Mi amiga, Su esposa.

—¡¡¡LUCIANA LUCIANA!!! —¿qué te pasa Lola por qué tanto grito? —Román Román —¿ Qué le pasó? — ESTA CON DON ROBERTO ESCOBAR —Ah ya, está apostando como siempre —Es que ya no le queda nada material que apostar —Bueno entonces ya no tardará en llegar aquí —Te equivocas. —No entiendo —Román .... TE APOSTO A TÍ /////// Bajamos rápidamente del taxi que nos trajo hasta nuestro nuevo hogar mi esposo cargó a la pequeña Sonia, y yo a mi campeón René. —Date prisa Luciana —Si ya voy, tu hijo pesa mucho, además no encuentro las llaves —como siempre eres muy inútil Y ahí está otra vez ofendiéndome, así es él qué le voy a hacer es el esposo que mi madre me consiguió, sí, así es mi madre me lo consiguió, me caso a los 18 años él ya tenía 33 por lo cual mi madre dijo que con él estaría segura porque ya no era un chamaco sino que era todo un hombre que sabía lo que quería, además de tener una posición social y económica buena, ay aja! . y ahora no tiene nada y es el padre de mis hijos . — Pero es que de verdad mi niño pesa mucho y traigo muchas cosas en la bolsa con aquello de la mudanza traigo todo revuelto, aquí están. —Por fin, date prisa, abre que tenemos que bajar las cosas del taxi y no tarda en llegar el camión de la mudanza. —Si ya voy ya voy Para qué molestarme ya me acostumbré es un hombre gruñón, pero que se le va a hacer, tenemos 4 años juntos y se supone que tengo que vivir toda la vida con él, mejor apechugo. Después que entramos a la casa recostamos a los niños en un colchón que estaba en el piso, uno que habíamos traído después que nos dieron en renta la casa. Cuando salí para ayudar a Román a bajar las cosas del taxi me sentí observada así es que levanté la mirada buscando en todo mi alrededor, hasta que en la cera de enfrente estaba una joven más o menos de mi edad, era una chica muy bonita, alta, cabello n***o lacio, largo hasta las caderas le brillaba espectacular, vestía ropa a la moda, se ve que aún era soltera, le sonreí al ver que nos observaba con curiosidad, tal vez porque según nos dijo el dueño tenía mucho tiempo que no rentaban esta casa, ella me devolvió la sonrisa y entró rápidamente a la que imaginó es su casa. —Luciana deja de estar de babosa y ayúdame. —Sí, voy y no estaba de babosa es que…. —Apúrate ya que el señor ya se vaya me dijo que nos va a cobrar más y tú no te apuras. Mejor guardo silencio y me apuro a meter las cosas, por fin unos minutos después terminamos, pero por Dios acaba de llegar el camión de la mudanza, no sé cómo haremos para meter todo nosotros dos, Y es que Roman no quiso pagarle a los cargadores para que metieran las cosas a la casa, la verdad no tenemos dinero, tuvimos que salir de nuestro lugar de origen para que Román consiguiera un trabajo porque perdió todo lo que teníamos lo malgasto y lo apostó, venimos de un pueblo donde no hay muchas oportunidades y mucho menos para alguien que era déspota y cruel como Román y aquí en la ciudad todo es distinto además nadie nos conoce de hecho platicamos que él va a trabajar y yo también de alguna manera lo voy a ayudar con la economía de nuestra casa en fin eso ya se verá ahora todo por no tener dinero tendremos que cargar. Los jóvenes de la mudanza bajaron rápidamente todos los muebles y los dejaron ahí en el patio. —c***** Luciana te estoy diciendo que me ayudes —No inventes Román es que pesa mucho. —pues no que las mujeres son muy fuertes Ahhhh es un pesado y sí somos muy fuertes así es que le demostraré que sí puedo. Con mucho esfuerzo cargue el mueble y lo metimos la realidad es que todo me duele pero no le voy a dar el gusto de decirme débil porque no lo soy. —No que no podías? Lo que pasa es que eres una perezosa y querías que yo pagara para que metieran las cosas. —Román si no pagaste no es porque podemos meter las cosas, sino porque no tenemos dinero. —Ya cállate Y apúrate Y qué más podía hacer apenas habíamos metido un mueble a la casa. —Hola De repente escuché una voz saludando levanté la mirada y era la misma chica de la acera de enfrente, solo que venía acompañada de dos chicos y dos chicas más —Hola —nosotros somos tus vecinos de enfrente, digo porque si van a vivir aquí verdad? —Sí así es, hola mucho gusto yo soy Luciana —Hola Luciana yo soy Miriam y ellos son mis hermanos Rolando, Mireya, Esteban y Carmen —Hola a todos, mucho gusto —C***** Luciana otra vez. Ay por Dios este hombre me va a hacer pasar una vergüenza frente a todos. —Perdón señor no se moleste somos sus vecinos de