Secret Angel

Me llamo Michelle DeFer, tengo 17 años y voy en el instituto. No soy popular, pero tampoco soy invisible, es un poco difícil de explicar. Mis mejores amigos son Will, Tania y mi novio Zack. Llevo 5 meses junto a él, es muy atento, cariñoso y bastante celoso. ¿Estoy enamorada? Pues no, no lo estoy. Esa es una palabra muy grande y la verdad no me siento preparada para decir que lo amo o que quiero estar el resto de mi vida con él, porque en realidad no es así. Me considero una buen amiga, simpática, chistosa y con actitud. Pero también soy cautelosa, no confío en cualquier persona que se me acerque. Soy bastante buena viendo si alguien tiene buenas intenciones o si simplemente no es de fiar. Vivo con mis padres, Nick y Holly y lamentablemente soy hija única. Que desearía por tener un hermano, es bastante aburrido no tener a nadie a quien joder Me bañé, me puse un short n***o de cuero sintético, una polera del mismo color junto con una camisa a cuadros roja atada en mi cadera y mis Converse. Esperé a que Zack me viniera a buscar en su moto para ir al maldito instituto. Llamaron a la puerta así que fui a abrir. Tenía su sonrisa de todos los días y sus manos dentro de los bolsillos del pantalón. Se ve jodidamente guapo y muy sexy. —Hola mamasita —dijo poniendo su mano en mi nuca para acercarme a él y besarme de una forma tierna y sin ningún apuro. Los dos sabemos que ninguno de los dos está enamorado del otro, y eso hace que nuestra relación sea bastante agradable. Nos queremos demasiado, pero no es amor lo que sentimos. ¿Si me explico? —Hola guapetón —le guiñé un ojo mientras cerraba la puerta. —Vamos, nos espera un día bastante ajetreado —me ayudó a subirme a la moto sin antes decirme llevamos cinco meses juntos y aún no puedes subir por tu propia cuenta. Si, está bien. Soy un desastre. Después de 15 minutos llegamos por fin, más bien, lastimosamente, a nuestro destino. Zack puso su mano en mi cadera como signo de posesión y comenzamos a caminar con fingida felicidad.  Me considero una chica guapa, mas no soy la más hermosa del instituto. No obstante, puedo decir que la gran mayoría de los chicos de acá se han acercado a mí con otras intenciones, coqueteándome e invitándome a salir. —j***r, como te miran —susurró Zack en mi oreja fulminando con la mirada a los chicos que se quedaban observándome embobados. Muchos de ellos son guapísimos, pero no hay ninguno que le haga competencia a mi novio. —Todos esos me miran porque me acosté con ellos —le dije en broma a mi novio  mientras le sonreía a los estudiantes para molestarlo. Zack paró el paso, me miró con la mandíbula tensa y los puños apretados. —¿Qué mierda dijiste, Michelle? —preguntó enojado. Bufé. —Que todos esos miran porque me he acos... —no alcancé a hablar ya que me acorraló con los casilleros, apoyó sus brazos en éste y se acercó a mí mientras sus ojos echaban chispas de lo enojado que estaba. —Mírame, mírame y dime que es verdad —dijo entre dientes—. Si es así los mato. —Era broma, idiota. Hubieses visto tu car... ¡Dios! —exclamé al sentir su boca atrapando la mía. Me besó ferozmente y eso me avergonzó un poco. Hay mucha gente a nuestro alrededor. —No vuelvas a decir cosas así, Michelle. Tú sabes que soy completamente celoso —dijo fulminándome con la mirada. Se dio media vuelta y empezó a caminar dejándome atrás, así que corrí hacia él y me subí a su espalda. Tipo caballito. —Solo era una broma, ya deberías estar acostumbrado —le susurré al oído. Después de unas interminables horas de clases, por fin podemos irnos a nuestras amadas casas. El día pasó bastante rápido, y la verdad, lo agradezco de todo corazón. —Nos vemos mañana, bonito —dije mientras él me abrazaba por la cintura y yo rodeaba su cuello con mis brazos. —Recuerda que eres mía —murmuró antes de besarme. —Riciirdi qii iris mii —puse los ojos en blanco y sonreí con burla. —Sólo quería que lo recordaras, pesada. Mañana nos vemos, te quiero —dijo antes de besarme para después subirse a su moto. Lo miré mientras se iba hasta que dobló en una esquina. Entré a mi casa y me dirigí directamente al baño para darme una ducha. Me puse el pijama, me quedé un rato en mi celular hasta que me dio sueño y decidí caer en los brazos de Morfeo.