Dante Castle
Cuando Sean me dijo que se había acostado con ella casi le quito la pistola a Marcie del cinturón y le disparo. ¡Es su maldita hermana, y lo sabe!
Nunca creí que ayer cuando me llevaron ante Jasper, el jefe de toda esta organización policial estaría entregando mi silencio para siempre. Me devora todo lo que sé y me trastorna. Tenerla delante sin poder decirle nada, sin poder gritarle que su amado amigo es su maldito hermano y que la engaña de formas mucho peores a la forma en que yo lo hice me lastima.
"Tu mayor miedo debería ser saber que no tengo miedo a lastimarte, ya no importas para mi y en cuanto salga por esta puerta querrás alejar tus sentimientos de mi porque seré lo peor que te haya pasado en la vida."
Esas palabras siguen pululando en mi mente, dando vueltas y más vueltas en mi cabeza. Ella no sabe que mi mayor miedo es lo mucho que la amo y lo prohibido que tengo el recuperarla.
La confesión de Jasper vino acompañada de demandas. Me dijo cosas que no sabía y que no pensé saber pero ahora me condicionan.
El padre de Sean, el supuesto padre de ambos además es justamente él, Jasper Archer, hermano del tipo que conoce ese tío como su padre. Un maestro del engaño que le robó la niña a su madre en el parque en el que murió, justo cuando descubrió que ella la había engañado con ambos hermanos.
Sean no sabe que llama papá al verdugo de su madre y que fue robado de los brazos del que ni siqu3ra reconoce como tío porque no sabe que quien considera su padre es hermano del policía que va detrás de ellos. Sé más de su vida de la que él mismo puede y no puedo decir nada. Solo me queda seguir con la maldita operación para conseguir meterlos a todos en la cárcel. Mis bancos se limpiará de clientes con nexos mafiosos y yo, nunca más podré ver a Camille a cambio de dejarla en libertad. Ese fue mi arreglo y ahora...ahora que la he tenido delante me ha dejado un hoyo en el pecho, un hoyo que no se cerrará hasta que la tenga de vuelta, pero no puedo. Ni siquiera sé por qué lo intento si no puedo tenerla.
—Lo que has hecho ya lo sabe Jasper Archer —me resuena la voz de Marcie.
Todavía estoy apoyado en el cristal de la ventana, intentando ralentizar mi respiración. Ella se ha ido con él, incluso él ha tenido la osadía de besarla para despistarme, maldito imbécil.
Siento pánico de que algo salga mal y ella sea quien quede lastimada. Tengo tanto miedo que casi puedo temblar.
—¿Qué ha dicho? —pregunto sin emoción alguna.
—Que no te pelees con su hijo —resoplo —. Si Sean se empeña en sacarte de la vida de su hermana va a mover montañas hasta que lo consigas, pondrás en peligro la operación y él terminará descubriendo todo.
–Y el señor tiene miedo de que el hijito descubra que van a por él ¿verdad? —el sarcasmo es casi palpable —. La encontraré así sea en otras vidas. Quiero a esa mujer y prometiste ayudarme. He guardado tu secreto sucio... tienes que ayudarme.
—No me amenaces, Dante —reclama con razón, estoy siendo un imbécil —. Voy a hacer todo lo que pueda por ustedes pero créeme que fácil, no es. Eso sin decirte que lo peor aún no lo sabes.
Ahora sí tiene toda mi atención. Si hay algo peor que esto tengo que saberlo. Necesito terminar de organizar mi reclamo sobre la vida de Camille pero si me surgen nuevos retos no sé cómo lo haré. Esto es más de lo previsto.
Solo de verla, oler su aliento, sentir esas caderas que amo en mis manos casi muero de emoción. No creo tener paciencia para esperar. Tenía pensado volver a hacerla mía, inventarle a l agencia que solo es parte del plan original pero si se complican las cosas y ella no cede será peor y Marcie no podrá ayudarme.
—Di ya lo que sea —exijo. Tengo que saberlo.
—El dueño de la empresa Australiana quiere cenar con Camille —se me atasca el aliento —. Vió los números que consiguió en solo dos días y pidió fotos de ella. Se ha obsesionado, Dante y es el jefe de la maldita mafia que buscamos, la mejor oportunidad para atraparle es esta y Jasper quiere hablar con ella, contarle cosas para que se venga a nuestro lado y atraparla pero ella nunca traicionará a Sean. Estamos en un punto muerto pero de todos los lados...se avecina un juego por el poder muy peligroso. No empeores las cosas hasta que no esté claro el rumbo. Quitarte del camino es más fácil de lo que crees.
