El día de nuestro viaje a Suiza había llegado, me sentía ansiosa y me preguntaba cuál sería la reacción del señor Sandemetrio y de Colette al saber lo de mi aborto. — No te preocupes — Víctor tomó mi mano — verás que ellos van a estar felices de saber que hemos concretado nuestra relación. — Eso espero — sonreí para hacerle pensar que eso era lo que me preocupaba — sé bien que son personas importantes para ti y no me gustaría causar algún problema o un sinsabor para ti. Ojalá que este fuera el caso, simples nervios por conocer a los padres de mi novio. ¿Por qué el destino se empeñaba en complicar tanto mi vida? ¿Acaso era mucho pedir tener un momento de paz? Solo quiero ser feliz y considero que no estoy pidiendo nada del otro mundo, sin embargo, al parecer en este caso, la tranquilidad

