Capítulo 5.
Leticia se arrodilla ante Lucas quien no puede entender lo que está pasando.
— Soy una tonta, mi amor, perdóname, perdóname Lucas te lo ruego, te necesito mi amor, y sé que desde mañana todo va a cambiar, pero lo acepto, es necesario para ambos.
— ¿De qué hablas? ¿Por qué lo hiciste?
— No lo sé, Lucas era una tonta, una tonta que no pensó en ti, me arrepiento, mi amor, estoy arrepentid, quizás hay cosas que no entiendes pero lo sabrás mañana en la cita con la doctora, ella te explicará todo, pero debes saber que pase lo que pase lo entiendo, mi amor, ya pague muy caro todo, casi muero Lucas, recibí terapia y ya estoy mejor, me recupere mi amor y me arrepiento cada día de lo que te hice, Lucas, perdóname, si no me quieres ver lo entiendo, me iré. — Se levanta tomando su bolso mientras Lucas está confundido la ve correr y está lloviendo, sale en busca de ella y la ve a unos metros arrodillada en el suelo llorando con los nervios a flote de piel.
Lucas camina hacia ella y la toma del brazo.
— Lucas, ¿Qué haces? Te puedes enfermar.
— Tú también, vuelve conmigo a la casa, es tarde y no dejaré que te vayas sola.
Leticia asiente y Lucas la lleva de vuelta a la casa, suben a la habitación Leticia tiembla y Lucas le quita la ropa notando una cortada en su brazo izquierdo.
— ¿Qué demonios te paso en el brazo?— Dice preocupado.
— En la cárcel mi amor una pelea de mujeres que querían abusar de mí.
— ¿Qué demonios? No recuerdo nada, no sé dé qué hablas, Leticia, ¿Qué pasa?
— Mi amor solo puedo decirte que tuviste un accidente y que perdiste la memoria temporal, hay cosas que no puedo ni estoy autorizada a contarte, solo lo puedes saber en la consulta médica.
— Esto es un maldito chiste, ahora resulta que no te conozco ni conozco mi vida, ¿Cuánto tiempo dices que no recuerdo?
— 9 años mi amor. — Lucas se sienta en la cama desconcertado, es un mal chiste, pero ya había notado muchas cosas incluso escucho al doctor hablar de la pérdida de la memoria con Matías, no puede entender, es un mal juego del destino, se a perdido 9 años de su vida, ¿Qué ha hecho por tan tiempo? Las preguntas surgen en su cabeza y lo único que recuerda es a Leticia y estos sentimientos por ella que le impiden dejarla ir.
El miedo lo invade y la ve levantarse frente a él y acariciarlo como lo recuerda que a ella le gustaba, le acaricia el cabello y él, el abdomen desnudo, luce hermosa más ejercitada y sus senos erizados por el frío mientras el sostén mojado los cubre.
— Sé que estás muy confundido ahora pero todo poco a poco lo vas a entender, te amo tanto mi amor que después de mañana si no me quieres volver a ver lo entenderé.
— Esto es confuso, casi imposible de creer que me haya perdido tanto tiempo, que no recuerde nada, pero ahora solo te recuerdo a ti y esto que siento, por favor no te alejes de mí.
— No lo haré te amo tanto Lucas. — él la toma de las caderas apretándola contra su cuerpo y la besa con intensidad, la desea tanto que no pierde tiempo en soltar su falda. — ¿Estás seguro? Siento que deberías esperar a la consulta.
— No tengo nada que esperar, ¿No dices que me amas y te arrepientes? Ya has pasado por mucho, te a o Leticia, te amo mi vida, eres todo lo que quiero, ¿Por qué te niegas a esto que sentimos?
— Lucas tú…— Lucas la besa está confundido, tiene la cabeza, el corazón, todo he hecho un caos pero de lo único que está seguro es de el sentimiento que lleva por dentro, se siente abatido.
Le hace el amor, pero al hacerlo un remordimiento de culpa lo invade, no entiende que pasa, todo le da vueltas y verla dormida a su lado lo desgarra, como si hubiera algo más fuerte guardado en su pecho, se levanta y camina al balcón de su habitación, tantas cosas que está pasan no las entiende, la necesita o eso siente, pero cuando la tiene, cuando la beso o la acaricia no es igual, su corazón y pensamiento están en ella pero hay algo más intenso que no lo deja tranquilo, está inquieto, siempre a hecho lo que cree correcto, lo que su corazón le dista, tenerla esta noche fue un placer y se sintió solo como placer, nada a lo que recuerda sentir en sus recuerdos de cuando la hacía suya, se siente culpable y no sabe por qué, solo no puede dormir, se queda inquieto y dando vueltas en la habitación por largas horas, se toma una pastilla para calmarse, se acomoda a su lado y se queda por fin dormido.
*
Al despertar Amalia como todas las mañanas lleva a su hijo a la escuela, al despedirse sale al trabajo llevando con ella a Estrella quien hoy no para de llamar a su papá, está inquieta y un poco llorona, Amalia la consuela y después de pasarla por la oficina al fin logra dormirla, ha bajado un poco de peso, ya no come como antes y su tristeza está mañana es notable, al igual que su hija no deja de pensar en su esposo y en la noche que quizás pasó con Leticia, no puede dejar de llorar y Melanie aparece para consolarla.
— Vaya amiga, sabia que te encontraría en ese estado, ¿Ya desayunaste?
— No tengo hambre cariño, ¿Ya llegaron las alfombras que encargamos?
— Así es, ¿Quieres hablar?
— ¿De qué quieres hablar? Solo pensar en que está con ella y que posiblemente pasaron la noche juntos, no, no quiero hablar, vamos al almacén antes de que la niña despierte, Lorena, por favor, cuídala estaré de vuelta pronto. — Dice tomando la carpeta con las guías de los pedidos.
— Si mi señora vaya tranquila.
El celular de Amalia suena con una llamada de Santiago, Amalia suspira y contesta mientras limpia sus lágrimas.
— Mi señora, ¿Cómo estás usted?
— Muy bien Santiago, ¿Qué pasa?
— Necesitamos que venga a la junta de la semana que viene, ya nos enteramos de que el señor empezó la terapia pero aún no está listo para incorporarse, siendo usted la encargada y segunda al mando necesitamos de su ayuda.
— Bien, estaré ahí el lunes a primera hora.
— Muchas gracias mi señora, disculpe las molestias ocasionadas.
— No te preocupes, ten buen día Santiago.
— Igual mi señora.
Amalia cuelga y se incorpora en sus actividades mientras que Lucas está junto con Leticia en el consultorio de la doctora, no le daba dejarlo solo, quizás necesita de su ayuda y es claro que la va a necesitar.
— Bienvenidos, mi nombre es la doctora Silvia Duarte, seré quien lleva tu caso a partir de ahora Lucas.
— Es un placer doctora, ella es mi novia Leticia. — Dice orgulloso al presentarla.
— Un placer Leticia, bien, Lucas, estás aquí está mañana para que te informe sobre tu reciente accidente, como ya sabes hace unos días perdiste la memoria, según este informe solo recuerda tu vida hace 9 años y medio atrás, ¿Cómo te sientes?
— Confundido doctora, como si viviera en el pasado y hubiera un presente el cual desconozco totalmente.
— Lo entiendo perfectamente Lucas, yo estoy aquí para informarte que pasó con tu vida en ese tiempo, quiero ayudarte a incorporarte en tu vida real, tu vida cotidiana, no tengas miedo a enfrentar tu presente, lo haremos tan rápido como tú lo prefieras y asimiles las cosas, quiero que trates de relajarte, acomodarte en la silla a recuéstate y dime, ¿Qué es lo último que recuerdas?
— A mis padres, la academia donde soy teniente y a la cual debo volver, a Leticia, recuerdo a mi amigo Matías y a… Aaaah.— Un dolor intenso lo invade al pensar en Amalia, con quién solo a noche y quien lo hizo despertarse de golpe al verla llorando.
— ¿Qué pasa? Solo respira, Lucas, relájate, ¿En qué piensas cuando te ataca ese dolor?
— Doctora, pienso en mi mejor amiga Amalia. — Dice con angustia tomando la mano de Leticia.
— Bien, empecemos por la academia, Lucas, según el informe que tengo, tú dejaste la academia hace 9 años y medio, debido a la fuerte enfermedad de tu padre a quien tuviste que cuidar.
— No, no, doctora eso es imposible, ese es mi sueño, Leticia y yo vamos juntos, de seguro ya me gradué, por eso ella trabaja en la clínica y yo sin duda soy coronel, ¿Leticia?— La mira y ella llora.
— No mi amor, tú te retiraste para cuidar de tu padre y hacerte cargo de sus empresas, eres empresario ahora un exitoso empresario.
Lucas no puede creer lo que está pasando y mira a la doctora con gran preocupación.
— ¿Dónde están mis padres? — Dice y Leticia agacha la cabeza.
— Lucas, tus padres fallecieron unos años después de tu retiro.
— No, no, eso es imposible, nooooo, los padres no pueden estar muertos, no doctora, eso debe ser un error, mis padres no puede estar muertos.
La doctora trata de calmarlo, duran más de dos horas calmando a Lucas quien se mueve sin control desconsolado, jamás lloro tanto la muerte de sus padres porque se contenía para ser fuerte para su familia, arrojado al suelo un dolor fuerte de cabeza lo lleva a perder el conocimiento, los doctores lo tratan con sumo cuidado y es una reacción a lo que está viviendo, no recuerda nada, tras controlarse la doctora prosigue a explicarle mostrándole fotografía de él trabajando, su reportaje como empresario del año y las tumbas de sus padres, todo le cae encima y les toma tiempo volver a calmarlo, la escena de desgarradora pero es lo mejor para él, ir de espacio y de lleno ya que es necesario que vaya entendiendo, devastado termina la sesión y Antonio pasa por él presentándose como la primera vez.
— Señor, quizás no me recuerde, yo soy Antonio su mano derecha y su hombre de seguridad.
— Bien, llévame a la casa. — Dice sin más.
Antonio los lleva a la casa de vuelta y Lucas apenas puede procesar lo que está pasando, al llegar gritos espantan al personal.
— TRÁIGANME SUS CENIZAS AHORA.— Está desconcertado, todos cae encima y no puede dejar de llorar, Antonio con los otros sirvientes sacan todo de nuevo del ático donde solo permanecen las cosas de los padres de Luces, ya que se supone que la propiedad no se utiliza hace mucho y es la casa familiar.
Lucas al ver las cajas con las fotos de sus padres se arroja al suelo y ni Leticia puede calmarlo, está devastado, llora sin poder contenerse, se encierra por dos días en su biblioteca a tomar leyendo los informes de la academia y su carta de renuncia de hace tiempo, todo lo necesario que debe saber por ahora está a su alcance, toma varios tragos y se rehúsa a tomarse los calmantes ni nada de los medicamentos, utiliza el dolor como refugio para tratar de calmar el dolor, está encerrado y no quiere ver a nadie, busca en su mente la manera de recordar, pero no puede, por más que lo intente no puede hacerlo, es como si se hubiera borrado casi toda su vida. Acaricia las cajas que guardan las cenizas de sus padres, aún no puede creer todo lo que está pasando, que haya dejado la academia y que sus padres ya no estén, que Leticia lo haya engañado, que haya estado en la cárcel y que no recuerde nada, ¿Qué más sorpresa le depara el destino? No lo entiende pero al arrojar las cosas al suelo una fotografía de Amelia cae al suelo, una fotografía de ella con su camisa y su gorra militar Luciendo muy hermosa y sexi, la fotografía que imprimió para no perderla nunca, ahora está ante sus ojos y le acelera el corazón como nadie.
¿Por qué no puedo verte? ¿Qué me habrás hecho tú que me cuesta mirarte a los ojos y sentirme tan abatido? ¿O qué te abre hecho yo para que en tu mirada solo haya dolor?