Ha llegado el día del comercial, hoy al igual que la última vez llegaré más tarde a casa, así que le pedí a Rose si podía hacerle compañía a papá, aunque no es necesario que lo pida, ella siempre lo está acompañando.
Últimamente, va y viene mucho, ya que está muy preocupada por su hija, lo cual es normal, no es una situación nada fácil. Emily ha tenido más discusiones con su marido, al punto de que la relación se está volviendo insostenible, la pobre no sabe qué hacer, si fuera por ella lo dejaría, pero al estar sus hijos de por medio es más difícil tomar una decisión. Por supuesto que Rose también está muy mal, muy triste porque su hija pase por todo este calvario. Así que mi padre se ha vuelto una distracción de todo ese caos, acompañarlo es lo único que la mantiene con la mente ocupada para no pensar tanto en los problemas, además es una persona con la cual puede desahogarse, un hombre que ha pasado por una situación un tanto similar así que sabe dar buenos consejos.
Ale y yo llevamos un rato trabajando, desde el día en que vio a Rolands en el hospital ha estado muy contenta, ha quedado encantada con el trato que él le dio, pero sobre todo con el trato que tuvo con Jamie. No para de hablar de ello, haberlo visto la emocionó demasiado y encendió todas sus ilusiones, madre e hijo están fascinados. Por supuesto que como amiga estoy muy contenta por ellos, por verlos felices. Pero a pesar de que me pone muy contenta verla así, no puedo evitar tener miedo por ella. Creo que es lo que hace una verdadera amiga, preocuparse, ver las cosas que quizás ella no puede ver, abrir sus ojos y hacerla bajar un poquito de esa nube, porque es muy lindo volar, pero caer te destroza y cuanto más alto hayas subido, más fuerte será el golpe.
Estoy muy segura de que si hay una persona que merece un buen hombre es Ale, ella necesita a alguien que la quiera de verdad, alguien que la haga olvidar lo cruel que fue su ex. Pero no sé si Rolands sea ese hombre, los ricos no se fijan en chicas humildes como nosotras, no vivimos en una película, donde con solo verte se enamoran, te rescatan y viven felices para siempre. Ojalá esté equivocada porque Ale ya está muy ilusionada y no me gustaría ver esa ilusión romperse y transformarse en un corazón destrozado. Rolands parece un buen hombre, consciente de sus objetivos, un hombre que sabe lo que quiere, no parece del tipo que va por la vida jugando con las mujeres, demostrando su bolsillo para conquistarlas, él parece honesto. Además, Ale no es el tipo de chica que se deja deslumbrar por la fortuna, es una chica humilde, que cuando quiere algo lo consigue por sus propios medios. Si a ella le ha interesado Rolands no es por su dinero, si le interesa, si le gusta, es porque ha visto algo bueno en él, algo que quizás ninguna otra mujer pueda ver a simple vista.
—¿De verdad no puedes ir al comercial? Porque si lo necesitas el trabajo es tuyo— pregunté saliendo de mis pensamientos, no me siento bien por quitar una oportunidad que debería ser de ella.
—Gracias Shell, pero tengo una reunión en la escuela de Jamie, es importante y no puedo faltar— respondió mi amiga, por supuesto que lo relacionado con su hijo siempre tiene que ser primero.
No sé por qué, pero no siento ganas de ir al comercial, algo dentro de mí dice que no es una buena idea, que debería alejarme lo más que pueda de ese lugar. Nunca he sido una persona supersticiosa, pero en este momento siento que algo no anda bien, que tomar ese trabajo no será bueno. Probablemente, esto solo se deba a que me siento como si le hubiese quitado el puesto a Ale, aunque no es así, no le he quitado nada porque ella realmente no puede ir. Aun así, este sentimiento se debe a que me siento culpable, no me gusta remplazar a nadie.
No sé explicar qué es lo que me pasa, tengo una sensación en el pecho, es como si fuera un nudo que me impide respirar o pensar con claridad, un nudo que me dice «no vayas a ahí, no es una buena idea». Quizás solo sea ansiedad o nervios porque últimamente vivo con mucho estrés, quizás estoy muy paranoica debido todo el esfuerzo que vengo haciendo, debido a todas las peleas y al constante miedo de ser despedida, pues otra explicación lógica no encuentro. Sin importar qué sea, debo dejar de suponer tonterías e ir a ese comercial, es sabido cuánto necesito el dinero así que olvidaré ese nudo. No puedo permitir que este temor me paralice, nunca he sido una persona que se deje dominar por el miedo, siempre he sido valiente y he salido adelante, así que esta vez tampoco lo haré, tampoco me dejaré vencer, independientemente de lo que diga mi subconsciente.
Al igual que para el comercial en el que ya trabaje, fui a quitarme el uniforme y un auto nos esperaba fuera de la empresa a mí y a otras personas para llevarnos al estudio. El mismo edificio que aquella vez anterior, solo que ahora es en otro piso, un estudio diferente.
En esta ocasión el comercial es de un perfume masculino. Para su representación el estudio está diseñado como si fuera un boliche en el cual pronto se hará una fiesta, aún no me queda muy claro qué es lo que se va a hacer, pero bueno, supongo que ya me enteraré.
Hablando con algunas personas me han dicho que una parte de este comercial ha sido grabado hace unos días. La diferencia es que fue durante el día, y no en un estudio, sino que al aire libre. Fueron a un campo, donde el modelo principal fingía trabajar, pero todas las mañanas antes de comenzar con sus tareas se ponía este perfume, iba por su caballo, cabalgaba controlando las vacas, alimentaba a los animales, realizaba muchas tareas de esfuerzo físico en las cuales por supuesto sudaba como animal. Pero al final del día aparecían unas chicas y al acercarse a él sentían el aroma del perfume, lo cual hacía que ellas quedaran encantadas. Un verdadero cliché, pero como estudiante de marketing sé que estas cosas realmente funcionan para vender, los hombres salen corriendo a comprar este perfume para ver si les da el mismo resultado. Lo que no puedo negar es que no hay nada como un buen perfume para atraer a una mujer.
Todos comenzamos a acomodar los últimos detalles, poner comida en las mesas, controlar que la decoración esté perfecta, que todo esté en su lugar para que no surja ningún imprevisto que arruine la grabación. Estamos muy ocupados organizando hasta que llegó el señor Howland junto a tres hombres y una mujer, seguramente sean las mentes maestras detrás de este perfume. Estuvieron un momento hablando, discutiendo sobre los últimos detalles y esperando la llegada de los modelos. Por mientras fui a buscar unas cosas necesarias. Esta vez hay mucho más despliegue de personas comparado con el otro comercial en que estuve. Al empezar a volver con las cajas en la mano comencé a escuchar una discusión proveniente del estudio.
—¿Dónde rayos está Melina?— preguntó una mujer.
—Aún no ha llegado— respondió un hombre.
—Acaba de enviar un mensaje, no vendrá, dice que está enferma— mencionó otro hombre, lo supe por la diferencia en su voz.
—Cómo es posible que sea tan poco profesional y avisar a último momento— mencionó la mujer muy estresada.
—Qué haremos ahora, el plan está diseñado para una mujer como ella, ya está todo listo, no podemos suspender en este momento— agregó el hombre.
Al entrar al estudio con las cajas en mano una mujer comenzó a mirarme y de pronto a caminar hacia mí.
—Ella es perfecta— dijo la mujer parándose en frente de mí, en ese momento todos en el estudio comenzaron a mirarme, mientras yo me quedé parada sin entender nada, no sé por qué todos me observan de esta forma.
—La vestimos, peinamos, maquillamos y funcionará— dijo un hombre que también se paró a mi lado.
—No estoy entendiendo lo que pasa— dije incómoda, no me gusta que todos de pronto me observen de esta manera, además la idea que está pasando por su mente es ridícula.
—¡Oh querida! Ha llegado tu momento de salir en televisión, nos falta una modelo y tú la reemplazarás— mencionó la mujer con una gran sonrisa en su rostro y yo sigo sin entender por qué se le está pensado esta loca idea por la mente.
—Pero yo no soy modelo y no quiero hacerlo— respondí negando rotundamente, nunca en la vida se me habría ocurrido algo tan loco, de modelo no tengo un solo pelo, ni siquiera me parezco a ellas.
—¿quieres ser la responsable de que esté comercial no funcione y de que todas estas personas, incluida tú, hayan perdido su tiempo y no cobren un solo centavo?— insinúo el hombre que estaba a mi lado.
Al escucharlo lo miré sorprendida, no puedo creer que vaya a manipularme intentando hacer que me sienta culpable de algo que no está en mis manos, de algo en lo que no tengo nada que ver. Iba a responderle de manera un poco grosera, pero cuando apenas hice un gesto para abrir mi boca fui interrumpida.
