4. Confusiones

1639 Words
Pov Emily  Esteban estaba recargado en la puerta del copiloto de su auto esperando a que saliera de casa, cuando nuestras miradas se cruzaron sentí un sentimiento de culpa por lo de la noche anterior, aunque si lo pensaba bien él me había sido infiel en incontables ocasiones y seguía como si nada.  Cuando me acerqué, él abrió la puerta del auto sin decir palabra, ni un buenos día o algo así, estaba serio y apretaba la mandíbula.  El silencio durante el trayecto era muy incómodo.   - Pensé que no vendrías por mí, después de nuestra pelea de ayer – dije fijando la mirada en el cristal de la ventana, viendo hacia la carretera.  Su rostro estaba serio, miraba fijamente al frente, llevaba puesto una playera tipo polo negra con unos pantalones de mezclilla azul y unos zapatos deportivos negros, a pesar de vestir sencillo él siempre se veía bien llevará puesto lo que llevará, era un chico muy guapo, algunas compañeras de la universidad babeaban por él.  - Si no vengo por ti, como te iras a la universidad - soltó en tono severo.  - Antes de conocerte, me iba en autobús ¿sabías? - le repliqué, pero esta vez mirando fijamente al perfil de su cara.  - ¿Y arriesgarte a que te asalten o manoseen? Emily tu personalidad llama demasiado la atención - se mofó en tono irónico. No sabía a qué se refería si a mi cabello teñido de rojo o a algo más,  Aparcó en uno de los espacios vacíos del estacionamiento frente a su facultad, la mía estaba a unos cuantos metros de ahí así que caminaría un poco.  - Mañana ya no pasaré por ti, así que tomate tu tiempo – su voz era seca, había un hilo de amargura en ella, estaba castigándome, agradecía todas las atenciones que tenía conmigo, pero antes de conocerlo me las arreglaba muy bien sola, podía hacerlo otra vez. Yo no había nacido en cuna de oro como él.  Suspiré abatida.  - Esta bien, que tengas buen día Esteban - salí del coche.  Aún faltaban diez minutos para que comenzará mi primera clase. Cuando llegué al salón de clases vi aquella melena rubia inconfundible de ojos verdes. Gabriela mi mejor amiga desde primero de universidad, ella estudiaba filosofía y letras no por amor a la lectura si no porque sus padres eran periodistas y eran dueños de la cadena de periódicos “La Voz de México” uno de los más importantes en su ramo. Agitó la mano con fuerza indicándome que junto a ella había un asiento vacío.  - Emily ayer después de que te fuiste con Esteban todos comenzaron a cotillear sobre que ustedes se habían peleado, ¿es verdad? - dijo apenas me senté en la silla – la tipa esa la que se le pega mucho, dijo que Esteban te dejaría por ella.  - Que le aproveché entonces - exhalé tratando de evitar que me afectará, el día anterior justo antes de que huyera a beber al bar, era la fiesta de aniversario de la facultad de finanzas donde Esteban estudia, Gabs y yo asistimos, ella porque todos la conocían y era muy social y yo fui a acompañar a Esteban, hasta ahí todo iba bien hasta que una tipa de melena castaña, Marcela, aprovechó un momento en que me quedé sola para restregarme en la cara todo lo que ella y Esteban hacían cuando yo no estaba. Por eso fue que terminamos, porque él ni si quiera lo negó.  Gabriela me miró con compasión.  - Lo siento amiga, yo no tenía idea que ustedes estaban teniendo problemas en su relación - me dijo dando pequeños toquecitos en la espalda.  Sonreí negando con la cabeza.  - Esteban me puso el cuerno con Marcela - musité por lo bajo.  - ¡Maldito hijo de pu....! - exclamó mi amiga furiosa pero no termino la frase porque en ese instante entro el maestro Fernando, se tapó la boca con la mano para no reírse de la situación bochornosa, al parecer el maestro si alcanzó a escuchar lo que Gabs gritó, pero prefirió hacer como si no lo hubiera escuchado.  ***  Pov Álvaro  Aún no podía creer que Emily fuera aquella chica ardiente que conocí en el bar, era mi hermanastra, pero no podía dejar de admitir que me atraía a sobre manera, pero sabía que no era buena idea acercarme tanto porque mi padre ya tenía planes para ella y Esteban Cazares.  Sonreí al recordar la mancha de sangre que vi por la mañana, Emily era virgen y me había entregado su virginidad e inocencia a mi precisamente.  Pedí a mi padre incorporarme a la empresa familiar hasta el día de mañana alegando que tenía algunas cosas que hacer, entre ellas tenía que hablar con Emily para cerciorarme que nadie se enteraría de lo que hubo entre nosotros y para persuadirla de que haga lo que mi padre quiere.  ***  Pov Emily  El maestro de la última clase avisó que no asistiría por un problema familiar. Gabs y yo aprovechamos para disfrutar el día soleado de primavera bajo la sombra de nuestro árbol favorito.  Frente a nuestra facultad había un jardín enorme con árboles y pasto muy bien cuidado que los estudiantes aprovechábamos para sentarnos a leer bajo la sombra de los mismos.  Mientras mi amiga se maquillaba, me dispuse a leer, cuál fue mi sorpresa cuando levanté la vista y vi que Esteban y otros amigos llegaron a la facultad, también iba con ellos Marcela.  - Estás viendo lo mismo que yo – susurró Gaby a mi oído. Asentí enmudecida – Esteban está mirando a nuestro salón de clases, tal vez está esperando a que terminé la hora. Te está buscando Emily.  Asentí nuevamente.  - Lo que él no sabe es que no tuvimos la última clase – dije sin dejar de observarlo.  Sentí como Gaby apretó mi brazo con desesperación.  - ¡Ya nos vieron Emily, Esteban viene para acá! - escuché su grito en mi oído. Pensé que no vería más a Esteban durante el resto del día, pero el a veces era muy insistente, ¿Qué quería? Demostrarme que no me necesitaba, que ya tenía mi reemplazo, no quería otra situación incómoda después de la mañana en que descubrí que mi hermanastro y yo tuvimos sexo. Mi ánimo ya estaba por los suelos sólo con eso.  De pronto vi mi extraña salvación llegar al estacionamiento frente a nosotros.  - Tengo que irme, ya vinieron por mi – dije apresurada guardando el libro en mi mochila, mientras veía como Esteban se acercaba a paso firme.  Gaby volteó en dirección a aquel hombre que detuvo su auto frente a nosotros.  - ¿Quién es ese chico tan guapo? - pregunto Gaby embobada ante la belleza de mi hermanastro.  - ¡Álvaro! - dije, pero sin saber si me había escuchado.  Todo paso en fracción de segundos. Esteban se acercó a paso ágil mientras que Álvaro salió del auto para abrir la puerta del copiloto, subí al auto de prisa. Álvaro rodeó el auto con rapidez, para después encenderlo y acelerar.  Pude ver la mirada entre confundida y furiosa de Esteban, él no conocía a Álvaro.  El trayecto en silencio duró poco, él se estacionó frente a una plaza cerca de la universidad.  Me miró fijamente.  - Emily, esta mañana me deje llevar por mis impulsos - comenzó a decir, su voz era tranquila y suave a comparación de la de esta mañana y su mirada ya no era de ira – creo que el destino nos jugó una mala pasada – río burlón - pero podemos comenzar de nuevo ¿qué te parece?  - ¿Qué más nos queda?  - exhalé resignada. - Vamos a caminar – dijo saliendo del auto, al parecer estaba de buen humor.  Abrió la puerta de mi lado como todo un caballero, salí y caminamos uno al lado del otro, por el sendero rodeado de árboles de bugambilias y pasto.   - ¿Te reconciliaste con Esteban Cazares? - cuestiono sin detenerse.  - No y no creo que eso valla a pasar – agache la mirada no sabía por qué cuando pensaba en Esteban sentía una especie de tristeza, sería posible que de verdad me estuviera doliendo la ruptura.  - ¿Por qué no crees regresar con él? - preguntó intrigado.  - Por qué me engaño con otra chica y ella dice que él me dejó por ella.  Álvaro se detuvo en seco y se giró hacía mí, me miró fijamente alzando mi barbilla con su mano.  - Que tonto es Esteban para dejar a una chica como tú - no sabía por qué estaba siendo tan amable conmigo, pero se sentía bien tener el apoyo de alguien – te daré un consejo – hizo una pausa – no necesitas quererlo para estar con él, el que tu seas su novia a toda nuestra familia nos beneficia ya que ellos son nuestros principales clientes.  - Le beneficia sólo a tu padre – lo interrumpí cruzándome de brazos.  El sonrío sarcástico.  - Te equivocas, tú también te podrías beneficiar si fueras un poco más inteligente debe haber algo que papá te pueda conceder, un coche para que vengas a la escuela, visitar más seguido a tu padre o un viaje, dinero, algo, yo puedo hablar con él por ti – su mirada penetrante estaba haciendo que sus palabras se clavaran en mi cerebro, de hecho, si había algo que quería “ver a papá”.  - Lo pensaré - musité.  Nunca había pensado las cosas de esa manera ya que mi padrastro siempre me exigía y me exigía a gritos las cosas, Álvaro me estaba haciendo ver todo de diferente manera, pero ¿qué estaría dispuesta a hacer con tal de poder ver más seguido a mi papá?
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