Exclusividad del JEQUE

Recuerdos, vuelo, pánico...

Los ruidos del piso de abajo hicieron que despertara, visualice mí reloj de mesa 6:45am. Me estire un poco y procedí a la rutina del día, fui hasta el baño a asearme; me entalle una falda azul cobalto con destellos rojo suelta, por encima de las rodillas, un suéter color beige y unas zapatillas cerradas en color caramelo, me coloque un collar perlado y un poco de labial. Al terminar baje las escaleras, pero no había ruido alguno.

Fui hasta la cocina, el jardín y nada, ¿dónde están todos? —¡ETLY!— grito pero nada. Solo me falta un lugar por revisar, la sala de estar.

—¡¡SORPRESA!!— dijeron todos y entre el montón salió Etly y Judit, ¿en qué momento se salió Judit de la cama?

—¡Dios!— llevando mi mano derecha hasta el pecho. 

—esperamos que este sea un comienzo cargado de cosas buenas ratoncita— le abraza.

—gracias Jut— soltándose de su agarre para dirigirse a Etly. —gracias nana, no sabes la falta que me harás—

—¿Con que solo Etly te hará falta he?— dijo Jorge el jardinero

—los voy a extrañar... a todos— limpiando una lágrima. —abrazo grupal— todos se acercaron y disfrutaron del momento.

Ya eran las 8, debía marcharme y dejar atrás a quienes se convirtieron en mi familia durante mi vida  —vamos mi niña o no podrá llegar a tiempo— le pedí a Etly y Judit que fueran conmigo para así aminorar la ansiedad que recién empezaba a sentir. Una vez en el aeropuerto me despedí de ambas mientras llamaban a los pasajeros del vuelo 048.

Pude haber cambiado mi boleto por uno de primera clase, pero preferí ir junto a los demás, no quería sentirme sola. El pánico se adueñó de mí al momento de escuchar que sujetaran los cinturones de seguridad que ya el avión iba a despegar. Serían 22 horas de vuelo sin escala, según las condiciones del clima, que, hasta el momento estaba perfecta, no quise por ningún motivo hacer escala, solo el hecho de pensarlo me daba un ligero cosquilleo en mi estómago.

Sentí una ligera turbulencia al momento de despegar y ahí fue donde sentí pavor y el miedo alojarse en mí, me puse a comerme las uñas y hablar como perico con una señora que estaba a mi lado y fue como se me escapó lo ocurrido con mis padres.

—debes estar tranquila cariño, todo va a estar bien— habló la señora sujetando mi mano.

No me vio con pena y le agradecí eso, mientras mis lágrimas no paraban de desparramarse en mis mejillas. Adele, así me dijo que se llamaba la señora a mi lado, llamó a una azafata y le comento mi situación, la joven se fue y volvió con agua y una una pastilla —¿Qué es esto?— señale el recipiente y la pastilla.

—es para usted señorita, necesita  calmarse—

—de acuerdo— me tomé la pastilla y luego, acomode mi cabeza en una almohada de cuello.

(...)

—señorita Fasaely— sentí una diminuta caricia en mi pierna

—mmm...— me queje mientras abría mis ojos lentamente

—ya vamos a aterrizar—

—¿Qué?, Dios, me quedé dormida todo este tiempo— bostezando y arreglando el desastre de mi cabello

—intente despertarte anteriormente, pero fue en vano—  Adele le sonrió

Caminé hacia la terminal y allí ví una guía con un pequeño Cartel con mi nombre, me acerque hasta ella

—¿usted es la señorita Fasaely Volquez?— sonriente

—sí— respondiendo el gesto

—bienvenida a Dubái, soy Abigaíl, me encargaré de llevarla hasta el lugar donde debe hospedarse—

—gracias— la seguí hasta que nos adentramos a su coche.

Llegamos hasta un edificio y salimos del auto, caminé hasta el baúl para sacar mi maleta pero ella me detuvo

—descuida, uno de los empleados vendrá por ella— 

caminamos hasta llegar a un elevador, presionó el piso 3, en menos de dos minutos habíamos llegado, nos dirigimos por un pasillo y hicimos parada en la habitación número 69. 

—compartiras cuarto con una alumna que también es de California, para que puedas sentirte más agusto, espero que tengas una maravillosa estadía aquí— caminó un poco y luego se devolvió —ha, un pequeño consejo, evita a toda costa conocer a un JEQUE en tu camino, por qué no te valdrá una vida para lamentarte—