enfrente solo venimos a saludarlos y a ofrecerles una mano, nos permiten ayudarlos a meter sus muebles? El rostro de Román que estaba muy molesto al escuchar que nos iban a ayudar cambio aunque los que no lo conoce ni cuenta se dan del sutil cambio en su rostro. —Sí está bien ayúdenme Ni gracias, ni por favor. Tardamos un par de horas en meter todos los muebles yo estaba cansadísima yo imagino que todos lo estaban también es más estaba famélica, pero que les iba yo a ofrecer si no tenía nada en ese momento, rayos ni dinero suficiente para ir a comprar algo para todos. —Muchas gracias por ayudarnos de verdad sin ustedes no hubiéramos podido terminar. —no es nada, ahora qué les parece si vamos a mi casa a cenar Ay Dios eres bueno. —Mamita tengo hambre Mi pequeña Sonia estaba pidiendo de comer, como siempre era una niña muy oportuna aunque a veces era imprudente o no se medía con lo que decía, pero esta no fue la ocasión. Ay pero cómo crees, ya nos ayudaron y todavía nos van a dar de comer? —Sí, anden vamos deben estar muy cansados del viaje y luego metimos los muebles y ahora todavía piensas hacer de comer? Señor vamos convenza a su hija —Mi hija es una niña no tengo que convencerla ella tiene que obedecerme. —No, yo hablo de ella de Luciana Noooo por Dios le están diciendo que es mi papá y no mi esposo espero que no se ponga grosero ya en algunas ocasiones ha pasado Y es que la diferencia de edad es notable, además me han dicho que soy traga años no lo sé pero ahora lo importante es que no se vaya a enojar y arruine lo de la cena. —Ella no es mi hija ella es mi esposa y esta pequeña es nuestra hija al igual que el otro pequeño que aún duerme —Ah perdón —Mejor cállate Esteban, Señor por favor acompáñenos usted y su familia en nuestra casa mi mamá está preparando la cena y mi padre no tarda en llegar —Está bien ahora vamos solo despertamos a mi hijo y los alcanzamos. —Perfecto entonces nos retiramos con permiso. Yo le sonreí y todos salieron Román no se dignó ni siquiera en decirles gracias, pero me sorprendió mucho que aceptara la invitación aunque cuando me giré para verlo él tenía puesta su mirada en las curvas de Miriam —Román eres un cerdo —cómo me dijiste Luciana? —lo que escuchaste —en tu maldita vida me vuelvas a hablar así —y tú en tu maldita vida vuelvas a ver a las mujeres así por lo menos enfrente de mí respétame a mí respétalas a ellas. —te voy a… —No papito no le pegues por favor. Sí, también me ha llegado a golpear de vez en cuando, tuve que sacar las uñas para que le bajara porque se estaba pasando, pero a veces cuando llega borracho aún se le da por agredir, no brutalmente solo me da un par de cachetadas, un empujón, o me jala del cabello eso duele mucho porque tengo el cuero cabelludo muy sensible y como sabe que me duele y además me molesta porque me maltrata mi cabello tengo un cabello muy hermoso no es por presumir pero soy rubia cuando el sol me toca parecen hilos de oro cayendo hasta llegar a mi cintura además es quebrado la verdad es que amo mi cabello, pero este asno lo sabe y más lo hace. —ay hija es que tu madre me saca de mis Casillas —pero no le pegues por fa —está bien, por ti mi princesa. Y al menos hoy me salvé de la golpiza no iré toda moreteada o con ojos llorosos a la cena, pero para no tentar más al diablo mejor voy a despertar a mi niño para ya irnos a cenar porque la verdad es que muero de hambre. Diez minutos después salimos de nuestra casa atravesamos la calle Y tocamos el timbre de la casa de enfrente. Inmediatamente nos abrieron la puerta y nos dieron la bienvenida cordial a su casa, era una casa muy bonita llena de muchos adornos se ve que no eran ricos pero no carecían de nada vivían muy bien, yo jamás había vivido con muchas de las cosas que ellos tienen que para mí son lujos. nos presentaron a su madre a su padre quién ya había llegado y rápidamente nos llevaron a sentarnos a la mesa y todos comenzamos a cenar, era algo delicioso o era mi hambre no lo sé pero mi estómago y mi boca lo agradecieron. Poco tiempo después tocaron el timbre Miriam se paró muy emocionada a abrir y un par de minutos después entró acompañada de un hombre, wow qué hombre, alto, Moreno, espalda ancha muy ancha, labios gruesos y sonrisa hermosa digo es lo que me dio tiempo de ver, pero para mi mala fortuna me Cacho observándolo me miró muy seriamente a los ojos y me hizo cara de asco. Ayyy que feo, creo que ya me cayó mal pero lo guapo nadie se lo quita, porque sí era guapo muy guapo.