Enseñame

Al llegar a la fiesta, me separe de Amanda para ir con Tom a una zona secreta de la discoteca, pasamos entre la gente, sin apenas dificultad, por muy pequeña que yo fuera, Tom era muy grande por lo que todos se apartaban de su camino al notarle. Llegamos a una puerta trasera, en la cual tras decir una contraseña, nos dejaron entrar para encontrarme con un enorme grupo de personas hormonadas que se preparaban para pegarse en un cuadrilátero. Estaba claro que él dinero, había ido a alguna parte porque lo que no había invertido en la decoración lo puso aquí. —¿Que mierda es esto?—le pregunte molesta. —Pensé que te iba a gustar—me dijo sin entender nada y sin dudarlo, le pegué un puñetazo en el estomago haciendo que se doblara de dolor. —¿A quien mierdas le puede gustar ver a idiotas pegarse?—le pregunte molesta. —Te gusta el boxeo—me recordó. Me quede callada, era verdad que me gustaban los deportes de contacto pero los que tenían seguridad, esto parecía de todo menos seguro y más viendo que las supuestas enfermeras iban enseñando más que los luchadores sin camisa. —¿Es legal?—le pregunte, cuando una luz en mi interior se ilumino. —Es todo complicado—me dijo y le mire. —¿Que has hecho?—le pregunte molesta. —He pedido dinero a quien no debía—me dijo y le mire. —¿Y esto es para pagarle—le pregunte sorprendida. Él suspiro y cerro la puerta. —No y si—me dijo y le mire—El banco no me daba el dinero porque estoy becado—me dijo y le mire. Tom era un alumno becado en la universidad de California, en la que estudiaba con Bianca y Amanda, Bianca estudiaba derecho, Amanda marketing y yo administración, todas estudiábamos para luego tomar las empresas de nuestras familias, aunque yo no lo iba ha hacer. —No se lo podía pedir a nadie que me conozca, sería vergonzoso—me dijo. —¿No harás esto para pedirme dinero?—le pregunte y él me miro. —No—me dijo y suspire aliviada—Pero necesito ayuda—añadió y le mire. —No le voy a pedir dinero a mis amigas—le avise y él negó. —Lo se—comento y le mire—No quiero su dinero—remarco y le mire. El dinero era dinero ¿no? —Y mi familia no invierte en bares—le dije y él asintió. Mi familia era dueña de una de las empresas de moda más importantes del país, solía invertir en muchas cosas, sobre todo galerías de arte pero bares y restaurantes era algo en lo que evitaban invertir, ya que opinaban que era algo que degeneraba a la gente. —¿A quien has pedido dinero?—le pregunte cuando se me ilumino la luz. —A la mafia irlandesa—me dijo y le mire. —¿Mafia?—le pregunte impresionada—Eso no existe—le dije él me miro. —Lo hace—me dijo y le mire—Yo no sabía que era un mafioso, hice este plan en clase de empresariales y él se intereso—me dijo y le mire. —¿Un mafioso estudia en nuestra universidad?—le pregunte impresionada—Bianca y Amanda van a flipar—dije. —No—grito y le mire—No les puedes decir nada—me dijo y le mire—Solo te lo cuento a ti porque te necesito pero no quiero que más gente se meta en esto—me dijo y asentí. No tenía secretos con mis amigas pero este era por otro amigo, espero que mereciera la pena. —Mi negocio es totalmente legal—añadió y le mire. —Esas peleas no lo parecen—le dije y suspiro. —Me daban el dinero, y yo me quedaba parte de las ganancias a cambio de tras un negocio legal esconder, sus negocios ilegales—me explico y le mire. —¿Negocios?—le pregunte sorprendida. —Aquí hacen peleas y carreras—me dijo y le mire—Todo este pabellón industrial es mio, bueno de ellos—dijo y le mire—Y al estar cerca del puerto, traen mercancía escondida entre mis materiales—añadió y le mire sorprendida. —Esto parece una película mala—me queje y pase mi mano por mi pelo desesperada—¿Como te has podido meter en esto?—le pregunte sorprendida. —No sabía que iba pasar esto—me dijo y le mire. —No tenías porque abrir este negocio—le regañe y él me miro. —Tú lo tienes fácil—me dijo y le mire—Cuando termines vas a tener un puesto en la empresa de tú familia, pero mi madre es camarera, cuando termine no tendré nada, solo deudas y necesito que deje de trabajar mil turnos—me contó y suspire. Por mucho que tuviera un apellido, mi destino no estaba lidiado a él, mi familia no me quería en el negocio familiar, según ellos tenía un carácter demasiado explosivo como para trabajar en una empresa de moda. —Vamos a dejar ese tema—le dije y él me miro—¿Que necesitas?—le pregunte y él me miro. —¿Sabes quien eso Peter Wilson?—me pregunto y le mire. Para no saberlo, Peter Wilson era el actual gerente de la empresa que era contraría a mi empresa, era todo lo que mis padres querían que yo fuera, responsable, educada, y bastante perfecto, y lo peor es que era majo. —Si—me limite a decir. —Esta invirtiendo en bares—me dijo y le mire. —¿Eso no deberías haberlo hecho antes de empezar el negocio?—le pregunte y él me miro. —Si pero quizás, pueda conseguir algo con él ahora—me dijo y le mire. —¿Y yo que pinto en eso?—le pregunte sorprendida. —Es imposible coger una cita con él—me dijo y le mire. —Repito—le dije y me miro—¿Y yo que pinto?—le pregunte. Él suspiro y me miro. —Va dar un curso de verano, sobre diseño de moda—me dijo y le mire—Si lo haces, te puedes acercar a él y hablarle de mi—me dijo y le mire. —¿Y por que no lo haces tú?—le pregunte. —Piden un carpeta de diseños, y un nivel—me dijo y le mire—Liana, eres la mejor en esto—me dijo y le mire. —No puedo—le dije y le mire—No es que no quiera, es que es la empresa enemiga a mi familia—le conté y él suspiro. Se apoyo en la pared y le mire. —Lo siento, enserio—le dije y él me miro. —¿Y si usas otro apellido?—me dijo y le mire—¿Te conocen?—me pregunto y le mire impresionada.< —No—le dije. —¿Puedes presentarte con otro nombre?—me pregunto. —Más te vale darle alcohol gratis todo el verano—le dije y él me abrazo. —Yo me encargo de todo, tú disfruta—me dijo y negué. En ese momento, mi movil empezó a sonar, me separe de él para mirar mi movil, y ver un mensaje de auxilio de Bianca, sin dudarlo con mis altos contactos, le envié un taxi para que la trajera aquí. —Planea lo que sea—le dije y le mire—Bianca tiene un problema y nos necesita—le dije y él me miro. —Ir a la parte de arriba, es más privado—me dijo y le mire. —¿No has pensado en hacer una zona vip?—le pregunte y él río. —Lo será—me dijo y le mire—Pero aún no la he terminado—me aviso. —Perfecto—le dije y bese su mejilla. Tras eso, me aleje de él para ir a buscar a Amanda, cosa que no me fue difícil porque la chica era demasiado alta y se la veía desde lejos.