2. Conociendo a Farid y Nilüfer

1047 Words
Sarah no se siente del todo convencida con las palabras de Kerem, aún para ella es difícil de creer que sea tan afortunada como para tenerlo en su vida y defendiendo su amor como él lo está haciendo, no cabe duda de que el amor es más fuerte que cualquier obstáculo que puedan experimentar. —¿Y esto qué es?, ya sé pero me refiero a quien envía estás rosas tan hermosas. —Él señor Kerem, se nota que está muy enamorado de usted… La empleada mira con recelo a Sarah y el bonito ramo de rosas, sabe que él jeque no acostumbro a hacer este tipo de cosas, siempre ha sido una persona fría y distante y ver que es capaz de enfrentarse a su padre con tal de que éste acepte a su novia americana deja mucho que desear, especialmente después de todo lo que ella le enseñó. —¿Siempre hace estás cosas? Sarah saca de sus pensamientos a Nilüfer intentando obtener algo de información antes del inminente encuentro con el padre de su novio. Mira ansiosa todas las prendas que le ha llevado la empleada intentando decidirse por alguna en especial. —No, no es común que lo haga pero es… bueno. En nuestra cultura las cosas no son como ustedes los americanos acostumbran. —Ya lo sé, y no me quiero sentir excluida pero me da la impresión de que eso es lo que quieres hacer, ¿me equivoco?. —Lo que yo piense o no es algo que aquí no cuenta, lo mejor es que decida lo que se va a poner antes de que él joven Kerem envíe a su conductor y a sus escoltas. —Tantos formalismos aún me cuestan, pero supongo que tienes razón. Y como has dicho, Kerem te envío para que me ayudes a hacer las cosas bien, ¿porque no me indicas lo que debo ponerme?. —¿Está segura que quiere que lo haga?. —No estoy segura de nada, pero tampoco quiero hacer las cosas mal y hacer que Kerem quede en ridículo. Nilüfer ayuda a Sarah a regañadientes a elegir los atuendos que debe utilizar, ella no deja de sentir que su joven Kerem ha cambiado más de la cuenta. Se encuentra a sí misma deseando que él la vuelva a ver como solía hacerlo en algún momento y no como ahora, puesto que es evidente que marca las distancias a causa de esa mujer americana. Le encantaría que él jeque la rechazara porque así Kerem tendría que aceptar a Elif y en consecuencia ella seguiría siendo cercana a él. >>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>> Sarah mira su imagen una vez más en el espejo sintiendo que está por enfrentarse a una situación que sin lugar a dudas marcará un antes y un después en su vida sentimental y de pareja con Kerem. Traga saliva y sonríe nerviosamente mientras los escoltas de Kerem hacen un gesto indescifrable y ella sube a la camioneta que la está recogiendo. Mira su móvil y sonríe al ver él nombre de su amado en la pantalla. “Cariño siento no haber ido por ti para ir juntos a la cena con mi familia, pero mi padre me ha tenido ocupado con algunos asuntos, nos vemos pronto”. “No pasa nada, estoy segura de que todo va a salir bien… solo ansío verte y que todo pase lo antes posible”. —Se apresura a responder. El camino se hace eterno para la joven, mira con detalle todo a su alrededor a la vez que escucha murmullos en otro idioma, se le hace ininteligible y tararea cuando de un momento a otro la camioneta se detiene y unos segundos después le están abriendo la puerta. Sonríe cuando levanta la mirada y encuentra a Kerem quien toma su mano para ayudarla e inmediatamente la suelta, algo muy extraño pues siempre ha sido muy cariñoso y demostrativo. —Padre, te presento a Sarah, mi pareja. Farid mira con desdén a Sarah a la vez que Kerem frunce el ceño, antes de poder reaccionar Farid toma la palabra. —¿Cuáles son sus verdaderos planes?. —Farid por favor, entremos y podemos hablar. No es necesario que la servidumbre escuche nuestras conversaciones. —Interviene Amira. —Hijos entremos, Sarah el atuendo te queda muy bien. Las dos parejas entran a la sala de estar, Sarah toma del brazo a su novio y él la mira dejando que sus padres se adelanten. —No te preocupes, padre siempre ha sido así. No tienes nada de qué preocuparte, solo sé tú misma mi amor. —Gracias, es solo que es la primera vez que conozco a los padres de alguien como tú, y además en un lugar tan lejos, siento que estoy fuera de mi elemento. No sé sí lo entiendes. —Lo entiendo, por ahora vamos y demostremos que somos una pareja que se ama y va más allá de lo que ellos se pueden imaginar. Sarah asiente, y sigue en silencio a Kerem. Todo es tan ostentoso que se asusta, pero se repite que todo lo hace por el bien de su relación aunque no esté del todo convencida, lo que ocurre a continuación la deja perpleja. —Es una mujer vulgar, no sé cómo Kerem pudo fijarse en ella. Elif es mucho mejor, es una joven criada en nuestra cultura y conoce todo lo que debe hacer como la esposa del futuro jeque, además de que es muy elegante. Nada como esa mujer tan corriente que nos trajo tú hijo, ella no merece lo que creo que él quiere hacer, no voy a permitirlo. —¿No vas a permitir, qué? —interviene Kerem. —Dime tú. Creo que tú madre y yo nos equivocamos, especialmente yo al dejarme convencer de enviarte a estudiar a América, te volviste de gustos corrientes. —Cuidado con lo que dices, no te permito que hables así de Sarah. Él que se equivocó fui yo, no debí exponer a Sarah a esto, y mucho menos permitir que quieras chantajearme. Sarah palidece ante el tono de las acusaciones veladas entre padre e hijo, algo muy fuerte está sucediendo como para que Kerem se enfrente así a su padre, un hombre a quien siempre ha respetado.
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