Capítulo 5
Me desperté por el vibrar de la alarma, la apague y me levante para ir directo al baño. Hice todas mis necesidades y me arregle para ir al instituto.
Cuando ya estuve lista y la imagen que me devuelve el espejo era de mi agrado, tomo mis cosas y baje a desayunar.
-Buenos días- saludo mi padre. Él y Zac se encontraban conversando. Aún queda una hora antes de que abrace el instituto, pero como tuvieron tantas tardes tarde, Evans creyó que sería bueno para ayudar a organizarlo. -¿Por qué tan temprano?
-Créditos extra- responden de forma rápida y automática. Me serví café y me senté junto a él mientras fruncía las cejas. Le robe dos de sus tostadas quemadas y comencé con mi desayuno.
-No creo que necesites los créditos extra, de otra forma te hubieras anotado en un club.- estaba claro que no iba a dejar pasar el tema, lo mire con ojitos de cachorro y lo único que hizo fue levantar sus cejas esperando respuestas.
-Está bien, tienes razón, no hay créditos extra. Nuestro profesor a cargo está planeando un proyecto y salí sorteada para ayudarlo con eso, siguen siendo créditos adicionales.
Asintió más convencido y yo pude respirar tranquila, tomé una tostada mientras le mandaba un mensaje a las chicas sobre esto que acababa de pasar, si conocían la pata, estaba arruinada.
Sentí una mirada puesta en mí, quemando lentamente mi cabello, casi podría ver el humo saliendo. Mire a Zac con una ceja elevada ante su repentina y asesina mirada, solo negó con la cabeza y siguió hablando con mi padre.
.
.
.
-Buen día, profesor- salude entrando al aula. Deje mi mochila en mi banco y yo acerque hasta su escritorio.- ¿En qué puedo ofrecer mis servicios?
-¿Siempre eres tan servicial cuando te levantas temprano? Ya veo por qué no conocía esa faceta tuya- bromeo con una sonrisa ligera.- no hace falta que me llames profesor cuando no hay nadie. Solo Evans está bien.
-Bueno, si usted lo quiere así- le guiñe un ojo y él rió.
-Ayúdame a ordenar estos papeles, todo sobre el tema que estamos trabajando actualmente en una parte y el resto, por orden de tu interés.
-¿Tiene que dejar que elija los temas próximos? - Pude ver que su sonrisa significaba un sí.- Diablos, hombre, te ha ganado mi cariño.
Comencé a ordenar todos los papeles por el orden de importancia que yo creía justo, los siguientes temas serian de mis favoritos, sin duda.
-¿Cómo esta esta Aria?
Lo mire de soslayo.- Ella está muy bien. Esta mucho más feliz y radiante desde que sale contigo. Gracias por estar cuidando de ella tan bien.- asintió con sus orejas rojas por la vergüenza.- ¿Puedo pedirle un favor? No la lastime, porque si hay algo que odio es ver a mis amigas llorar.
-Nunca me atrevería a lastimar a Aria, ella es realmente importante para mí, no me imagino a otra persona a mi lado. Yo la amo.
Presione mis labios en una sonrisa. Esta pareja de cursis era demasiado para mi diabetes.- Me alegra oír eso, porque si llegaras a lastimarla, de cualquier forma, deberías prepararte para un buen castigo.
Se abrazó a si mismo fingiendo un escalofrió.
.
.
.
-Buenas- salude entrando a la veterinaria.
-May- sonrió cariñosamente Marlene.- Estoy muy feliz de que comiences a trabajar aquí. Ven, te enseñare un poco.
Me estuvo explicando los diferentes tipos de vacunas, todo eso estaba anotado en un cuaderno, que ella preparo especialmente, para que yo no olvidara nada y para que me fuera más fácil. Me hablo sobre lesiones y diferentes formas de tratarlas, como dar las vacunas, el horario de comida de los animales, sus horas del baño, etc.
-Tengo que ir a casa de una clienta a ver a su cachorro, ¿te parece quedarte aquí?
-Por supuesto, ve tranquila.- sonreí.
Fui a prepararme un café a la parte trasera del lugar. Allí estaba Wally y un chico rubio.
-May, ¿Cómo estás?- pregunto con una sonrisa.
-Bien, Marlene es una buena maestra.
-Oh, él es mi nuevo aprendiz.- el chico rubio se dio la vuelta. Cabello rubio, lentes, piel clara, jeans y una camisa celeste. Su estilo era algo diferente, formal pero no al extremo. Cuando se giró abrió sus ojos como si no creyera lo que ve.- Su nombre es Mark Sylver, espero se lleven bien, ahora que ambos serán aprendices aquí.
Extendí mi mano y él la acepto rápidamente, lucia algo nervioso. Era un poco tierno.- Amaya Hawk, estoy trabajando en la veterinaria, es un placer.
-Es un placer- saludo. Su voz se me hacía conocida, pero la de él era más gruesa y la de este chico no tanto.
Fui a preparar mi café, bajo la atenta mirada de aquel chico, Willy siguió explicándole con mucha emoción.
Volví a la parte de adelante y atendí a un par de clientes que vinieron a comprar cosas para sus mascotas.
.
.
.
-Nos vemos mañana- me despedí de Marlene y Wally. El chico rubio, Mark, había terminado una hora antes que yo y había salido súper disparado. Según ambos dueños, ese chico se había enamorado de mí a primera vista y como era tímido, huía. Estuve una buena hora riéndome de sus ocurrencias.
Subí a mi moto y maneje hasta casa.