Capítulo 3

522 Words
Maldito domingo, te odio. Me desperté a las 11:30 y al igual que todos los días, tomé mi celular y comencé a ver mis r************* . Después de un rato, decidí bajar a tomar desayuno y al terminar me di un baño. Me puse un short verde limón, un top gris y mis zapatillas deportivas. ¿Para qué me bañé? Después de terminar de trotar sudaré como puerco y tendré que bañarme otra vez Salí de mi casa, calenté un poco y después comencé a correr por un buen rato. Después de aproximadamente una hora, mis piernas ya no podían más. Caminé de vuelta a casa y en un momento me quedé viendo una tienda de ropa mientras seguía caminando, pero por no estar tomando atención, choqué contra el cuerpo de alguien y caí de culo al piso. —Auch —la persona con la que había chocado se quejó. Miré su dirección y me encontré con un lindo chico moreno. Bastante lindo para ser real —¡Oh! Lo siento mucho, soy una tonta —dije parándome mientras él hacía lo mismo. —No te preocupes. Adiós —me miró por unos segundos y se fue rápido. Seguí mi camino pensando en el chico misterioso con la mirada penetrante. Me sentí un poco incómoda al verlo mirarme así, tan fijamente. Después llegué a mi casa, me di un baño por segunda vez en el día y me puse mi pijama. Mis padres estaban en un viaje de trabajo y por ahora ni ellos saben cuándo volverán. Puse Gossip Girl en la televisión y me senté en mi amado sofá que hasta la marca de mi trasero tiene.  Le puse un poquito de sal a mi manzana verde que había ido a buscar a la cocina y me la comí mientras veía la serie. Díganme que no soy la única que come manzana con sal, por favor Después de quién sabe, quizás dos o tres horas viendo la serie, tocaron la puerta y supe perfectamente quien era. —Hola amor. —Ho-hola —dije haciéndome la nerviosa. —¿Por qué estás tan nerviosa? —preguntó con el ceño fruncido. —Es que estoy un poquito ocupada. —¿Qué estás haciendo? —alzó una ceja. —Te enojarás... —Ya, dime que pasa. Me estás preocupando —alzó un poco la voz y yo abrí los ojos como platos. -Estoyconunchico —dije rápidamente. —Habla bien, Michelle —su voz sonaba frustrada. —Si no quieres ver a un chico desnudo, no vayas a mi habitación. Zack entró a la casa rápidamente, subió la escalera y se dirigió a mi habitación. Al abrir la puerta busco con la mirada al chico, pero claramente no lo encontró. Se dio media vuelta lentamente para mirarme enojado, y antes de que pudiera decir algo, me tiró sobre él haciendo que caigamos a mi cama. Me puse sobre él y lo besé. (…) Estábamos sentados en el sofá, Zack con su cabeza en mi regazo mientras yo le acariciaba el cabello. —Te quiero. —¿Lo juras? —Lo juro, Zack. —Yo también te quiero. —¿Lo juras? —puse voz de niña pequeña y él rió —Lo juro. Zack decidió quedarse a dormir, así que nos alistamos y fuimos a la cama. Puso una de sus manos en mi cadera atrayéndome más a él mientras con la otra mano me acariciaba la espalda. —Buenas noches —dijimos al mismo tiempo y reímos. Lo besé y cerré mis ojos.    
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD