Capítulo 2.-

2839 Words
◾Cuidándote el culo◾ —¿Dónde te habías metido?, ¿Y por qué traes esa cara?. —¿Qué quieres Huo?— Preguntó Qiang mientras caminaba a paso rápido. —El señor Wu quiere que cuides a su hija está noche—dijo Huo mientras le seguía el paso a Qiang. —Que se vaya a la mierda, puede poner a cualquiera a cuidar a esa mujer, tengo cosas más importantes que hacer. —Pues si, pero dice que no confía en nadie para cuidarla, así que quiere que tú la cuides— dijo Huo sintiéndose divertido de ver cómo Qiang se molestaba. Llegaron hasta una sala después de caminar por toda la casa de Deishi Wu, el líder de la tríada en Hong Kong. El señor Wu estaba sentado en un sofá y se asemejaba mucho a un rey, usaba un traje de color n***o y fumaba un puro, era un hombre robusto y con una cara inexpresiva, no era un hombre muy amable o agradable. —¿Por qué llegas hasta ahora?, te he estado buscando toda la noche—dijo el señor Wu con una voz muy masculina y gruesa, todo en él inspiraba temor. —¿A mí?, ¿No deberías de buscar a tu mujer?—. Qiang era el único hombre que se atrevía hablarle de ese modo, cualquier otro ya estuviera con una bala en la cabeza, o con un cuchillo enterrado en la garganta, pero el señor Wu sabía que Qiang era un perro sin dueño. Lo miró con cara seria y trató de no enojarse tan rápido. —Huo, retírate por favor tengo que hablar en privado con Qiang— —Si señor, aquí tiene lo que me pidió— dijo Huo y le entregó una carpeta negra, después de eso se marchó. —¿Es verdad que quieres que cuide a Lenlei?—Preguntó Qiang mientras tomaba asiento. —Si, saldrá con sus amigas está noche y necesito que la cuides, se ha vuelto muy imprudente. —Con todo respeto Deishi, si no quieres que se meta en problemas por qué no solo la encierras y listo. Deishi sonrió pues él ya había pensado en eso. —¿Recuerdas lo que pasó la última vez?— Qiang asintió y se recargó en el sofá, odiaba hacer el papel de niñero. —Bueno, pero no era de eso de lo que te quería hablar—Aclaró Deishi. —¿A no?. —Como sabes necesito un sucesor y Lenlei es mi única hija, ella jamás podría tomar el mando, quiero que te cases con ella. Qiang sonrió divertido. —Deishi ni tú mismo soportas a tu hija, ¿Cómo esperas que yo lo haga?. —No tienes que amarla— Deishi miró a Qiang y suspiró, —Te casarás con mi hija y punto— Qiang no se veía preocupado o intimidado, sonrió y sacó un cigarro de su bolsillo, sacó un encendedor del otro y dijo. —No me quieres como enemigo, ni como yerno Deishi, trabajo para ti, pero eso no significa que voy a dejar que me pongas a levantar excremento— El señor Deishi Wu estaba cambiando de color y solo gruñó, —¿Eso que mierda quiere decir?. —Quiere decir que no me casaré con ella— respondió Qiang mientras fumaba tranquilamente. —Entonces busca a alguien que sea lo suficientemente bueno para que se case con mi hija, y tampoco me quieres como enemigo Qiang, así que ve y hazlo ahora, y esta noche quiero que la cuides tú y Huo, si le pasa algo les voy arrancar el p… Mientras tanto Stella estaba con la cabeza agachada recibiendo los regaños de su padre por haber chocado su carro, no era para menos, ella sabía que se merecía eso. —¿Cuándo vas a madurar?, De seguro estabas ebria. —No papá, te lo juro que no lo estaba— aseguró Stella. Su padre la miró con severidad, —Pues eso es mucho peor, si sobria chocaste, ahora imagínate si llegas a conducir en estado de ebriedad, deberías de aprender de tu hermana victoria— Stella miró a su hermana quien sonreía con descaro al ver cómo la reprendían, si su padre supiera todo lo que Victoria en verdad hacía, segúramente la echaría de la casa y besaría los pies de Stella, quién era una