Isabel, cuando estaba despierta, no era capaz de dejar de pensar en Samuel ¿Cómo un chico tan gentil y cariñoso podría ser un mutante que se llamara a sí mismo “engendro”? Una vez más, había buscado información en internet sobre el tema, incluso en páginas ilegales, pero no había hallado mucho. Encontró un artículo de los años ochenta que rezaba: “Durante los primeros años de la década, un grupo de científicos ha utilizado a bebés para crear una r**a humana más fuerte, bajo el lema: “¿De qué sirve hacer una buena clonación de un ser común y corriente? ¡Buscamos la supervivencia de la especie!”. El problema surgió cuando un considerable número de niños han muerto a causa de los efectos secundarios de la alteración genética. Se dice que estas prácticas han dejado de realizarse luego de habe

