Víctor me sintió intranquila y con ambas manos tomó mi rostro, me veía detenidamente y yo trataba de ocultar lo que escondía. — No te preocupes, sé bien que jamás me va a pasar algo por tu culpa. Ya deja de estar tan preocupada y vamos a ver una película, es lo menos que puedo hacer después de que ordenaron todo este desastre. Mientras veíamos la película, me quedé dormida a la mitad. Solo sentí cuando Víctor me cargó en sus brazos y después de eso caí rendida. — ¡Dios mío! — miré el reloj en la mesita — ¡Es tardísimo! Fui corriendo a mi apartamento y me preparé lo más rápido que pude, Víctor salió al pasillo todo asustado y se quedó en el umbral de su puerta. — Adiós, cariño — me acerqué a darle un beso rápido — te dejo, tengo que ir a la oficina. Me fui corriendo por el pasillo y l

