La obsesión del mafioso ruso

Ava Siempre pensé que este tipo de cosas jamás me pasarían a mi, siempre tuve una hermosa familia, siempre vi a mis padres felices, siempre fueron un ejemplo de un matrimonio estable... Hasta que creci y me di cuenta que no eran lo que creí. que duro es despertar y darte cuenta que la vida no es tan fácil, que las relaciones son más difíciles de lo que te muestran y sobre todo que nunca llegas a conocer a las personas en su totalidad, sin importar los años juntos. — Familiares de Sarah Rodríguez?— Me levanté con mucho miedo de recibir una mala noticia — Soy su hija — Le dije mientras me acercaba a el — ¿Mi madre como está?— Le pregunté. — Por ahora está estable, fue un operación difícil, lamentablemente su madre está en coma, el golpe que recibió en la cabeza fue muy fuerte — ¿pero va a despertar?— Le pregunté — Hay una gran posibilidad que despierte en un día, un año o nunca — Mi alma cayó al suelo. Mamá... Si solo hubiese llegado a tiempo a casa hubiera podido ayudarla, mis ojos se cristalizaron y las lágrimas rápidamente comenzaron a bajar por mis mejillas, tenía un enorme nudo en la garganta. — Pero aún hay esperanza de que despierte ¿no es así?— Le pregunté tratando de tener esperanza, debía aferrarme a algo. — Srita voy a ser lo más honesto con usted que puedo ser, tenemos que esperar unos días el cerebro debe deshincharse primero y luego podré darle una respuesta más precisa pero necesita preparase para cualquier cosa— Necesita prepararse para cualquier cosa, esas palabras fueron directamente a mi alma— Podrá verla en breve, una enferma vendrá por usted. El doctor se retiró, yo volví a mi asiento tratando de pensar en que hacer ahora — Usted es el familiar de la Sra Rodríguez?— Preguntó una enferma acercándose a mi, asentí con la cabeza — ¿Podría venir a recepción?— Preguntó Mierda! Me levanté y caminé junto a ella hacia recepción, llene los formularios que me dieron y luego recibí la factura El pago era enorme. ¿Que se supone que iba a hacer ahora? No tenía esa cantidad de dinero, era demasiado para mí, quizás hace años hubiese sido fácil de pagar ese monto pero ahora era un monto excesivo. — ¿Esto sería todo?— Le pregunté mientras miraba la factura. — No, eso es solo la operación, aún falta la hospitalización, los medicamentos y todo lo que su familiar necesite en estos días — Me hizo saber. Es más dinero todavía. ¿Que hago? ¿Cómo voy a costear eso? — Claro, en un rato vendré a pagar esto— Le hice saber a la mujer, ella asintió. Me alejé de ahí con aquella enorme factura en la mano, quería llorar más aún. Maldita sea. ¿Que hago?! ¿Que hago?! Camine hasta llegar a un pequeña habitación, me senté en el suelo queriendo llorar, coloqué mi cabeza entre mis piernas — ¿Estás bien?— Me asusté al escuchar aquella voz, rápidamente subí la mirada frente a mí, había un hombre sentado en una camilla se veía algo golpeado. Había rojos en su rostro, tenia roto la comisura de sus labios y sus nudillos estaban destrozados Rápidamente me levanté apenada, con mi mano limpié mis lágrimas tratando de disimular, me quedé mirándolo por un segundo teniendo la sensación que lo conocía sin embargo no lograba saber de dónde. — Si, lo siento mucho, de verdad no lo había visto discúlpame— Le dije mientras intentaba irme sin embargo una mano tomándome del brazo me detuvo, asustada me solté bruscamente de aquel hombre pero es que me miraba con curiosidad. — ¿Que tienes?— Pregunto.— ¿Que te tiene en este hospital? Aquellos ojos azules me miraban como si quisieran descifrarme. no tengo tiempo para esto, contarle a un extraño mis problemas no los va a resolver. — Debo irme — salí de aquella habitación lo más rápido que pude con el corazón acelerado y demasiado asustada y al mismo tiempo. Mientras caminaba por el pasillo no pude evitar pensar en mi padre y en todo lo que me había traído hasta aquí, deudas, deudas que jamás pensé que mi padre nos dejaría ¿Cómo había pasado de ser millonaria a tener deudas millonarias? Mi padre se había metido con personas peligrosas y ahora habían golpeado tanto a mi madre hasta casi matarla solo para hacerme saber algo. debía pagar la deuda Salí de aquel hospital, me senté en la parte de afuera en uno de los banquitos, respire profundo tratando de calmarme, tenía que mantener la cabeza fría, tenía que pensar en cómo hacer para pagar el hospital y todo lo que mi madre necesitaría y a su vez pagar la deuda para que no nos fueran hacer mas daño. Por más que trataba de buscar una solución simplemente nada venía a mi mente, todos nos habían dado a la espalda, no había nadie que pueda ayudarme. Miré al cielo como si está fuera a darme alguna respuesta. — Entonces tu madre está en coma?