Capitulo 2

2016 Words
Viernes.  Era viernes ¿Quién demonios empezaba un curso en viernes? Era la mayor locura que había conocido, el viernes la gente estaba pensando en el fin de semana, no estaba concentrada en el trabajo, la gente estaba en el modo descanso, no podía entender que loco había hecho esto. Pero no podía no ir  o hacerlo mal, Tom necesitaba mi ayuda, era mi mejor amigo y no podía fallarle. Por lo que aunque me doliera demasiado me levante de la cama, sabía que Amanda ya no estaba en casa, había salido temprano, para ir a la comida con su familia, por lo que tenía la casa para mi sola, cosa que amaba. Sin dudarlo, puse la música a todo el volumen y me metí en la ducha para darme una larga y relajante ducha, para prepararme para la despertarme y prepararme. Ni cinco minutos estuve en la ducha cuando alguien toco el timbre. —¿Quién demonios viene a molestar a las siete de la mañana?—me queje. Sali de la ducha, y me puse el albornoz para ir a la puerta. Cogí el telefonillo molesta. —¿Que?—pregunte molesta. —¿Estás lista?—me pregunto Tom. Lo iba a matar, juro con todo mi corazón que pienso arrancar la cabeza a ese chico. —¿Qué coño haces en mi casa a las siete de la mañana?—me queje. Tom río. —Son las diez y media, y en media hora empiezas el curso—me dijo. Me congele. Mire el reloj y efectivamente eran las diez y media, haciendo que todo cuadrara más. —Dame dos  minutos—dije. Colgué el telefonillo sin esperar respuesta de Tom, y me fui a mi habitación., donde me seque y me puse lo primero que cogí, unos vaqueros y una camiseta básica, por mucho que fuera a un curso de moda, la comodidad era lo que más importaba, íbamos a trabajar con telas y cosas pesadas, nos íbamos a manchar, no iba a estropear ropa, solo para impresionar. Por la misma regla, en lugar de ponerme unos tacones, que evitaran que la gente me molestara con mi altura, me puse unas zapatillas. Cogí mi bolso con todo lo necesario, bolis, colores y todo lo que necesitara, y salí de casa mientras me hacía una coleta.  Agradecí que Steven, el portero, no dejara subir a Tom y solo le dejara llamarme desde el telefonillo porque estaba deseando matarle, y esperaba que me trajera un café. Al bajar, vi a Tom fuera del edificio, esperándome, suspire. —¿Cuántos años voy a la cárcel si le mato?—le pregunte, bromeando obviamente, a Steven. —Si le atrapan, 25—me dijo y me reí. Llevaba años aquí por lo que Steven era ya un amigo, y era el único que seguía mis bromas. —Ten un buen día—le dije y salí del edificio. Nada más salir, Tom se acerco a mi y me dio un café. —Es un cappuccino con leche de avena y avellanas caramelizadas— me dijo y le mire. Mi café favorito. Se había ganado un punto para no ser asesinado. —Cuenta me tú plan—le dije tras dar un largo sorbo a mi café. Con una sonrisa, me abrió la puerta de su coche y me subí, dos segundos después el estaba en el asiento del piloto arrancando. —Atrás tienes una bolsa con pastelitos—me dijo y le mire. Darme comida, era otro punto a su favor, un enorme punto que le alegaba de su muerte. Estire mi cuerpo hacía atrás y cogí la bolsa para ponerme a comer algunos pastelitos con mi delicioso café, de tamaño extra grande. —¿Me vas a contar el plan?—le pregunte molesta. —Peter Wilson, será el que de el curso—me dijo y le mire. —Eso lo se—le dije molesta. Como hubiera venido media hora antes, interrumpiendo mi rutina de despertarme, juro matarlo sin importarme que me estuviera alimentando con mis cosas favoritas. —Tranquila—me dijo algo nervioso y suspire. Vamos a darme una segunda oportunidad, por el bien de mi salud mental y por no querer ir a la cárcel. —Cuenta me—le dije intentando mantener la calma. Me metí una galleta de chocolate a la boca y le mire, al estar masticando, no iba poder gritarle por lo que todo eran ventajas. —Es un curso de diseño y costura, por lo que he tenido que enviar algunos de tus diseños para que te acepten—me dijo y le mire. —¿Qué has hecho que?—le pregunte molesta cuando conseguí tragar la bola de comida. —Amanda me envío fotos de tus dibujos, y yo cogí los dos trajes que me cosiste, y los envié—me dijo y me lleve las manos a mi cabeza. Mis diseños, eran con las técnicas que había aprendido en mi familia, por lo que si era inteligente, seguramente, sabría quien era. Pánico, era lo único que podía sentir. —Te voy a matar—le dije mientras intentaba mantener la calma. —Tranquila—me dijo y le mire. —¿Tranquila? Solo mi familia hace los diseños como los dibujo, puede ser el fin de tu plan—me queje y él me miro un momento antes de volver a mirar a la carretera. —Te he creado una historia—me dijo y le mire—Supuse que podrían ver algo en ti que les recordara a tu familia, por lo que he dicho que tu madre era una de las costureras de la empresa y que tras su muerte no te ayudaron, y que tu sueño es diseñar—me dijo y me lleve las manos a la cabeza. —¿Qué locura es esa?