—Hablemos en privado señorita Miller— dijo el señor Howland e hizo un gesto para que lo siguiera.
A regañadientes lo hice, no puedo creer lo que está sucediendo, toda mi vida he sido invisible y de pronto se les ocurre mirarme, pero para nada más y nada menos que participar en un comercial, donde es evidente que tan solo haría el ridículo, no tengo nada de experiencia, no sé manejarme delante de las cámaras, no sería capaz de hacer algo así.
—Lo siento señor Howland, pero no lo haré— dije cuando terminamos de caminar, decidí hablar primero antes de que comiencen sus intentos por convencerme.
—Te necesitamos, eres la única que tiene características similares a las de esa chica. Sin contar que serás recompensada, te pagaré el doble de lo establecido, tendrás la paga que reciben las modelos, cobrarás como una de ellas porque serás una de ellas—. Mientras lo escucho lo único en lo que puedo pensar es en que no quiero ser una de ellas, yo no me parezco a esas chicas en lo más mínimo y tampoco quiero parecerme, no soy así.
—De verdad crees que valgo tan poco como para dejarme comprar por dinero— respondí enfadada, sus insinuaciones me han molestado, es cierto que necesito el dinero, pero tampoco estoy tan desesperada como para dejarme comprar, no soy el tipo de chica que se vende por un precio, valgo más que eso.
—Me estás malinterpretando, no quiero comprarte, solo te estoy informando que tu trabajo será bien recompensado— agregó intentando cambiar las cosas. Sin embargo, siento que ha intentado sobornarme y que al ver mi actitud intenta retractarse, es que de este hombre puedo esperar cualquier cosa, pero nada bueno.
—Busque otra persona para recompensar, yo no estoy interesada— dije poniendo fin a esta ridiculez, Intente irme para acabar con esta absurda conversación, pero el señor Howland me lo impidió tomándome del brazo, haciendo que no pueda dar ni un solo paso para retirarme.
—Shelby, piensa en todas las personas que están aquí, que han dejado sus actividades, a sus familias para que este comercial sea posible. Tú puedes ayudarnos a que sea realizado, que el tiempo invertido hasta ahora no sea en vano— al decirme eso me miro a los ojos y por primera vez lo sentí sincero, por primera vez me conmovió con las palabras. Así que como una tonta estoy comenzando a considerarlo, a dejar que tenga una influencia en mí.
—No soy la persona indicada para esto, no sé cómo actuar, no podría hacerlo.
Pero la verdad es que aunque quisiera ayudar, soy incapaz de pararme frente a una cámara y hacer las cosas bien, no nací para eso, no es lo mío, no tengo tanto talento.
—Créeme cuando te digo que eres la única persona capaz de hacer esto, por favor Shelby todos te necesitamos, yo te necesito— al decir estas palabras me tomo de la mano y me miró directo a los ojos. Por un momento, no sé cómo lo hizo, pero logró ablandar mi duro corazón y me hizo tomar una decisión que pensé que jamás haría, no suelo cambiar de opinión, pero con sus ojos luciendo así de sinceros, en verdad me convenció.
—Está bien, lo haré, pero no me haré responsable por no hacerlo bien.
—Lo harás genial— respondió el señor Howland con una gran sonrisa.
Al cerrar la conversación me llevó con vestuaristas y maquilladores, todo un arsenal dedicándose a mí, entre dos mujeres comenzaron a maquillarme, nunca antes había tenido tantas personas pendientes de mí, de hecho nunca antes me había maquillado tanto, soy más de andar natural o con muy poco maquillaje. Cuando terminaron de maquillarme y peinarme me mire al espejo, debo decir que me gusta mucho, he quedado muy natural y eso es algo que me encanta.
Luego me llevaron a un camerino para que pudiera cambiarme, me entregaron una pollera muy corta, un top y unos tacos, cuando me dejaron sola mire la ropa asombrada, no puedo creer que haya aceptado vestirme de esa manera para salir en un comercial, en qué rayos estaba pensando cuando acepté. Pero bueno, ahora ya lo he hecho y debo cumplir con mi palabra. Me quité lo que traigo puesto y me puse lo que me entregaron. Al terminar de ponerme la ropa me miré al espejo y prácticamente no me reconozco, no suelo vestirme de esta manera, pero no puedo negar que me veo muy bien. Aunque siempre he sido invisible no ha sido por falta de belleza, tengo una linda figura, y tengo confianza en mí misma, los hombres por no mirarme se están perdiendo una gran mujer, aunque en este momento no quiero nada con nadie, pero de vez en cuando se puede ser un poco arrogante.