— me giré y vi aquel hombre de la habitación, aún intentaba descifrar en donde lo habia visto ¿Me había seguido? ¿Cómo sabía lo de mi madre? ¿Y por qué estaba tan interesado en saber? — ¿Quien es usted?— Le pregunté. Él metió su mano en el bolsillo y camino hacia mí lentamente, mi corazón se aceleró nerviosa por la presencia de aquel hombre, sus preguntas, por lo intimidante que se veía. El hombre vestía un traje n***o, no tenía corbata pero tenía un pequeño pañuelo en el bolsillo de color rojo. sus ojos azules hacían un gran contraste con su piel pálida. — Soy Nikolai Novikov — Ruso, claro ¿como no lo noté antes? su acento era demasiado fuerte como para no hacerlo. — gracias por preguntar señor Novikov pero debo irme — me levanté de aquel banco con la intención de irme al pasar por su lado él tomó mi brazo, lo miré directamente aquellos ojos azules — No tienes por qué irte Ava — me tensé por completo al escuchar como aquel desconocido sabía mi nombre— de hecho vine a decirte que acabo de pagar el hospital para tu madre, ya no tienes que preocuparte por eso ¿Que?! ¿Por qué?! ¿Por qué ese completo desconocido se había tomado la atribución de pagar el hospital de mi madre? ¿acaso él la conocía a ella? ¿era eso? — ¿Por qué hizo eso?— Le pregunté sorprendida — Porque lo necesitas ¿No es asi? — No tuvo que haber hecho eso, yo no necesito limosnas, mucho menos de un desconocido — algo quería este hombre, en este tiempo sin mi padre había aprendido que nadie hace nada simplemente por ser buena persona todos y más las personas adineradas quieren algo a cambio— No necesito de usted — no es una limosna, espero que lo pagues más adelante — lo sabía, se movió para quedar frente a él, me tensé— ¿Qué estás dispuesta a hacer por tu madre Ava? ¿Qué estás dispuesta a hacer para que reciba las mejores atenciones? ¿Qué estás dispuesta a hacer para que tu madre tenga el mejor especialista del país? sabes mejor que yo que aquí ella no va a mejorar al contrario, este hospital no tiene lo que tu madre necesita. Me solté bruscamente. Mi respiración era acelerada mi pecho subía y bajaba como si hubiese corrido una maratón, mi corazón latía fuerte, me sentía asustada y más cuando me di cuenta quién era el hombre frente a mí Aquel pañuelo rojo, aquel acento ruso...— no tienes que decirme nada en este momento Ava— extendió hacia mí su mano bajé la mirada pude ver que tenía una pequeña tarjeta en su mano, lo tomé con la mano casi templando — llámame cuando lo hayas pensado — yo no soy una prostituta si eso es lo que usted piensa— Le dije cuando estaba por irse, aquel hombre se giró y me vio con una sonrisa en sus labios — jamás dije que lo fueras— dicho eso, siguió su camino. pude ver como una camioneta negra con los vidrios oscuros lo esperaba, un hombre con traje n***o y corbata bajó del asiento del copiloto abrió la puerta de atrás para él, pude ver cómo subí en aquella camioneta y luego simplemente se iba dejándome ahí sola y confundida sin saber qué diablos había sucedido. — ¿Estás bien?— me giré algo nerviosa, una enfermera me miraba con el ceño fruncido, asentí — nadie quería acercarse no sabíamos si estabas en peligro ¿por qué pensarían eso?! — ¿Quien es el?— Le pregunté, mi voz sonó suave, sutil — ¿No lo sabes?— Pregunto Negué. Sospechaba quién era pero quería que ella me confirmara si mis sospechas eran ciertas — El es Nikolai Novikov — justo como el lo menciono — Y es el nuevo jefe de la mafia rusa — aquella mujer lo decía con tanta seguridad ¿Cómo lo sabía? Volví a mirar en el lugar en donde aquel hombre se había ido — ¿Cómo sabes?— Pregunté sin mirarla — el pañuelo de su traje, el color rojo solamente lo usa el jefe ¿Qué quería el jefe de la mafia rusa conmigo? Rápidamente pensé en mi padre ¿Acaso él le debía? Pero si era así entonces ¿por qué había pagado la clínica para que mi mamá pudiera seguir aquí?— mejor cuídate y aléjate de él personas como él son peligrosos, las personas que están a su alrededor mueren— Dicho eso la mujer se fue ¿Por qué estaba aquí? ¿Había sido casualidad encontrarlo aquí? ¿Por qué estaba golpeado? Tantas preguntas y no tenía ninguna respuesta. le di la vuelta a la tarjeta que estaba en mi mano, era un nunero, su número...