Un beso de MTV.
Cepillo mi cabello a la melodía de la hermosa música que suena en mi auricular "Human-Christina Perri" Una música que podría hacer que cualquier mujer se sintiera identificada; incluso alguien como yo con todos los defectos que tengo, ese enorme vacío que siento, ese vacío que me dice que algo falta en mi vida, tal vez que algo emocionante me suceda, definitivamente no sé qué puede ser. Tengo este cabello castaño claro rebelde y unos kilos de más; todos aseguran que no los tengo. Sin embargo, cada vez que me miro al espejo ahí están, no tengo mucho pecho y no tengo nada de trasero podría decirse que soy plana, aunque algunas de mis amigas piensan que exagero, y para muchas, está bien no tenerlos. La única parte que me gusta de mi cuerpo son mis manos, no me gustan ni mis ojos, ni mis labios bien rosados, sólo mis manos y mis pies porque con ellos bailo.
Termino de cepillar mi cabello y me pongo solo un poco de maquillaje, ya que, soy más de lo natural obviamente, pero a veces no está mal ocultar un poco de imperfecciones. Además, hoy tengo que salir a bailar con amigos, y tengo que lucir bien.
Me pongo mis zapatos de plataforma y reviso por última vez que está camisa negra pegué bien con el jeans que llevó puesto, y le aviso a mi mamá que estoy lista. Mamá siempre me lleva a todos lados, le gusta que tenga amigos, cree que, por culpa del divorcio, yo ya no seré normal. Aunque a veces, pienso que a ella le afecta más que a mí.
Hay barullo y gente desconocidas por todos lados, porque estoy en uno de esos famosos lugares donde la gente sale a bailar los fines de semana, nunca había venido a un lugar así, porque la música no es de mi estilo, no es del estilo con el que suelo bailar. Y otra porque era menor de edad, bueno, todos mis amigos también lo eran.
—Esto será una locura—dice Jeff que está parado a lado mío—Será como las fiestas que ves en MTV.
—¿Esas en las que todos terminan teniendo sexo?—pregunto y él asiente. Veo mucho de esos programas, a si puedo comparar mi adolescencia vacía y aburrida con la de los demás.
—Exacto, Mía—responde sonriente. Siempre me sonríe de esa manera, llegué a pensar que él me mira diferente que a los demás. «o yo lo miro diferente»
Él es para mí es el más lindo de todos mis amigos, es más alto que yo, tal vez por una cabeza, yo mido ¿1,55? También odio mi altura. Sus ojos son de un color marrón claro y su cabello castaño despeinado que lo deja sexy, sus labios son carnosos que si lo tuvieras a poca distancia no te resistirías. Aunque, llevo bastante tiempo mirando sus labios y siempre pude contenerme, nunca tuve ganas de besarlo.
—¿Piensas que harás eso está noche?—pregunto. Él sonríe ¿Es eso un sí?
—¿Qué cosa?—pregunta con ahora una media sonrisa—¿Sexo?
—Si—respondo sin vergüenza. Con ellos no tenía ni el mínimo de vergüenza. Soy libre de hablar de sexo como si supiera mucho del tema. Otra de las cosas que pienso de Jeff, es que, por más que pasé el tiempo y más lo conozca, siento que no lo conozco nada. Mi impresión siempre ha sido del típico chico que les gusta todas, a pesar que nunca lo vi con alguien. Espero equivocarme, porque realmente me parece muy lindo.
—No me gustaría tener sexo con alguna desconocida—dice y levanta una ceja—Al menos claro que tú estés queriendo hacerlo conmigo. Nos reímos y golpeo su hombro. Yo soy la única de mis amigas que es virgen todavía y eso todos lo saben.
Después está; Mara es con la única con la que paso la mayoría del tiempo, porque es mi compañera de clases y mejor amiga, mis demás amigas son bailarinas y compartimos solo ese entorno, pero con Mara todo lo demás.
—A bailar—dice Mara moviendo sus caderas. Ella tiene un cuerpo único y envidiable; un trasero bien formado y ni hablar de su hermosa cara sin ninguna imperfección. Ella es sin duda hermosa—Que esperan idiotas.
—Vamos—dice Jeff uniéndose al baile con ella y mis otros amigos.
Gastón, es un morocho flaco y alto con un pequeño lunar arriba de sus labios y tiene ojos negros profundos, pero lo que resalta de él es la manera tan perfecta de hablar como si estuvieras hablando con un empresario culto, es inteligente y honesto, bueno...creo que es demasiado perfecto. También está Isaac, o como yo le digo "Titi" es mi mejor amigo, alto, más alto que Jeff, que Gastón y que yo, aunque eso no es sorpresa, él tiene el cabello n***o y lacio que se acomoda todo para un costado tiene pequeñas pecas que se le nota mucho por lo blanco que es. Es mi mejor amigo por miles de razones, aunque la más obvia es que nos contamos todo hasta aquello que una mujer nunca se animaría a contarle a un hombre.
—No—digo y me quedo parada. No me siento cómoda bailando este tipo de música, nunca antes baile esto más que en alguna cena familiar con mis tíos borrachos.
Jeff ríe y dice—¿No me digas que serás la tonta que se sienta a ver como los demás tienen sexo?—río y niego con la cabeza—Esas que son las primeras en arruinar la fiestas. En los programas de MTV siempre hay una de esas o la típica que pelea con otra por el chico, yo quiero ser una de las que con todos se divierte.
—No soy así—grito ya que la música esta fuerte.—Entonces ven y mueve tu trasero para mí.
Me acerco a ellos y tomo a Jeff de sus manos moviéndome, él me da medio giro y pega mi espalda a su abdomen, me abraza de la cintura y seguimos moviéndonos, me da un giro de nuevo para quedar frente a él y miro a sus ojos. De un momento para otro todo se detuvo; parecemos ser los únicos ahí, nunca me había fijado que sus ojos fueran tan hipnóticos, entonces sonrío por su cálida mirada y él se acerca a mis labios para besarme, su beso es lento y torturador, ya que mientras más lento más lo deseo. Todo en mí comienza a sentirse raro, mi panza comienza a tener como un tipo de calambre que se siente como un nido de mariposas volando dentro. ¡Por, Dios Jeff! ¿Qué es esto? Unos gritos nos hacen darnos cuenta de que nos somos los únicos, que hay más personas, entre esos, nuestros amigos. Los chicos que nos miran confundidos.
—Creo que, Jeff se tomó muy en serio lo de las fiestas de MTV—dice Mara al ver mi cara de vergüenza. Todos nos echamos a reír y él sólo sostuvo mi mano mirándome a los ojos con una sonrisa.
—Creo que sí—contesta divertido, y se acerca para besarme de nuevo. Esta vez agacho mi cabeza, me siento muy avergonzada y confundida, espero esto no cambie nada.
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Las cosas con Jeff volvieron a la normalidad al salir del baile, ni un mensaje al respecto, ni una señal de que; por lo menos le había gustado el beso ¿Y por qué me importa? Él dijo que se quedaría solo en esa noche. Y todos estuvieron de acuerdo, como si se pudiera borrar un rastro de un beso tan rápido. O ¿yo soy la única que no puede hacerlo?
—Ese es mi lugar, idiota—le grito a Jeff que no sale de mi asiento.
—¿Lo compraste?—dice levantando una ceja.
—Me senté ahí todo el año pasado—le digo tratando de empujarlo.
—Año nuevo, cosas nuevas.
—Y chicas nuevas—añade Isaac entrando por la puerta—Jeff vete a tu lugar, este es el nuestro.
—Claro, hermano—se levanta y me mira—Porque lo pides tú, no ella—añade y saca su mochila para ponerla en el escritorio frente de Mara y Enzo, sentándose junto a Gastón. Enzo es otro de mis amigos es el más gracioso y amoroso, siempre tiene el cabello rebelde igual que el mío, le gusta llevar ropa grande y tiene ojos verdes.
—Ah claro, a ti si te hace caso y a mí me tiene de estúpida casi una hora—me quejo y me siento en mi lugar. Isaac se acomoda a mi lado y me mira fijo.—¿No han hablado después del beso?
—No—digo y me cruzo de brazos—Él dijo que eso sólo fue esa noche y yo acepté que así fuera.
—¿Entonces vuelven a lo cotidiano?—interrumpe Gastón que recién llega a clases, nuestra charla—¿Harán de cuenta que el beso no sucedió para así sentirse menos incómodos a la hora de verse a la cara?
—Si—respondo algo incomoda—¿Cotidiano?—pregunto confundida, que es cotidiano en la vida de Jeff y Mia, no somos tan unidos.
—Pelear—dice Isaac mirándome como si fuera obvio.
—Exacto, cada vez que están juntos pelean o...
—Se besan—dice Mara girando a vernos.
—Iba a decir otra cosa, pero concuerdo.
—¿Qué pasó?—dice Enzo quien no entiende porque no asistió la noche anterior.
—Mía y Jeff se besaron y ahora actúan como si eso nunca hubiera pasado—le responde Mara largando una carcajada como si fuera lo más patético—¿Y te gusta?
—¡Dios!—me quejo y luego me río incomoda—Ese beso fue historia—levanto una ceja—No me gusta Jeff, no me gustará ¡Nunca lo hará!
—Opino lo mismo de Mía—todos nos quedamos en silencio cuando vimos a Jeff parado con los brazos cruzados ¡MIERDA! Realmente tiene el don de aparecer cuando menos quiero, creo que esta echo para torturar mi mente, y mi estomago que no deja de sentir aquel cosquilleo cada vez que lo veo.