La mañana me sorprende con ella entre mis brazos. Los dos de alguna manera han ido a parar a mi pecho y encuentro irónico incluso, la forma en que he amanecido por primera vez al lado de mi mujer, la única con la que he compartido la cama sin tener swxo. La única con la que me he casado, con la que no planep hacer una vida aunque haya dicho lo contrario y la única a la que mataré en toda mi vida. Jamas he matado a una mujer y esta...justo esta es la candidata primera y única para tanj sórdido final. Solo, por haberse cruzado en mi camino. Me quedo mirando sus ojos dormidos, reconozco que me encantan. Es preciosa. Me tomo un segundo de más para saborear la belleza calmada de semejante huracán de mujer y entonces despierta, se queda mirando la forma en que la miro y se forma un trabalengu

