y siento como mie cuerpo se funde en las miradas-Te amo, Bea Newcastle-suelta y de nuevo el eco de los gritos y aplauso no se hacen esperar. De pronto Alex deja fluir el suave ritmo de su guitarra y mas atrás lo sigue Dante y Jake. La voz de Sam tan hermosa como siempre entonan unas letras sobre nosotros. No solo es un montón de cursilerías, es una historia, de nosotros mientras que la batería toma lentamente parte de la música. Mi prima me rodea con su brazo. Estoy ahí, paralizada mientras escucho aquellas palabras donde el me describe, donde narra aquellos momentos que estamos juntos. -Al fin hace algo bien ese idiota-ella suelta y yo sonrió sin entenderlo. Todos elevan sus manos al ritmo suave de la música y mi corazón no deja de latir. Tengo miedo porque estos sentimientos se arremolinan a mi alrededor. -Esta es la primera vez que dice el nombre alguien-alguien logra decir. Todos aplauden al finalizar la canción y luego se agitan al ritmo de su música. De nuevo vuelven hacer ellos con sus canciones sin desenfreno. Déjenme ahí, como una tonta en medio de la multitud mientras deseo ir corriendo hacia Neil y besarlo hasta que se me caigan los labios. Y lo hago. Cuando Neil baja es inevitable besarlo mientras él me aprieta fuerte contra su cuerpo. No sé si es el efecto de lo que había estado consumiendo, pero solo deseo estar pegada a él. -¿nos vamos?-me pregunta cerca de mi oído. Y asiento como una tonta. Nos metemos a su auto. No hay tiempo para despedidas. Solo quiero que las llantas vayan rápido y un viaje de 15 minutos se hizo de 6 en un instante. Me trepo a sus caderas, para Neil no supone un problema mi peso, me hace sentir ligera mientras me como su cara a medida que subimos a su habitación. Muerdo su mentón, saboreo el sudor de su cuello, percibo el aroma del jabón, de la colonia barata y lo muerdo sin pensarlo. -mierda, Bea-exhala sorprendido-sí que estas excitada ¿esto es lo que te provoco? -quizás solo sea la cosa que me metí hace rato-miento y el como castigo me lanza en esa suavidad de su colchón. Siento el peso de Neil sobre mi. Sus manos deslizan mi falda y tocan la humedad de mis bragas mientras no dejo de jadear. Siento como un extraño vapor nos envuelve a medida que desesperados nos rasgamos nuestras ropas hasta quedar completamente desnudos y frotándonos en la cama. Neil se desliza sin piedad y devora mi entre pierna con tanta ferocidad que siento como varios espasmos me golpean fuertemente y me desploman mientras el seguía ahí completamente duro con su dulce pene rozando mis muslos a la vez que me llenaba el rostro con suaves besos y mis hombros con pequeños mordiscos.   -Siento que podría estar todo el resto de mi vida-soltó y luego se hizo el silencio. Por un instante solo reino el suave sonido de nuestra respiración. El corazón d Neil palpitaba tan fuerte que me arrulle en su canto. Cierro mis ojos, interpreto lo que dice. Intento buscarle el sarcasmo, la broma. Quiero que solo sea un espejismo o una confusión pero no lo es. Me giro suavemente. Ambos nos miramos a la cara. Mis dedos tocan sus pómulos, acarician aquellas gruesas cejas, me detengo en ese aro metálico que se encuentra en la orilla. Observo aquella profundidad de sus ojos y solo me dejo caer. El besa la punta de mi nariz-es enserio. No lo sé, Bea. Te veo y lo siento por muy raro y tonto que parezca. No quiero ser un nerd cursi, pero no puedo evitarlo. Me siento incapaz de decir una palabra. Es como si unas fuertes manos sujetaran mi garganta. Puedo escuchar la voz de Carrie a mi lado, ella está gritando diciendo que no era verdad. Cállate. Me inclino hacia Neil y lo beso