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¿Con quién m@#$&! me casé?

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Blurb

Stella Cho se emborracha una noche en el cumpleaños número 24 de su mejor amigo Ismael Mo, totalmente ebria, entra a una habitación de hotel que no es la suya, y mira algo….algo que no debería de haber visto, un mercenario trabajando. ¿Él, la dejara vivir?, O, ¿La eliminará por su propio bien?. Todo se vuelve un completo enredo para Qiang Yang, el mercenario.

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Capítulo 1. -
Nota del autor : Esperó que disfruten esta historia tanto como yo. Y que al final de esta, no me odien, por favor, de ante mano gracias… :) ©Jazmin Flores. 2020 Reservados todos los derechos. No se permite la reproducción total o parcial de esta obra, ni su transmisión en cualquier forma o por cualquier medio (electrónico, mecánico, fotocopia, grabación u otros) sin autorización previa y por escrito del autor. La infracción de dichos derechos puede constituir un delito contra la propiedad intelectual. Tríada: Es un término genérico para designar a ciertas organizaciones criminales de origen chino, que tienen su base en Hong Kong, Taiwán y la China continental. Se dedican al tráfico ilegal de personas, la falsificación de tarjetas de crédito, los talleres clandestinos, la falsificación, venta y distribución de todo tipo de productos, la prostitución, las clínicas ilegales, muertes por encargo, etc. ▪️▪️▪️▪️▪️▪️▪️▪️▪️▪️▪️▪️▪️ ◾ Gallina turuleca◾ La noche estaba tranquila, no hacía frío, ni calor, era una excelente noche. Stella usaba un bonito vestido de cóctel de color púrpura, su cabello n***o y cortó le llegaba hasta los hombros, tenía un limpio maquillaje y unos labios color esmeralda muy hermosos. Stella era una joven agraciada, alta, delgada y de buena cuna, su padre poseía una empresa textil y le iba bastante bien, podía darse una vida de lujos y comodidades. Había vivido sin preocupaciones, aún así había decidido empezar a trabajar en Lingshe S. Un conglomerado muy influyente, trabajar ahí era todo un sueño, y se vería muy bien en su currículum. Ismael Mo era su mejor amigo de toda la vida, era su confidente, y el amor de su vida, un amor unilateral, también era hijo de un actor reconocido. Hoy celebraba su cumpleaños número 24 en el hotel Estrella, un hotel para gente acaudalada, en el salón del hotel se hacían reuniones importantes, y lo mejor era que podías tomar y luego ir a dormir sin ningún problema. Stella hizo su reservación en el piso 26 y le dieron la habitación 206, fue al salón y ahí estaban sus amigos de la universidad y también amigos de la oficina. Ismael trabajaba en el departamento de informática en el grupo Lingshe S. Era un tipo muy inteligente y también era guapo, era todo un sueño o al menos eso pensaba Stella. —Hola preciosa, ¿Por qué llegas tan tarde—Preguntó Ismael al ver a Stella quien recién llegaba. —Había un poco de tráfico, feliz cumpleaños—dijo Stella y le dio un pequeño presente. —Te dije que sin regalos. —Este es muy pequeño para contar como regalo— aclaró ella, Ismael sonrió y miró lo que había en la pequeña caja, eran unos gemelos para camisa, se sorprendió al verlos pues estos eran realmente costosos, eran los gemelos de diamante canario, costaban más de 4.2 millones de dólares. —Stella…muchas gracias, wow— Ismael Sonrió y no le importó si la gente lo miraba, abrazó a Stella haciéndola ponerse roja. Ismael era un joven muy carismático, él siempre había visto a Stella como a una hermana y nunca se había percatado de los sentimientos de ella. La noche transcurrió y Stella se divertía y bebía de esa burbujeante y exquisita champaña, con cada trago se sentía más y más alegre, fue al baño al sentirse un poco mareada y se miró al espejo, estaba hermosa, aunque su labial caro había desaparecido, tuvo que retocárselo y limpiarse un poco los ojos. Hizo un puchero y salió del baño, sintió una patada en el estómago al ver a Ismael besarse con Nikita Chen, regresó al baño y se quedó sentada en una taza mientras se sentía más y más mareada. «Nikita, esa bruja» , se sentía traicionada y estafada. Nikita era su rival de toda la vida e Ismael lo sabía, ¿Cómo pudo hacerle eso?, Hubiera sido mejor besar a un puerco, ¿Qué le había visto a esa tipa?, ella era tan… tan… fácil, ¿Por qué con ella?, había miles de mujeres y él escogió esa. Stella se levantó tambaleante y al salir ellos ya no estaban, se sintió aliviada y frustrada, un sentimiento nuevo para ella, tomó una copa de champagne más y se fue a su habitación totalmente ebria y despechada, todo daba vueltas y los botones del elevador eran muy confusos, ¿Cuál era su piso?, Ah si, piso 26 habitación 207. Estaba muy ebria, apenas y podía mantener sus ojos abiertos, además unas lágrimas le nublaban la vista. —Traidor— decía en voz alta y distorsionada. El elevador se abrió y Stella fue a su habitación, 204, 205…207, abrió la puerta y no se dio cuenta de que ni siquiera tuvo que meter la llave, entrecerró los ojos, todo estaba oscuro. ¿Por qué estaba tan oscuro?. Encendió la luz y se quedó mirando hacia la cama, un hombre estaba sobre…¿Qué era eso?, Stella estaba tan ebria que no notó lo que en verdad pasaba, ella creyó que había una pareja teniendo intimidad. —Perdón…me equivoqué— dijo Stella y salió de aquella habitación, que tonta había sido. —Maldita sea—dijo Qiang y apretó con más fuerza el cuello del hombre que estaba debajo de él, lo apretó hasta que escuchó un crujido y aquel tipo dejó de moverse. Salió en busca de la intrusa y no la miró por ningún lado, ¿Cómo pudo ser tan descuidado?, ¿Y como esa mujer se escondió tan rápido?, Tenía que ser una profesional. ¿Dónde se había metido?, ¿Quién la había mandado?, Qiang regresó a la habitación y continúo su trabajo, ya encontraría después a esa mujer, fuera quien fuera, no podía dejarla como un cabo suelto. Stella estaba tirada en el suelo alfombrado de su habitación, se quedó completamente inconsciente, nocaut. A la mañana siguiente despertó con un dolor de cabeza horrible, ¿Cómo una bebida tan deliciosa causaba un dolor tan atroz?. Su cuerpo dolía por qué no había dormido en su cama si no en el suelo, fue a tomar un baño y luego dejó la habitación del hotel para poder ir a su casa. Al salir de la habitación del hotel miró todo el alboroto en la habitación de a lado, había muchos hombres en traje que parecían preocupados, no parecían de la policía, Stella no le tomó mucha importancia y subió al elevador, dentro había un hombre sumamente guapo, alto y de muy buen cuerpo, ni muy delgado ni muy robusto, se veía muy carismático, pero al mismo tiempo se veía muy serio, era muy extraño. Stella y aquel hombre intercambiaron miradas y luego la puerta del elevador se cerró, el teléfono de Stella comenzó a sonar y lo contestó de inmediato. —Hola Lita— dijo Stella sin muchos ánimos, después de ver al amor de toda su vida besarse con esa gallina turuleca no podía estar feliz. —Hola hermosa, ¿Qué tal la fiesta?, ¿Ya le declaraste tu amor a Ismael?. —No me hables de él, ¿Sabes con quien se besó?, Con la bruja de Nikita. —¡¿Qué?!— Qiang, quien estaba en el mismo elevador que ella, tenía apretando su arma, si esa mujer decía algo le iba a volar la cabeza, aunque…no parecía más que una mujer común y corriente, tenía que llegar al fondo de la situación antes de que todo se saliera de control. De pronto Stella se puso a llorar de la nada, Qiang frunció el ceño y de algún modo esa joven le pareció muy… tierna, sus mejillas se sonrojaron y su nariz se puso roja. —Me voy a quedar solterona, tendré que conformarme con tener gatos en lugar de hijos—Stella jaló mocos y trató de limpiar sus lágrimas, pero solo lo empeoró. —Stella ¿De que mierda hablas?, Eres muy bonita, es más, vayamos a bailar esta noche eh, olvídate del idiota de Ismael, después le compraremos lentes para que vea bien a la clase de arpía a la que besó. —¿Bailar?— Preguntó Stella tratando de controlar los ríos que salían de sus ojos, —Esta bien vayamos— Qiang se relajó, era obvio que está mujer solo fue imprudente y tonta, pero aún así, si llegaba a decir algo de lo que vio, sería una amenaza, no podía dejarla vivir, «Lo lamento mucho mujer» —Disculpa…— Qiang salió de sus pensamientos y miró a Stella quien lo veía con seriedad. —¿Te parezco fea?, Mírame…mírame bien y se honesto— le ordenó la mujer y se paró muy cerca de él, Qiang era un hombre alto pero Stella no era bajita, aún así, apenas lo alcanzaba con sus tacones de 7 cm. Fue la primera vez que Qiang se sintió intimidado por la cercanía de una mujer, pero ¿Por qué?. Había tenido delante de él mujeres mucho más bellas y despampanantes, ¿Qué tenía está mortal de especial?. Qiang soltó su arma y la tomó de los hombros con gentileza para alejarla de él, «Bruja tentadora no caeré en tú trampa» pensó Qiang. —Señorita por favor, no sea imprudente, usted y yo no nos conocemos, tenga cuidado…el próximo hombre puede no ser tan gentil— Qiang salió del elevador y dejó a Stella con la boca abierta, ¿Qué trataba de decir ese tipo?, ¿Qué ella era una acosadora?, Stella se agarró la cabeza, «Aún debo estar ebria», en realidad ella era de ese modo, era tan… espontánea, y hacía lo primero que se le ocurría. Stella se sintió avergonzada, aquel hombre tenía razón, fue muy imprudente al hablarle así como así a un completo extraño, sintió ñañaras y salió del elevador, fue hasta su auto y no se percató del hombre que la seguía de cerca. Qiang sacó su arma y quitó el seguro, estaba listo para dispararle a esa mujer cuando: –¡Pip, pip, pip, pip, pip, pip, wiii, Wii Wii!– la alarma del auto de Stella empezó a sonar, y eso hizo que uno de los guardias del estacionamiento se asomara a ver qué pasaba. —Lo lamento, no encuentro mis llaves— dijo Stella al guardia mientras buscaba en su bolso, era un caos ahí dentro, tubo que sacar todo en el piso hasta que el manojo de llaves apareció, Stella apagó la alarma y sonrió avergonzada. —Lo siento— dijo mientras regresaba todo de nuevo a su bolso. Qiang solo la miraba como si ella fuera un animal exótico, esa chica era de esas que atraía los problemas, el guardia estaba ahí y no podría matarla, guardó su arma de nuevo y fue hasta su auto, ni bien lo había encendido cuando. –¡Crash!– «¿Qué carajos?». El guapo Qiang miró al frente y cerró los ojos guardando para si mismo las palabrotas en las que estaba pensando, esa mujer de nuevo. Stella había chocado el Lamborghini de Qiang, su auto ni siquiera estaba frente al de ella, ¿Cómo carajos hizo para chocarlo?. Esa mujer era realmente rápida a Qiang eso le quedó muy claro. Stella estaba en Shock, ¿Ese era un maldito Lamborghini?, ¿Había chocado un Lambo?. Estaba aferrada al volante, había confundido el freno con el acelerador y giró el volante, no había sido su intención. Qiang se bajó del auto muy molesto y examinó los daños, se frotó la cien y miró a la chica que parecía paralizada. —¿Se encuentra bien señor Yang?— Preguntó el guardia que estaba incrédulo ante la situación. —Si estoy bien— respondió Qiang, caminó hasta el otro auto y golpeó la ventanilla, pero la mujer no respondió, Qiang abrió la puerta y ella empezó a gritar. Stella pensó que aquel hombre era de esos que golpeaban a la gente cuando chocaban sus autos, no lo había escuchado cuando golpeó su ventanilla. —Tranquilízate, ¿Estas bien?, ¿Ocupas ir al hospital?— Preguntó el guapo caballero con un tono gentil, Stella dejó de gritar para poder empezar a llorar, ¿Por qué era tan estúpida?. Qiang puso los ojos en blanco y respiró hondo, ¿Acaso esta mujer era bipolar?. —Baja del auto, te ayudaré a moverlo– dijo Qiang. Stella estaba temblando y primero sacó su mano, Qiang frunció el ceño y no le quedó más que tomar su delicada mano y ayudarla a bajar, «¿De que planeta viene esta mujer?, ¿Vendrá con instructivo?». Qiang movió el auto a su lugar y salió de él, Stella lo miró y se aferró a su brazo, tenía que pedir piedad ahora o nunca. —Por favor no me demandes, pagaré los daños del auto… digo los gastos de los daños, pero por favor no seas malo, mira… —Stella le sopló en el rostro a Qiang, —No estoy ebria, vez, estoy sobria, solo soy un poco tonta, y me confundí es que tuve una noche terrible por fa…— Qiang le tapó la boca con la mano, tenía un rostro sombrío y el agarre de aquella chica y su cercanía mas que irritarlo solo lo estaban…excitando, y sentía que su cuerpo pronto iba a traicionarlo. —Por favor para— pidió Qiang y la hizo a un lado, —No ocupó que pagues nada, solo quédate quieta ahí un momento—ordenó Qiang. Stella asintió y miró al hombre subir a su auto y marcharse. ¿Qué?, ¿Se fue?, Stella miró el golpe en su propio auto y volvió a llorar, mi papá va a matarme…

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