bc

Los Gemelos Harrison

book_age18+
152
FOLLOW
3.9K
READ
billionaire
HE
age gap
opposites attract
billionairess
no-couple
serious
highschool
small town
civilian
like
intro-logo
Blurb

Pov Fiorella

— Hablas como si fueras mayor, ¿cuántos años tienes?— eso lo hace dudar y niega— no me vas a decir tu edad, ¿eres mayor?

— No pienso que sea algo importante, la edad es solo un número— me dice esquivando la pregunta y eso me hace dudar— mi edad no me define, ni define mis pensamientos, conocimiento o sentimientos. A veces algunos evolucionan más lento en la vida, otros más rápidos, que hable como lo hago, no lo define mi edad— vuelve a acercarse y eso hace que muerda mi labio inferior y eso lo hace sonreír de nuevo— muero de ganas de volverte a besar, si trato de controlar mis manos me dejas.

— No era que no pedias, permiso— asiente dándome la razón— ¿entonces por qué me pides permiso?

— Por qué vi que te molesto que no lo hiciera y creo que debo respetar tu decisión— asiento entendiendo y entonces la que empieza el beso soy yo, le vuelve a abrazarme y vale que decía que iba a controlar sus manos, que tiene una en mi nuca y la otra en mi espalda baja cerca de mis glúteos, eso me hace tensarme y él sonreír en medio del beso— no la voy a bajar más de ahí.

Aidán me sigue besando y es verdad no baja la mano más, solo pasa una de vez en cuando por mis brazos buscando contacto con mi piel, luego pone una en mi cuello agarrando también parte de mi mandíbula.

— Besas muy bien— dice con la respiración algo pesada poniendo su frente en la mía— nunca hago esto que voy a hacer a continuación, pero creo que eres especial y me voy a arriesgar— no entiendo a que se refiere hasta que habla— ¿te gustaría salir conmigo a la salida de clases?— abro los ojos ¿en serio me está pendiendo eso?— ya sabes una cita, me interesa conocerte un poco más.

— Pero la salida es ya casi— lo veo que pone una mirada algo oscura por un momento— ¿pasa algo?

— Tengo algo importante que hacer, que no quiero aplazar más— lo veo sin entender, de pronto se puso serio— es algo significativo para mí y principalmente para mi hermana, es mi gemela y odio que alguien le haga daño y no puedo evitar lo que voy a hacer, por ella de ser necesario doy mi vida.

— ¿La quieres mucho?— él asiente y eso me hace sonreír, se ve que no es tan frío como demuestra o eso veo, y ese amor a su hermana se ve al hablar de ella, esa devoción— está bien, entonces nos vemos donde y cuando.

— Puede ser en unos 40 minutos en el parqueo del Instituto— asiento aceptando— ¿entonces si quieres ir conmigo a una cita?— me dice sujetando mi cintura yo siento, él sonríe y me da un último beso antes de ayudarme a bajar— bueno nos vemos en 40 minutos Fiorella, acabas de alegrar este día para mí, a pesar de que voy a hacer algo que no me gusta— no entiendo de que habla— Addio bella ragazza.

Pov Alani

— Aidán contrólate, tú no eres así— le dice Lucy tomando su rostro entre sus manos haciéndolo verla a los ojos— hermanito, tú no pueden ensuciar tus manos con este idiota que no vale la pena.

Aidán vuelve a ver a Lucca que está casi llorando y me ve a mí que estoy llorando de ver a Aidán en ese estado, no me gusta y es todo por mi culpa, no quiero esto. Aidán deja de hacer fuerza soltándose de todos y abrazándome.

— No llores Nani, perdóname, no quería asustarte— me abraza consolándome y yo asiento abrazándome fuerte de él— no lo vuelvo a hacer, perdóname.

— Eres un salvaje— escuchamos una voz de una chica, ambos volvemos a ver y vemos a una chica que está en nuestro mismo año, pero en otro grupo, la he visto muy cerca de Lucca, en muchas ocasiones ¿será su novia? ¿El tonto tiene novia y me beso a mí?— como se te ocurre hacerle esto a mi hermano.

— ¿Tu hermano?— veo como mi hermano frunce el ceño, cierra los ojos haciendo un gesto que nunca le había visto, ¿arrepentimiento?— ¿Mierda es tu hermano? ¿Eres hermana de este idiota?

— No te atrevas a insultar a mi hermano, el idiota eres tú, animal— dice la chica enfrentando a mi hermano golpeando con su dedo el pecho de Aidán que la ve incrédulo— creo que está claro que nuestra cita se cancela, no podría salir con una bestia que golpeo de esta manera a mi hermano.

