Amor en pausa

Varios años atrás Mis manos exprimieron el trapeador y con mi brazo sequé el sudor que se deslizaba por mi frente. Mi mamá se encontraba limpiando la otra habitación, yo ya había finalizado aquí, así que me salí de ahí. — Mamá, ya he finalizado — coloqué la cubeta y el trapeador — ¿Has considerado lo que te he dicho? — No lo sé, Cassandra. Sinceramente, creo que tu ambición es demasiado grande, ¿Acaso no te conformas con haber terminado la preparatoria? ¿Es necesario que entres a una universidad? — Mamá, por favor. Ya te lo he explicado muchas veces, realmente quiero entrar en la universidad y siento que es una buena oportunidad la beca que me están ofreciendo. Deseo entrar a estudiar arquitectura, es mi sueño. — Pero Cassandra, sabes bien que necesito tu ayuda para limpiar las casas. Ya estoy vieja y no puedo hacerlo tan rápido como se supone que debe de ser, si tú te vas es como si me quedara sin mi mano derecha. Lo siento, pero no puedo permitir una locura así. — Mamá, si me gradúo como arquitecta ten por seguro que ya no vas a tener la necesidad de estar limpiando casas. ¿Acaso no quieres salir de esta vida? Porque sinceramente yo sí quiero. — ¡Ten cuidado con lo que dices, Cassandra! Te recuerdo que este trabajo es lo que ha llevado el pan a la mesa y también te pagó tus estudios. — Lo sé muy bien, no es algo de lo cual esté avergonzada. Es solo que quiero mejorar, salir del vecindario y no preocuparme de que en cualquier momento nos pueda pasar algo. — Es lo único que nos podemos permitir pagar, deja de andar soñando. Nosotros nacimos pobres y pobres vamos a morir. No es buena tanta ambición. — ¡Y no es bueno ser tan conformista, mamá! ¿Acaso no sueñas en estar en una casa así, cómo está? — abrí mis manos y di una vuelta — pero no como la persona del aseo, sino como la señora de la casa. — Deja de soñar y date prisa que tenemos que ir a cocinar. Termina este cuarto, no me falta mucho para tu buena suerte. No tuve más remedio que quedarme callada en este momento, solo quería mejorar la calidad de vida de mis padres y la mía. Detestaba ser tan conformista, sabía bien que podía dar la talla en la universidad y graduarme con honores, al igual que con mi preparatoria. — Ya, mamá — dejé todo limpio — iré a lavar las cosas para que ya nos vayamos y no perdamos el bus. — Muy bien, recuerda que debes planchar el uniforme que vamos a ocupar mañana en la casa que nos contrataron para servir en ese evento. — Lo sé, mamá. Ya vengo. Una vez que dejé todo limpio, me fui donde mi mamá. Nosotras salimos de esa enorme casa y caminamos hacia una parada que estaba bastante alejada de la zona residencial en la que nos encontrábamos aseando. — Mira, al parecer nos toca irnos de nuevo con Jesse — mi mamá sonrió — no tienes idea la tranquilidad que me da saber que estás de novia con un buen muchacho como él. Cuando se casen, estoy segura de que no te van a hacer falta los tres platos de comida a diario, ya te veo criando a mis nietos, incluso cargando a uno y esperando al otro. Me encuentro tan emocionada al pensar eso, incluso miré un vestido de novia donde Lolita, te vas a ver hermosa. — ¿Es en serio, mamá? ¿Realmente no miras otro futuro para mí que no sea parir hijos y conformarme con tres platos de comida al día? Además de comprar mi vestido de novia en una tienda de segunda mano. Por favor, creo que merezco algo mejor y aunque amo a Jesse, también quiero que él se supere y no ande manejando toda una vida un camión de ruta. Mi mamá me iba a regañar, pero no tuvo tiempo, ya que Jesse se detuvo, en sus ojos podía ver que este tema no estaba cerrado y lo hablaríamos en casa. — Hola Jesse — le sonreí con ternura — al parecer nos ha tocado irnos contigo de nuevo, aquí tienes el pasaje. — No, sabes bien que no les cobro el pasaje a mi amada novia y a mi suegra — él señaló su mejilla — mejor dame un beso. Me sonrojé, pero le di lo que pedía. Nosotras nos sentamos juntas y el camión avanzó. Amaba a Jesse, él era un buen hombre y podía decirse que no podía tener una mejor relación por el hecho de que mis padres lo adoraban. ¿Cuál era el problema? Él se veía toda una vida manejando este bus de ruta, era un hombre inteligente y es una lástima ver que está tirando por la borda toda esa inteligencia. Dejó de estudiar leyes por dedicarse a manejar este bus. Ya se encontraba cerca de finalizar la carrera y un día su padre enfermó entonces murió. Al final le tocó mantener a su madre que de paso me detestaba. — Jesse — él me miró por el espejo — ¿Qué te