CINCO.

1658 Words
Eliza con la piel tan blanca que me volvía loco de solo pensar cuantas marcas podría hacerle al mismo cuando pasaba frente a mi solo provocaba querer hacerle unas cuantas marcas rojas en ese cuerpo tan bonito y tan pequeño que tenía siempre era tan recatada que ahora me daba ganas de arrancar esas ropas suyas en la oficina cuando entraba por la mañana con mi desayuno, ahora sería difícil verla con esa ropas que usaba sin poder recordar el vestido que le quedaba como una segunda piel. Ya avía pasado demasiado tiempo donde lo único que pensaba era en como acercarme sin que me viera como su jefe o si que me temiera a la hora de hablar, la quería para mi y cuando por fin la tuviera en mi cama tal vez después de eso la votaría, después la despediría para evitar problemas y malos entendidos, cuando pensé que era mi hora de actuar tal vez algunas copas me ayudarían. Camine a pasos lentos hacia ella esperando a que se diera cuenta de mi presencia, ella estaba en una mesa parecía aburrida pero su rostro paso a uno emocionado y mirando hacia la entrada del salón y cuando me acerque a allá el chico que siempre estaba con ella, venía caminando mejor dicho corriendo hacia ella pero se detuvo cuando me pare enfrente a ella para así poder captar su atención. - Señorita Eliza - saboree su nombre en mis labios - está usted hermosa esta noche - era cierto lo que decía, ella estaba preciosa y caliente pero no se lo diría así como lo pensaba. - Gracias... señor - dijo pensativa como siempre y eso me encantaba. - ¿Viene acompañada ? - deseaba que no. - Si... - fue lo único que dijo, sabia con quien maldita sea venia. Me despedí con un asentimiento de cabeza y salí hecho una bala de esa mesa sola por que estaba cabreado y ni siquiera sabia por que si ella no era nada mío ni nunca lo seria más que mi empleada y también eso me molestaba que no tuviera ningún vínculo conmigo y que ni siquiera me diera una hermosa sonrisa, en ese momento me reprendí a mi mismo por pensar en esa tontería y más con una casa fortunas como seguramente era ella, todas son así por eso solo me divertía con ellas solo sexo sin ataduras eso es lo que yo buscaba pero ella por lo visto no. Avía pasado tanto tiempo mirándola desde el otro lado del salón que ni siquiera tomaba atención de lo que decía mi acompañante de esta noche que por cierto era una modelo muy reconocida, no asta que me empezó a jalonear mi saco odiaba esas actitudes más si lo hacían con mi ropa de diseñador se había dado cuenta que yo veía a mi asistente, me molestaba que las mujeres me hicieran escenas en público y que se metieran en mis asuntos la mayoría eran así todas eran iguales. - Que tanto le ves a esa enana sin chiste - me dijo con su molesta voz chillona, no Asia falta contestación ya que ella sabía que Eliza me interesaba se había dado cuenta de eso, no le debía explicaciones a ella ni a nadie siempre todo lo que hacía o decidía eran cosas mías y no le tenía que decir a nadie lo que hacía o pensaba. - No te importa - le dije irritado de su actitud tan infantil para Eliza - Me estoy aburriendo - dijo acariciando mi brazo - por que no vamos a un lugar mas privado a tu departamento estaría bien. Me estaba empezando a hartar tenía negocios que hacer así que si quería se podía largarse ella sola me quedaría sin diversión esta noche pero era mejor que estar aguantando su actitud tan de mal gusto no me interesaba si tenia en que irse solo quería que se alejara de mi - puedes irte si no estas gusto - dije irritado mirando a donde estaba Eliza y su maldito novio - pero vine en tu coche - sonó indignada- ¿Cómo regresaré a casa? - existen los taxis no solo esta mi coche - Con eso me solté de sus garras y camine hacia la barra justo para pedí una copa de vino no solía ser una persona muy paciente y era muy conocido por eso, no aguantaba esas escenas en público tampoco me gustaba mentir siempre fui directo con lo que quería o deseaba y aunque fuera chico siempre lo obtenía siempre fue así y ahora no iba cambiar iba a tener a Eliza en mis brazos a como diera lugar, habían puesto una canción lenta y todos fueron al medio centro para bailar con sus parejas, Eliza con su noviecito también así que camine hacia ellos aprovecharía esta oportunidad solo para estar un momento cerca de ella y tocarla un momento. - Me concede esta pieza señorita. - me miró con esos ojos verdes como los