— Por mi perfecto— le contesta Aidán y yo me quedo totalmente helada, ¿Aidán le había pedido una cita a esa chica? ¿Cuándo paso eso?— tampoco es que me fuera a echar a morir, por eso, vámonos de aquí chicas, creo que debemos llamar al tío Andrew para que arregle esto.

chap-preview
Free preview
Vamos a ver que sucede
POV Aidán Mi nombre es Aidán Harrison, hijo del billonario y genio —según lo catalogan todos— Alek Harrison. Mi padre es un hombre muy joven; él y mi madre tienen la misma edad, así que somos hijos de padres jóvenes. Ellos se aman como no he visto a nadie hacerlo, y eso nos han enseñado a mí y a mis hermanas: que el amor real sí existe. Solo que, para ser honesto, a mí eso no me desespera. Soy el hermano del medio, por así decirlo, ya que tenemos una hermana mayor, Lucy. Ella es nuestra hermana... y también nuestra tía. Raro, lo sé, pero nuestra familia siempre ha sido extraña. Mi padre adoptó a la tía Lucy —la hermana menor de mi madre— cuando ella tenía 5 años. La crió y la ama como si fuera su propia hija. La adoptó cuando él tenía 17, y la verdad es que, para mí, Lucy es mi hermana. Ella lo ama y adora como a un padre. Si ven a mi hermana gemela —sí, soy el hermano mayor de una gemela que se parece mucho a mí, nací unos minutos antes— y a mí junto a Lucy, se nota que no somos hermanos biológicos. Lucy es rubia, un poco más alta que nuestra madre, pero menos alta que Alani (mi gemela) y yo. Alani y yo somos de la misma estatura, igual que nuestro padre, que también es un hombre alto. Lucy tiene los ojos verdes, mientras que nosotros tenemos una tonalidad extraña: cambiantes. A veces se ven grises, otras celestes, y en ocasiones, azules. Son iguales a los ojos de mi padre. Todos dicen que somos idénticos a él. Yo más que nada, por razones obvias: soy hombre, pero sí hay pequeñas diferencias. Toda nuestra infancia vivimos en la ciudad; de hecho, nacimos ahí. Pero mis padres decidieron que, al entrar a preparatoria, debíamos venir al pueblo de donde es mi padre y donde conoció a mamá. Tenemos muchos tíos locos, que adoramos y manipulamos, claro está. Hacen lo que queremos, nos apoyan y ayudan cuando mi padre nos prohíbe algo, lo cual es muy poco. El viejo —odia que le diga así— no es viejo, lo entiendo, pero a veces me gusta llamarlo así. Él solo nos lleva 18 años. No nos prohíbe casi nada; nos da mucha libertad, pero siempre dice que debemos ser responsables de las consecuencias de nuestras acciones. Nacimos cuando él aún era un joven, pero ya se había casado con mi madre. Siempre nos dice que sabía que ella era el amor de su vida desde que la vio por primera vez, así que no tenía sentido esperar para hacerla su esposa, y lo hizo. El viejo es decidido, y cuando quiere algo, lo consigue. Rasgo que creo que yo no heredé. ¿Por qué razón? Fácil. Desde que llegamos aquí, el primer día vi a una chica preciosa y, lo admito, siendo un niño de 10 años, me enamoré de ella. Aún no he conseguido que se fije en mí; de hecho, me odia, por razones bastante fuertes. Tampoco he puesto mucho empeño en eso. Me gusta, sí, pero tengo paciencia. Sí, como habrán entendido, entramos a la preparatoria a los 10 años, porque resulta que somos unos pequeños genios, igual que nuestro padre y nuestro bisabuelo. Así que nos graduamos dos años antes de la primaria y entramos a los dulces 10 años al instituto, teniendo de desventaja la edad frente a los demás. Pero como dignos hijos de mi padre, por nuestra altura, no se notaba la diferencia, y no se lo dijimos a nadie durante medio año. Hasta que pasó algo que lo cambió todo. Un tipo se propasó con mi hermana. Íbamos en primer año cuando sucedió. Recuerdo ese día como si fuera ayer, aunque ya han pasado cuatro años. Teníamos 11. Hoy tenemos 15 y estamos en el último año de preparatoria. --- Flashback – 4 años antes Estaba caminando tranquilamente, con las manos en los bolsillos delanteros del pantalón, mientras salía del baño, cuando vi un alboroto en donde había dejado a mi hermana. De inmediato, eso me alarmó. No me gusta nada. Solo podía significar que algo malo estaba pasando. Corrí instintivamente, maldiciendo en mi mente por haberla dejado sola un momento. Solo me detuve unos minutos con una chica que, bueno, me hablaba de lo atractivo que era... y bueno, me besé con ella en el baño. ¿Qué puedo decir? ¿Por qué negarle el gusto a ella y negármelo a mí? Estaba bonita, aunque era mayor que yo. No me importó. Ella no lo sabe, y no pretendo decírselo. Llegué al lugar y no vi a mi hermana por ningún lado. ¡Carajo! Solo estuve… revisé mi reloj: 15 minutos. Sí, me di gusto. Lo acepto. Me tardé demasiado. Vi a la mejor amiga de mi hermana y me urgía preguntarle por ella. Alani suele ser muy llamativa; su presencia se nota siempre. Me acerqué a Adriana. —¿Adriana, qué pasó aquí? ¿Dónde está Alani? —pregunté, algo preocupado. No me gusta no saber dónde está mi hermana. Ella parpadeaba, pero no me decía nada—. Podrías contestarme dónde está mi hermana. Deja de verme y dime. —Aún no asimilo lo que acabo de ver... Creo que le rompió la muñeca a un chico de tercer año —me dijo. Me asombré. Alani es capaz de eso y más, claro. Mi padre y mis tíos nos han entrenado desde niños. Mi padre es un peleador de artes marciales mixtas excepcional, y creo que aprendimos bien. Pero Alani nunca golpea a nadie. Es una chica dura, pero muy dulce, depende de cómo la trates... porque también puede ser una bruja si la enojas. Pero la fuerza es lo último que utiliza. —Se la llevaron a dirección —añadió Adriana. Bufé. ¡Qué estupidez! Seguro algún profesor tonto tomó esa decisión. ¿Llevar a mi hermana a dirección? Si mi padre es el dueño del instituto y White —el director— le tiene pavor... No creo que quieran meterse con ella. Ella acaba de meterse en un gran problema... aunque no por lo que hizo, sino por quién es. —Gracias por la información, linda —le dije a Adriana. Es una chica atractiva, dos años mayor que nosotros, como todos nuestros compañeros. Caminé despacio hacia dirección. Tampoco iba a desvivirme corriendo. Sabía que nada le harían a Alani. Mis hermanas son las princesas de papá, y no creo que White quiera perder su trabajo metiéndose con mi gemela. Al llegar, traté de analizar qué había pasado. Aún no entendía qué la motivó a actuar así. La oficina estaba llena de gente, un alboroto. No veía a mi hermana, y eso me inquietaba un poco, pero no me alarmaba. Me senté a esperar. Pasaron varios minutos, hasta que vi llegar a la enfermera del instituto con un chico con la mano derecha enyesada. Debía ser la víctima. Aquí hay una enfermería totalmente equipada, con doctor y rayos X, gracias a mi padre. Se le ocurrió después de que, por alguna razón, le rompiera la nariz al tío Caleb y tuvieran que llevarlo al hospital. Papá creyó que era mejor atender todo aquí mismo. El tipo era casi de nuestra estatura, un poco más alto. Venía con sus padres. En eso, llegó Lucy, hablando por celular. Escuché que hablaba con nuestro padre. Al colgar, me acerqué. —Lucy, ¿sabes dónde tienen a Alani? ¿Qué pasó? —Aidán, no tengo idea. Solo sé que está dentro de la oficina de White por romperle la mano a un chico —me dijo. Subí las cejas. ¿En serio? Nunca pensé que la tendrían ahí. —No entiendo por qué hizo eso. Alani no es agresiva. Me esperaría algo así de mí… o de ti —añadió—. Bueno, de ti no creo. Tienes más paciencia que nosotras y usas otros métodos, pero sí te enojas más. Asentí. Tenía razón. —Esto debe ser una broma. ¿Cómo van a llevar a Alani a dirección? Papá está muy molesto. Dice que no entiende cómo no ha despedido a White en todos estos años. Me reí del comentario. Sabíamos que, cuando mi padre estudiaba en este instituto, era intocable. Nosotros tratamos de pasar desapercibidos... o al menos eso intentamos. Pero no es fácil. Lucy, ya molesta y sin paciencia, entró a la oficina del director. La seguí de cerca. No tocamos; solo entramos. Al hacerlo, vi a White pálido, tragando grueso al verme. Creo que le recuerdo mucho a mi padre. Siempre me teme más a mí que a mis hermanas. Dice que soy peor, que mi frialdad al hablar le da miedo. Siempre dicen eso. Vi a mi gemela, muy molesta, mirando al chico con cara de asesina. ¿Qué habrás hecho para lograr esa mirada en mi hermana? Vamos a ver qué sucede...

editor-pick
Dreame-Editor's pick

bc

Sorprendiendo al Bully (Serie de Amor Verdadero Libro 1)

read
98.6K
bc

Nota De Amor

read
1.9K
bc

Apuesta por un amor. (Saga familia Rossi- Duque)

read
108.9K
bc

Una hermosa coincidencia

read
102.5K
bc

¡Lo quiero a él!

read
40.3K
bc

Mi Guardaespaldas

read
2.8K
bc

Solo dos veces al año

read
15.3K

Scan code to download app

download_iosApp Store
google icon
Google Play
Facebook