santa en comparación a su hermana. —Pagaré yo misma la reparación del auto— dijo Stella para calmar los ánimos de su padre. —Pero por supuesto que sí lo harás jovencita, y en cuanto al auto, empieza a ahorrar para que te compres uno propio por qué no pienso prestarte el mío nunca más, ¿Entendido?. —Pero papá, esta noche tengo una cita con una amiga, ¿Dejarás que ande sola en las calles?. —Pues si tanto miedo tienes, no salgas— Stella hizo un puchero y se cruzó de brazos. “No salir, eso ni pensarlo”, se estaba arrepintiendo de gastar sus ahorros en el regalo que le hizo a Ismael, ahora era un a mujer despechada, y estafada. —Lita, tendrás que venir por mi, mi padre no me quiere prestar el auto— dijo Stella al teléfono mientras estaba en su habitación pintando sus uñas de un azul oscuro. —¿Y ahora que hiciste?—Preguntó Lita entre risas. —Choqué el auto, fue un accidente. — ¿Por qué no me sorprende?, Si no te has muerto de puro milagro, el ángel de tu guarda debe de estar sudando de tanto trabajar cuidándote el culo. —Si, lo sé, pero no fue cualquier auto, fue un Lambo, de un tipo guapo, le dije que yo pagaría los daños, pero no quiso, solo se fue, tal vez era un auto robado. —Stella… lo vez, tienes una maldita suerte, deberías de dar gracias de que no te metieron a prisión, y de que aun estas viva… Stella se rio y asintió, es que eso era verdad, en una ocasión cuando cruzó la calle un auto pasó rosándola, y la persona que venía a dos pasos de ella resultó atropellada, en otra ocasión ni apenas bajo de una escalera eléctrica, está se descompuso, y la persona detrás de ella se calló en ella…tenía tantas historias como esa, que si, era un verdadero milagro que aún siguiera respirando. —¿Bueno vendrás o no?— Preguntó Stella cambiando el tema. —Si claro que sí, paso por ti a las nueve. —Bien, aquí te espero—. ……....... Qiang tenía una cara seria mientras estaba en la sala de los Wu, estaba junto con Huo y otros dos hombres que tampoco se veían muy contentos, las risas de unas mujeres empezaron a romper la calma y la tranquilidad del lugar. Lenlei la hija de Deishi venía con tres de sus amigas. Lenlei era una joven de 22 años, era delgada, alta, con una cabellera oscura, y no había nacido siendo una chica agraciada, pero desde sus 17 se había echo cirugías plásticas que poco a poco le habían dado un rostro fino, una nariz perfilada, dobles parpados, aumento de senos y un buen trasero, así que si, Lenlei era una joven atractiva. Las cuatro mujeres pasaron de largo y subieron a una camioneta negra que estaba estacionada afuera de la casa, Qiang subió a un auto junto con Huo y condujeron detrás de aquella camioneta. Llegaron a uno de los clubs más concurridos de la zona turística, y los guardias en la puerta de aquel club apenas los vieron, los dejaron entrar de inmediato, todos conocían a la gente de Deishi, y en especial a Qiang, la gente que esperaba en la larga fila se quejó, no entendían los privilegios de esas personas. Adentro uno de los meseros los llevó hasta una mesa, donde las mujeres se sentaron y empezaron a pedir bebidas. Qiang estaba sentado sin ninguna emoción interior, ni exterior, nada en aquel lugar le agradaba. —Oye Qiang, ¿Por qué no te buscas una novia que te haga feliz?, mira nada mas la cara que tienes, parece que no coges desde hace un mes—dijo uno de los hombres que también habían ido a cuidar a la hija del jefe. —¿Una novia?, Eso solo es sinónimo de problemas, solo busca una mujer que te dé un buen sexo y listo—dijo Huo. Aquellos hombres reían mientras vigilaban y Qiang solo quería salir de aquel lugar infernal, la música era muy alta, y la gente cada vez era más y más, en su juventud Qiang se la vivía en los clubs y ya estaba asqueado de aquello, a sus 28 años, todo lo que quería era una ducha caliente, un buen libro, y dormir sin preocupaciones, pero a veces esas simples cosas eran demasiado pedir. Todos se pusieron alertas cuando dos hombres se acercaron a la mesa de las chicas. Qiang miró a uno de sus hombres y le hizo una seña, aquellos hombres fueron enviados lejos de aquel lugar, era mejor evitar problemas. La noche transcurrió sin incidentes, eran casi las dos de la madrugada cuando salieron del club cargando a cuatro mujeres totalmente fumigadas por todo el licor que habían ingerido, en el estacionamiento trataban de subirlas en la camioneta y una de ellas se empezó a poner muy cariñosa. —Pero que guapo eres…—dijo la ebria mujer y empezó a acariciar el rostro de Qiang, éste solo la tomó con gentileza y la obligó a entrar en la camioneta, ya había sido suficiente. —¡Ya te dije que no, suéltame! —. No muy a lo lejos en la oscuridad, se oía a una pareja que discutía. Lo que daba a entender, era que él quería tener intimidad y ella no quería. —Lo ves, las novias son sinónimo de problemas, y aparte tienes que rogarles para poder coger— dijo Huo mientras abría la puerta de su auto. Qiang no dijo nada y estaba por entrar al auto cuando escuchó la súplica de aquella mujer. —¡Por favor ayuda! —No se oía como una mujer sobria, se quedó pensando y se reprendió a si mismo, algo no lo dejó subir al auto e irse. —Vete, yo tomaré un taxi, llámame cuando lleguen a la casa de Deishi— ordenó Qiang y cerró la puerta. Huo se quedó con el ceño fruncido y solo lo miró caminar, no le tomó mucha importancia y se puso en marcha, de cualquier forma Qiang hacia lo que quería todo el tiempo, así que no había razón para cuestionarlo. —¡Basta…Ayuda…no!— ……….. Una hora antes.... Stella estaba bailando junto con Lita cuando un hombre muy guapo se les acercó, era un tipo muy amable, parecía de confianza. ’El lobo se viste de oveja', eso era algo que Stella iba a aprender. El tipo les invitó tragos y se turnaba para bailar con ambas, no había nada raro en él, solo era un tipo que quería divertirse, a simple vista se veía confiable. Mientras Stella y Lita estaban en la mesa platicando, él fue y les trajo unos tragos a los que les puso drogas. Después de una media hora la droga comenzó hacer efecto y el tipo no estaba solo, otro hombre se le sumó a la diversión y sacaron a las mujeres drogadas de aquel club. —Yo me voy a coger a esta, está muy buena— dijo uno de ellos mientras olía el cabello de Stella quien estaba confundida y se sentía muy, muy rara, no se sentía ella misma. —Vayamos al hotel— —No pagaré un maldito hotel como la última vez, solo métete al auto y date prisa en cogerte a esa, yo vigilaré— El hombre que sujetaba a la desmayada Lita entró al auto a regañadientes y cerró la puerta. Stella estaba consiente, pero se sentía como un animal al que acababan de sedar, se sentía tonta y aturdida. —No, sueltamé— murmuró ella al sentir el agarre de aquel hombre que acariciaba su cuerpo de un modo pervertido y para nada agradable. —Tranquila preciosa, solo estás soñando—dijo aquel hombre en su oído. Stella se quejó y trató de alejarlo, pero sus brazos parecían gelatina, flácidos y sin fuerzas, estaba a merced de ese asqueroso hombre. —Ya te dije que no, ¡sueltamé!—dijo Stella en un tono más severo, esto no estaba bien, no se sentía para nada bien, usó todas sus fuerzas y lo empujó un poco, pero aquel hombre regresó como una liga y se presionó contra ella. Aquel hombre tocó la ventanilla del auto. —Date prisa, a está perra no le hizo efecto— Stella al escuchar aquello entró en pánico, ¿Dónde estaba Lita?. Sus párpados pesaban, pero se rehusaba a cerrarlos, tenía que pelear y defenderse. —¡Por favor ayuda! —gritó Stella sin mucha potencia y sintió mucho asco cuando aquel hombre le puso una mano en la boca para callarla. Aquel hombre miró los carros que se iban del estacionamiento, y supo que en cualquier momento iban a ser descubiertos por lo que decidió tener sexo ahí mismo, no le importaba en lo más mínimo, solo quería penetrar a la bonita chica que tenía delante de él y quitarse lo caliente que estaba. —¡Basta…ayuda…no! —trató de gritar Stella al sentir que aquel hombre levantaba su vestido y trataba de bajarle la ropa interior, sintió su asquerosa mano en su v****a y dio un grito ahogado, apretó los ojos al saber lo que le iba a pasar y empezó a llorar, cuando de pronto una briza golpeó su rostro con un delicioso aroma en ella, sintió que la empujaron y luego se escuchó un gran golpe. El hombre que estaba adentro del auto con la inconsciente Lita debajo de él estaba por terminar, cuando el rostro de su amigo golpeó la ventanilla haciendo un gran estruendo, se incorporó de inmediato y bajó del auto con los pantalones abajo, se apresuró a subirlos y miró al hombre que sujetaba a una chica. —Oye imbécil— Qiang soltó a Stella y la recargó en el auto, sacó su arma y apuntó a la cabeza del tipo que acababa de llamarlo imbécil, Qiang era muchas cosas, pero un imbécil no era una de ellas. El tipo al ver el arma alzó los brazos y empezó a sudar frío. —Lo lamento amigo, solo estoy pasando el rato con mi novia. —Si claro, te entiendo—dijo Qiang y sonrió, hizo como que iba a bajar su arma, pero solo agarró vuelo y le pegó con ella en la cabeza haciendo que el tipo cayera al suelo inconsciente, miró adentro del auto y sintió mucha pena por la pobre mujer que estaba ahí. Miró a la chica que estaba recargada en el auto y que estaba totalmente ida, y sonrió al darse cuenta de quién era ella, —Tengo una duda contigo, ¿Buscas los problemas o los problemas te buscan a ti?—preguntó Qiang mientras la sujetaba para que no se cayera. Stella por supuesto no respondió. —Oye—. Qiang le dio unos golpes en sus mejillas para hacerla regresar en sí, pero Stella simplemente se quedó inconsciente. Qiang suspiró y subió a Stella al auto, a los dos tipos los subió en la cajuela y se quitó el abrigo para ponerlo sobre Lita, subió al auto y sacó su teléfono. Él sabía que Stella Cho vivía con sus padres, la había investigado y sabía todo sobre ella. Llevarla en ese estado a su casa no era una opción, llevarlas a un hotel tampoco, así que solo le quedaba un lugar, su departamento, al llegar, primero subió a Lita y luego fue por Stella, mientras iba en el elevador Stella despertó y se aferró de su cuello. —¿Eres mi ángel guardián?— preguntó Stella con voz torpe. —Soy todo menos un ángel— respondió Qiang. Stella recargó su cabeza en el hombro de Qiang y su cálido aliento golpeó su cuello haciéndolo sentir un escalofrío, que más que incómodo, fue placentero, ¿Por qué ella lo ponía de esa manera?. Nunca en su vida una mujer lo había logrado excitar tan rápido y con tan poco, eso le hizo preguntarse si necesitaba una mujer y liberar su tensión s****l, tal vez sólo era eso. Bajó del elevador y la llevó a su departamento, la recostó en un sofá ya que la cama estaba ocupada por Lita, no pudo evitar mirar sus bonitas piernas, tenía un cuerpo realmente atractivo, de inmediato miró hacia otro lado, y borró esos pensamientos tan impropios de él, fue por una manta y la tapó. —¿Quién diablos eres mujer?— pregunto Qiang y fue al baño a tomar una ducha fría…. 〰️Continuará 〰️
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