han dicho en la universidad? — Cassie, hablemos eso después. Este es mi último recorrido, así que iré a dejar a todas las personas a su destino y por último las dejaré a ustedes en la puerta del vecindario. — Cassandra, no empieces a mortificar a Jesse con tus cosas — mi mamá me miró con reproche — además no puede venir a desconcentrarse cuando está manejando. Me quedé callada y simplemente dejé que él hiciera su recorrido. Finalmente, las últimas dos pasajeras fuimos mi mamá y yo. — Bueno, están servidas — él se estacionó delante del vecindario — Cassie, hablamos después sobre lo que preguntaste. Iré a dejar el bus donde Lolita, llegaré a tu casa. — No, iré contigo — lo miré firme — mamá, por favor, ve preparando la cena. Luego yo llegaré a terminarla. Mi mamá lanzó un resoplido y movió su cabeza de un lado al otro, pero no pudo hacer mucho, ya que mi papá iba a llegar del trabajo y no encontraría cena. — Vamos, Jesse — me quedé sentada ahí — así hablamos en el camino. Una vez que Jesse dejó el camión en el estacionamiento de Lolita, nos fuimos caminando y pasamos por la tienda de segunda que ella tenía. — Lolita — Jesse se detuvo — ¿Cuánto cuesta ese vestido? Es hermoso y estoy seguro de que le queda a mi Cassie. — Cuesta 500 $, aquí el asunto es que tu novia quiera casarse contigo y caminar hacia el altar con esa hermosa prenda. Con eso de que se cree mucho por ser letrada. — Jesse, por favor vamos que sabes bien que necesitamos hablar — lo tomé del brazo — apresúrate que también tengo que llegar a ayudarle a mi mamá con la comida. Jesse se fue conmigo, durante el camino volví a preguntarle por la universidad y él solamente bajó la cabeza. Decidí llevarlo a un parque que estaba cerca y lo senté en un banco mientras que yo me quedé de pie con mis brazos cruzados. — No me digas que no te han resuelto en la universidad, pensé que sí lo iban a hacer. Al final te quedaba muy poco para terminar la carrera. — Si me han resuelto, el problema es que mi mamá nuevamente está enferma — él levantó la cabeza — no puedo darme el lujo de estar en la universidad, si ella necesita medicina. — Jesse, tu mamá se enferma demasiado seguido y siempre es cuando quieres volver a la universidad. Sinceramente, se me hace que está fingiendo y no tiene ningún problema cardíaco. — No digas eso, Cassandra — su semblante fue serio — ¿Qué tiene de malo que sea un conductor de bus? Mi papá lo era y así fue que se hizo cargo de una familia de tres. — Y mira cómo quedó. Se enfermó y murió, dejando desamparada a su familia y a ti, heredando una carga que no te corresponde llevar — llevé mis manos a mi rostro y lo froté — escucha, Jesse. Sé bien que no tiene nada de malo que seas un conductor de bus, pero puedes aspirar a algo mejor. Incluso eso es beneficioso para tu madre, ya que la puedes llevar a un médico que le dé solución a su problema del corazón. Solo te falta un año para finalizar la carrera de abogacía, eres un hombre brillante y debes luchar por salir adelante. — Pero es que se necesita el dinero. Incluso, he estado guardando unos cuantos dólares que me quedan sueltos mes a mes para poder casarme contigo — él se levantó y tomó mis manos — ya lo hemos hablado y te mirabas feliz. — ¿En serio quieres que nos casemos? Déjame adivinar, la boda será en el vecindario, utilizaré el vestido de novia usado que tiene la creída de Lolita en su estúpida tienda de segunda, el carro será la ruta de tu padre y detrás irán las latas amarradas diciendo recién casados. Me solté de las manos de Jesse y lo miré, estaba decepcionada y molesta. No podía creer que él fuera tan conformista con todo en su vida. — Escucha, no me veo siendo la madre de quién sabe cuántos niños y andar con una barriga mientras cargó a otra criatura, quedarme en casa esperando que llegues del trabajo y cuando te mueras me quedé desprotegida por hacer caso de no estudiar. Siento que merezco algo mejor y tú también, te quiero y por eso deseo verte progresar. Me di la vuelta y me fui a mi casa, no me importaron los gritos de Jesse pidiendo que me esperara. No quería esa clase de vida, jamás olvidaría mis orígenes, eso sería algo que llevaría con total orgullo donde sea que fuera. Sin embargo, eso de quedarse estancada y llenarse de hijos era algo que no estaba en mis planes. — Ya vine — entré a la casa y miré a mi papá — hola, papito. Espero que te fuera bien en el trabajo. Le di un beso y él asintió a modo de respuesta a lo que le dije. Luego me puse a ayudarle a mi mamá con la comida y ella se fue a sentar…