que nunca había visto en mi vida analizando mi propuesta como si le fuera difícil decir que si a una persona como yo, Eliza era alguien única nunca en mi maldita vida me avia cruzado con una mujer que tuviera tal nivel de dulzura, humildad y timidez desde su forma de mirar que se notaba hasta al pronunciar lo mínimo ella era inocente a todo su esplendor. - Si... claro - pero que a su vez todo aquello estuviera siendo abrasado por una débil y muy sutil, casi invisible capa de caliente sensualidad, seductora y deseosa Eliza. Era demasiado bajita aun con sus tacones para mi que yo medía más de uno noventa y cinco, mis manos temblaban por querer tocarla un poco más abajo de la cintura, quería apretar todo esa piel, quería sacarla de aquel lugar que solo tenía hombres mirones. -Necesito que me acompañe a la oficina ahora - esta bien sabia que era una estupidez pero tal vez si le decía que teníamos que trabajar ella aceptaría ir conmigo a donde sea - tengo que tratar de algo importante con usted - era muy importante estar lejos de los demás solo ella y yo donde no estuviera su amigo o cualquier persona cerca de nosotros. -Lo lamento pero mi horario de trabajo no es a la media noche - genial ahora parecía valiente justo ahora tenia razón pero el trabajo no espera - todos los pendientes mándelos al email, los hablaremos el lunes una contestona que no hacía caso a las órdenes de su jefe. - muy bien señor solo aviso a mi pareja que trabajare horas extras - dijo mirándome con reproche, alejándose de mí para ir con su novio genial ahora tenia que pagar por su tiempo. Se alejó dejándome solo a medio baile, parado en medio de la pista, todos me miraban ahí parado y eso me cabreo pero había logrado que viniera conmigo, la llevaría a mi despacho solo para "hablar de los pendientes" casi una hora después de que se quedara platicando con su amigo íbamos saliendo hacia el estacionamiento caminando a pasos lentos a mi auto y puse música para relajarme y manejar tranquilo a mi despacho, estaba un poco lejos y eso era lo mejor que nadie estaba y yo ya estaba deseando escuchar sonidos saliendo de su pequeña boca y queriendo saber qué llevaba debajo de ese lindo vestido blanco que no dejaba nada a la imaginación pero ya se verá más adelante. Llegamos por fin a mi despacho por fin y nos dirigimos a mi despacho, justo en ese momento se dio cuenta que no era la oficina que era un edificio completamente desconocido para ella, salió del auto y miro el edificio de abajo hacia arriba y con pasos lentos camino hacia la entrada y justo antes de entrar miró a su alrededor como si la fuera a secuestrar, la seguí y le di un empujón para que entrara al interior siguió sin siquiera mirarme, subimos al ascensor y ella se paro asta la otra esquina del cubo metálico, reí para mis adentros llegamos hasta el último piso entramos a mi piso y justo al fondo de un pasillo estaba mi despacho, entre como si nada y me senté en mi silla enfrente de ella, no solía hacer estas cosas de no ir directo al punto pero solo en esta ocasión lo haría lento y vería cómo pasaban las cosas. -Señor de qué era eso tan urgente de lo que quería hablar - me dijo seria remarcando la a del tan muy dramáticamente. -De algo que llevo en mi cabeza un tiempo - quería decirle que desde que la conocí me intrigaba todo de ella. - dígame señor - dijo mirando sus uñas evitando mi mirada - disculpe salen taxis de acá o hay una parada de autobús cerca. -Eso que ronda mi cabeza desde hace un tiempo es usted -me miró fijamente y yo me levanté de la silla, di la vuelta al escritorio y camine hacia ella - me trae loco desde hace tiempo- me hinque frente a ella tocando con las yemas de mis dedos sus rodillas. Se levantó con lo ojos abiertos parecía indignada algo de temor se reflejó en su mirada, se levantó de un sopetón de la silla alejando mi tacto y empezó a retroceder hasta chocar con un librero, la seguí tal cual un perrito faldero y solo ice lo que mi instinto me decía, la bese lentamente por que ella solo estaba parada sin hacer nada ni siquiera mover sus labios, me acerque mas a ella con sus manos y todo su cuerpo pegado a la pared pensando que tal vez si iba a ser como lo planee, sonreí por a mi nada me salía mal. "LA VIDA ES UNA PREPARACIÓN PARA EL FUTURO Y LA MEJOR PREPARACIÓN PARA EL FUTURO ES VIVIR COMO SI NO HUBIERA NINGUNO" EOS
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD