Mildred soltó una risita nerviosa, como era posible que Demian ni recordara eso que ella decía.
—Ay, claro que sí lo recuerdas, Demian. Estábamos sentados bajo ese árbol —dijo, señalando un viejo árbol. —Me tomaste la mano y dijiste que nos casaríamos, que seríamos muy felices, y que tendríamos muchos hijos, fue tan dulce que ya muero porque todo eso se haga realidad.
Él guardó silencio unos segundos, luego su mirada demostró que había un poco de confusión.
—Ahora que lo mencionas, creo que ya lo recuerdo, pero lo que dije fue lo que sentía en ese momento.
Escucharlo decir que lo recordaba me hizo sentir totalmente herida, pero era normal, al final era lo que Mildred quería, traer a colisión su vida pasada.
—Bueno—dije con voz calmada, forzando una sonrisa. —Estoy segura de que, una