Di un suspiro y decidí salir del camerino, dónde una mujer me espera afuera y prácticamente me arrastró hasta el estudio. Al ingresar una vez más todos se voltearon a mirarme, en ese momento toda la confianza se esfumó, me sentí muy pequeña, muy diminuta y creó que mis mejillas se ruborizaron.
La primera mirada que noto delante de mí es la del señor Howland, está muy concentrado en mi presencia, mirándome fijamente, pero esta vez no supe descifrar lo que hay en sus ojos, admiración, deseo, es lo que pienso que sintió, pero no creo que eso sea posible. De todos modos, no puedo dejar de decir que mientras nos miramos fijamente, el mundo parece haberse detenido y él esbozó una radiante sonrisa, una sonrisa que se formó por mí y que supuse jamás ver, no después de todo lo que hemos peleado desde el día en que nos conocimos.
—Sabía que era perfecta— dijo la señora que me escogió para el comercial, me sonrió y me dio un golpe en la espalda.
Mientras los camarógrafos y los verdaderos modelos se organizan, una mujer llamada Sandy se puso a darme indicaciones sobre lo que debo hacer mientras grabamos. Mi papel por suerte es secundario, la escena es una fiesta, en un momento el modelo principal, Simon, se acercará a mí y bailáremos un momento, de verdad espero que mis dotes actorales no sean tan malos porque es algo que realmente me intimida.
Antes de comenzar a grabar me presentaron con Simon, para ser modelo no es tan guapo, tampoco está tan mal, pero a mi parecer no tiene nada que llame la atención, nada que pueda cautivar, solo una cara bonita, pero eso no es suficiente. Fue amable conmigo, pero hay algo en él que no logra convencerme, como si me diera mala espina, su actitud no llega a gustarme.
Pasados algunos minutos comenzó la grabación, empezó a sonar la música y me dejé llevar por ella, mi cuerpo comenzó a moverse como nunca antes, como si me hubiesen dicho exactamente lo que debo hacer y lo hubiera acatado de forma muy obediente, porque nunca antes en la vida me había movido así. Rodeada de mucha gente me sentí como si nadie me estuviera observando, baile al compás de la música como si mi vida dependiera de ello. De pronto llegó el momento en que Simon tuvo que acercarse a mí, me tomó de la cintura, puse mis manos en sus hombros y una cerca de su mejilla. Tal cual lo indicaron, lo miré seductoramente, bailamos juntos un momento, hasta que él siguió su camino, mientras tanto como si estuviera encantada tuve que quedar mirándolo, permanecí así unos minutos hasta que dijeron «corte» y terminó mi escena.
Me bajé del escenario y en ese momento volví a ser yo, fue un alivio haber pasado por ese momento de una vez, al final si fui capaz de hacerlo y no estuvo tan mal como pensaba.
—Lo has hecho increíblemente bien— susurró el señor Howland a mi oído, pero no dejó que le respondiera nada, simplemente continuó su camino.
Luego de la escena en que participe se grabó la última parte del comercial. Al finalizar dijeron la frase “Trabajando o en la fiesta, pero siempre listo para conquistar”.
Al terminar todos comenzaron a aplaudir, incluida yo, a pesar de lo que suponía no ha sido tan malo participar. Creo que no lo he hecho tan mal y desde ya me siento ansiosa por verlo, aunque esta vez no tendré el privilegio de hacerlo antes de toda la audiencia, Howland y yo nunca volveremos a llevarnos tan bien como para que pueda tener ese beneficio.
Todos se dirigieron por aperitivos, algunos decidieron irse a sus casas, pero a mí me pidieron si podía ir en busca de cajas para guardar algunas cosas importantes. El ascensor está ocupado así que he tenido que bajar por las escaleras para ir en busca de lo que me requirieron. De pronto, cuando llegue al descanso de la escalera unas manos me sujetaron y sin dejarme reaccionar me pusieron contra la pared. Por no saber qué pasa cerré los ojos, quise dar un grito, pero antes de que pueda hacerlo me taparon la boca, cuando estuve contra la pared decidí abrir los ojos y me lleve una gran sorpresa al ver que es Simon quien está delante de mí. Ahora entiendo por qué me daba tan mala espina.