salvajemente. No quiero hablar de amor esta noche, no quiero hablar solo de nosotros. Se lo que siento, pero tenía miedo en este momento que algo lo arruinara. Solo es una mentira. Nadie será capaz de quererte. Me hago un camino de suaves besos por el abdomen de Neil y observo su fuerte erección. -no tienes hacerlo si no quieres-de nuevo pronuncia esas palabras. -es lo que quiero-alzo mi ceja y me inclino. Ambos no partamos la mirada mientras paso mi lengua en la punta y escucho como cambia su respiración. Tomo entre mis dedos su carne. No puedo evitar excitarme cuando veo esa expresión. Su cuerpo se pone rígido y apenas lo he introducido mi boca. Uso suave movimientos que poco a poco acelero mientras troto de llegar mas profundos. El me ayuda recogiendo mi cabello, lo templa fuertemente y me obliga a bajar tan profundo que casi me ahogo, las lágrimas caen en mi rostro. Es desagradable, pero me excita ver la furia sus ojos. -voy a follarte-solo dice. Su lengua chasquea un extraño sonido. Y con una facilidad brutal me carga y me coloca contra su cama. Sus dientes muerden mi nuca y sus dedos bajan a mi interior para asegurarse que estaba completamente mojada. El me masajea lentamente y siento solo suelta un par de sonoras nalgas que me hacen temblar. el toma mi cabello y lo enreda en su muñeca. Su cuerpo me acaricia siento como su pene baboso por mi saliva roza mis muslos y mis nalgas. - ¿quieres esto?-me pregunta y asiento en una especie de trance-¡no! Piénsalo bien. Una vez que lo haga no me detendré-suelta y sus dedos acarician mis pezones, justo donde tenía aquella perforación que le encantaba. -si-y asiento débilmente. Su aliento golpea mi espalda y mucho más abajo. Sus manos abren mis nalgas de golpe y siento la calidez de su lengua que baja a mi v****a y suave a mi trasero haciendo que me retuerza de placer. Aferro mis dedos a las sabanas que poco a poco se saliendo del colchón. Sé que estoy tan mojada que el líquido se escurre entre mis piernas y parte de su boca. Su se introduce en mi apretado agujero haciendo gemir de dolor. Cierro mis ojos, jadeo un poco y le pido no se detenga. Neil me hace caso y en vez de sentir otro dedo solo siento la gruesa cabeza de su pene en mi interior rompiéndome al entrar. Creo que me partiría en dos, pero a su vez el placer era tan grande que solo jadeo mientras que mis dedos tocan mi clítoris dando masajes suavemente. Las bolas de Neil golpean mis nalgas, el entra y sale. Necesito concentrarme para poder respirar, pero esa sensación electrifícante que acaricia mi columna hace que me estremezca hasta sentir como me caigo a la vez que Neil lo hace dentro de mi. Me tomo unos segundos para respirar. Siento como su aliento golpea mi nuca. Poco a poco el se da vuelta sobre la cama y cuando me acomodo lo mejor que puedo siento sus brazos a mi alrededor. Cierro los ojos por un momento y siento aquella extraña calma que esta en su habitación y esos discos de vinilos esparcido en el suelo junto a nuestras ropas. Muerdo mi labio suavemente. El suave tacto de sus dedos en mi cadera me acurrucan como una canción de cuna. -Bea-pronuncia mi nombre lejanamente-nunca dejes de sorprenderme-me ruega a la vez que acaricia mi cabello. Me giro para estar frente a él. Su piel destila aquel brillo de sudor y aun así se vea completamente hermoso. coloco la mano en su pecho tembloroso que subía y bajaba. Quiero besarlo y lo hago, pero esta vez de una forma suave, casta. Unimos nuestros labios con dulzura y solo nos quedamos ahí, hablando y luego solo en silencio hasta que el sueño viene por nosotros.
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