—le pregunte molesta. —Una que se han creído, y en lugar de aceptarte en el curso de invierno, solo por j***r a tu familia te han aceptado en este, así que de nada—me dijo y le mire. —¿De nada? Estoy arriesgando mi salud mental por ti, imbécil—le grite. —Voy a ignorar tu enfado—me dijo sin perder la calma. Lo voy a matar, pienso darle un golpe en la cabeza y dar su cuerpo de comer a los cerdos de los abuelos de Amanda, esos cerdos comen mejor que yo pero espero que no les importe comer a un idiota. —Te he inscrito como Danna James—me dijo y le mire. En ocasiones no me esteraba cuando me llamaban por mi nombre, para ahora recordar que tenía otro, este plan no hacía más que crearme mil dudas. —¿Me puedo arrepentir?—le pregunte. —No—me dijo y le mire molesta, no era una pregunta ara que se negara, sino para que diera media vuelta y me dejara irme a dormir—He puesto los cinco mil dólares de la matricula—me dijo. ¿Cinco mil dólares? Pero que material nos iban a enseñar a usar, ¿con seda india? No entendía porque había que dar tanto dinero, solo en una matricula. —Vale—dije. No podía hacerle perder ese dinero, por lo que, iba ha hacer ese curso por mucho que me costará. Termine mi café y los pastelitos, justo a tiempo de que llegáramos al edificio Wilson. —Suerte—me dijo y le mire. —Ni un milagro me va poder ayudar—le dije y él me miro. Le deje el café vacío y la bolsa, en el asiento y salí del coche, y mire al edificio. —Yo puedo, soy una diosa—dije y respire hondo. Me coloque bien la ropa y entre al edificio, mientras en mi cabeza repetía que yo podía con esto, ya que era la mejor. —Señorita—me grito la mujer de la recepción. Me gire y me acerque a la recepción. —¿Qué necesita?—le pregunte mientras intentaba mantener la calma. —No puede ir por donde quiera—dijo ella, y la mire, la mujer era pelirroja pero según la luz era rubia, parecía joven pero estaba claro que rondaba los cuarenta. —Tengo cita—dije y ella me miro. —Nombre—me dijo. —Danna James—dije. Ella tecleo varias cosas en el ordenador. —Planta doce—me dijo. —Gracias—dije y sin dudarlo me subí al ascensor. Toque a la planta doce, y el ascensor rápidamente me llevo a la plan. Ahí pude ver a pocas personas, eran una doce, todas iban vestidas de formas demasiado llamativas y de formas que yo apostaba mi riñón a que así no iban a la calle. La gente tenía demasiadas ganas de hacer saber  a todo el mundo que diseñaba ropa, y eso no era cuestión de tener talento. —Los del curso, entrar—dijo una mujer, era alta y rubia, con ojos verdes. Estaba claro que no era Peter Wilson. Todos entramos a una sala, con mesas, era como una aula de clase, cada uno tenía una enorme mesa para trabajar.  Me senté en la que quedo libre, porque a diferencia de la gente, no creía que importara sentarse enfrente o detrás, la cosa era trabajar. Saque mi libreta y me senté. —Buenos días gente—saludo una voz masculina, ni me iba molestar en levantar mi cabeza—Hoy vamos ha hablar de tipos de trazos—dijo. Ahí si levante la cabeza, y vi a una persona que parecía rondar los treinta años, de pelo n***o y ojos verdes. Bufé. Tenía que estar de broma, porque eso no podía ser verdad, era lo básico y no podía estar diciendo enserio que era de eso de lo que íbamos a hablar. —¿Algún problema?—me pregunto el hombre. Mierda, bien empezaba el curso. Solo a mi me podía pasar estas cosas. —No importa—dije. No iba ganarme el odio del profesor, por mucho que quisiera. —Si no va ha decir nada productivo, no haga ruidos—me dijo. Le mire. Había cometido un enorme error al decirme eso, —Pues le voy a decir—dije y todos me miraron—Supuestamente aquí venimos entregando diseños, por dios, todos sabemos hacer trazos, además eso es algo personal—. El señor me miro sorprendido, seguramente no se esperaba que le respondiera pero no me conocía si creía que me iba callar cuando me había tocado las narices. —Kilian, ya sigo yo—dijo un chico pelirrojo entrando a la sala. —Claro señor Wilson—dijo el hombre y salió. A la persona que había respondido, no era Peter Wilson, una parte de mi se alivio pero otra de mi se torturo al ver que la persona que entro si lo era, y de que el condenado, era demasiado guapo. Tenía unos ojos verdes preciosos, quizás demasiados, su pelo rizado le quedaba perfecto y tenía pecas, ¿Por que tenía que ser guapo? Que se apiade de mi. —Tienes razón—me dijo y le mire—Los trazos son personales, pero quizás podamos compartir cosas para mejorar—me dijo y le mire—Por ejemplo bolígrafos que no traspasen—comento. Mierda, era majo. —Además, no creo que en viernes queráis empezar con mucho lio—dijo y le mire. —Pues no haber empezado en viernes—dije. Me salió solo, él me miro. —Yo no lo he decidido—me dijo—Pero estoy contigo, por ello, lo mejor es que hoy nos conozcamos y ya el lunes nos pongamos en serio—añadió. Era majo, y guapo ¿Por que mierdas mi familia le odiaba? Si fuera un idiota, un egocéntrico lo entendería pero es que era majo. —Por cierto, soy Peter Wilson—se presento. Este curso iba ser mejor de lo que había pensado.
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