—No tienes ni idea de lo que soy capaz de hacer por esa mujer y en toda mi vida había pensando una cosa así pero que alguien se atreva a detenerme o le mate directamente...la quiero Marcie, la quiero y no dejaré que me la quiten.
—Estás perdiendo la razón...demente total —suelta el sobre con fuerza en la mesa —. ¿Tú eres consciente de todas las cosas que estás haciendo por una mujer que no te quiere a su lado por mucho que te ame y que puede que sea solo una obsesión de niño malcriado al que nadie le ha dicho que no no nunca?
Sé que desde fuera es lo que puede parecer. Ella piensa que yo nunca me he hecho la misma pregunta pero la forma en que mi respiración cambia cuando está conmigo, la manera en que mi cuerpo le nota, mis labios le desean y mi mente le piensa no es normal.
Sí, he jodido lo que teníamos y todo es parte del mal plan de la maldita policía...si ellos hubieran hecho bien su trabajo me habría dado tiempo a casarme con ella antes de perderla, si es mi esposa estará a salvo de cualquiera. Sin embargo ahora tengo que tomar medidas drásticas porque no voy a perderla...no tengo esa opción.
—No tienes no idea de cuántas veces me hice esas preguntas —murmuro mirando mis propios pies —. No sabes como sufro de sentir que todo sería más fácil para mi si tan solo me alejara de ella y saliera de este absurdo proyecto que va a acabar matándome de un infarto pero ya no puedo, estoy en esto hasta el fondo y no veo la forma de salir.
—Pues piensa rápido porque mañana hay una fiesta para ejecutivos —alzo la vista instantáneamente —. Él estará allí para conocerla y proponerme una cena a solas y en el momento en que le confirme que es soltera la sabrá lista para ser suya y el gran dilema es que Sean, por mucho que la intente proteger, de él...no podrá hacerlo y lo sabe. Cuando su teléfono suene y Daxler le pida una cita con su hermana, entenderá perfectamente de qué se trata.
—Y, ¿Tú como sabes eso? —de repente me surge esa duda.
—Es mi ex marido, Dante —me quedo impávido —, el padre de mi primer hijo y sé de sobra cada movimiento que hace porque tengo mis propios métodos. Créeme cuando te digo que no soy la jefa de estos proyectos porque si, que la agencia no me tienda alfombras rojas por donde paso al azar y que mi currículo tiene mucho arbitraje. No soy común...y también soy la mejor en todo lo que hago. Protege a tu chica de Draxler, y hazlo rápido.
Semejante confesión no es para tomar a la ligera. De alguna forma tendré que hacer un trato con el único hombre que puede darme la llave para abrir el corazón de Camille otra vez y hacerlo lo suficientemente rápido antes de que las cosas se compliquen.
En esa fiesta ella ya tiene que haber vuelto a ser mía y si tengo que pisar una cola para hacerlo...sin duda lo haré.
—Dile Jasper que o me devuelve a mi mujer a mi manera o le cuento a su hijo la parte de la verdad que conozco...pon el manos libre.
Es ahora o nunca. El primer escaño es este, luego de tratar con el padre toca convencer al hijo y finalmente recuperar a mi mujer...y hacerla totalmente mía, quiera ella o no.
—Dante...Dante...Dante —la voz de Jasper es intimidante, lo reconozco —. Haz pasado la prueba, tienes mi visto bueno para tener de regreso a mi hija contigo —ahogo un resoplido —. Me encantará ver cómo saldrás del problema que tendrás cuando ella sepa todas las cosas que le ocultas...sin duda eres un yerno peculiar y tu carrera por ir contra las normas de tu suegro son refrescantes. Hasta la próxima.
Mis ojos viajan a la rubia delante de mi y solo puedo decir:
—¿Qué clase de laberinto es este en el que he metido?
—Un juego de poder, Castle...empezó mucho antes de que tu nacieras —suelto todo el aire contenido de golpe —. Quizás un día te lo cuente todo. Suerte con las pruebas del siguiente nivel.
Ella se va y yo me dejo caer en la silla que más rápido puedo alcanzar...voy a colpasar en cualquier momento.