La vida cambia
Ross Boulfour
Estoy en un bar y la música retumba por todo en lugar, creo que si, definitivamente es lo que necesitaba para olvidar la jodida vida que he estado pasando, creo que esto es una terrible pesadilla que no quiere acabar, donde esta mi pequeña de por medio.
Yo no se en que estaba pensando cuando me metí con esa mujer, de mente vacía, sin sentimientos, no es capaz de sentir nada por nadie, ni por Sophi que salió de ella.
Muchos dicen que el amor de madre sobrepasa cualquier cosa, pero en este caso es totalmente lo contrario, soy yo el que la ama, el que daría mi vida por mi pequeña, el que se quedó con ella.
Si, así como lo dije, el que se quedó con ella, porque la desgraciada de su madre se fue y nos dejó, no le importó Sophi, no miró atrás y lo que más me dolió de todo esto fue lo que dijo antes de marcharse “me voy con alguien que si me dará todo lo que le pida. No como tú que te la pasas trabajando y traes a la casa una tontería”. Me dio justo en el ego, pero le demostraré, que fue un grave error hacer eso, y que llegaré donde me lo proponga. Porque si, fui ascendido a gerente general, y ese día se lo iba a comentar, pero agradezco que se haya revelado de una vez, porque yo no estaré con alguien así de interesada.
La verdad es que aunque ahora me duele, más adelante sabré que me hizo un favor, ni mi hija ni yo merecemos migajas de amor. Merecemos mas, alguien que esté allí sin condiciones, sin problemas y sin que nos digan que nos cambian por unos billetes.
Pobre el imbécil que se la llevó, no sabe que solo la mantendrá a su lado mientras le de lujos, pero si en algún momento llegara a terminársele todo, lo dejarán solo como a nosotros.
Llevo como 4 tragos, y la verdad es que yo no soy de beber, pero creo que lo necesitaba para hacerle frente a toda esta situación. Lo que más me jode es que cuando llegue a la casa, mi pequeña me preguntará por su mamá, ¿que se supone que deba decirle? ¿Que su mama se fue de viaje para no regresar? ¿que no la vera más? Porque algo si me dejo muy en claro y es que no piensa volver porque el sugar daddy que se encontró le daría todo lo que ella necesita.
—señor, aquí tiene su otro trago.
Una rubia de pechos grandes me trae la siguiente bebida y no ha parado de moverme sus pestañas, se lo que quiere, pero la verdad es que no estoy de humor, y más ahora que mi ego está por los suelos.
Al tomar el vaso que me extiende con su mano, me da un leve roce con sus dedos de manera consciente, alzo la mirada y me guiña un ojo. Me aflojo la corbata y vuelvo mi vista al trago llevándolo a mis labios para beberlo de una sola vez, creo que me tomaré un último y seguiré con mi camino.
Al ordenarlo, la chica se queda mirándome
—primera vez que te veo por acá guapo.
La observo y si es muy linda, ojos azules, cabello rubio y largo, con curvas pronunciadas, pero apenas estoy saliendo de una ruptura, o mejor dicho abandono, y estoy furioso con el autoestima por los suelos.
—primera vez que vengo, quizás es por eso.
Se acerca y se inclina hacia mi desde la barra dejando ver su escote que pondría a cualquiera a babear
—¿mal día?
—oye, no quiero ser grosero, pero la verdad no estoy de humor. Me acaban de dejar por un imbécil y lo que menos quiero ahora es hablar de ello.
Se que Alcé un poco la voz, pero quiero dejar en claro que no quiero hablar de mis problemas.
—esta bien— alza las manos en señal de paz —no entiendo como alguien pudo dejar a semejante hombre como tú, pero ¿sabes qué? Yo te puedo quitar ese humor del carajo, ven, acompañáme.
Rodea la barra y mira a una chica morena que esta alli —Karla, cúbreme unos minutos— se vuelve hacia mi nuevamente —te aseguro que te quitaré ese mal humor.
Lo pienso unos segundos ¿por que no? Mi orgullo de hombre esta herido, quiero demostrar que puedo dar buen momento, y que si aquella mujer me dejó fue porque quiso y es alguien que no vale la pena, y no porque yo no le pueda dar tan buenos placeres como el idiota con el que se fue.
Me dejo llevar por ella y llegamos a la parte de atrás del lugar, donde hay una pequeña habitación, ella camina de la mano conmigo y me mira sobre su hombro dándome una perfecta sonrisa.
—este es el lugar donde tomo mis descansos, pero no te preocupes, eres el primero en venir.
***
Negocios
Ross Boulfour
Llego a casa y miro mi reloj, son las 3 am y por suerte la niñera no me abandonó, está con nosotros desde que nació Sophi, recuerdo que Alondra cuando quedó embarazada, me dijo que desde que naciera mi hija ella quería a alguien que la ayudara, y conocimos a la niñera, que venía con buenas referencias de la casa de unos amigos que ya no la necesitaban, por eso no dudé y resultó ser como otra madre para mi pequeña, la ha cuidado desde entonces; la enseñó a ir al baño, a dar sus primeros pasos, incluso la ayudó con sus primeras palabras. Nunca he tenido quejas de ella, es una mujer súper paciente y amorosa, creo que seria mejor como una abuela consentidora.
—señor, pensé que no llegaría hoy. La niña se portó muy bien como siempre, pero al dormir me preguntó por ustedes dos. Le dije que salieron, pero el resto se lo encargo a usted. No se que querrá decirle.
Baja la cabeza triste y sé a lo que se refiere, ella está al tanto de todo, años con nosotros y sabe el mas mínimo detalle de esta familia.
—no se preocupe Wendy, yo me encargo de ello. Gracias por haberse quedado, necesitaba un respiro. ¿cree que mañana pueda irse como a la 1 después de almorzar? Luego tómese el día libre.
—por supuesto, no se preocupe. Y entiendo todo señor. Espero que todo mejore para ustedes, se merecen lo mejor de todo
—gracias.
Sigo hasta mi habitación y cierro la puerta. Al menos esa camarera me hizo sentir bien, y me subió el autoestima.
Me acuesto con todo y ropa y mañana veré que hacer. Cierro mis ojos porque mis párpados pesan y siento que caigo en el profundo sueño.
Al día siguiente me levanto como era de esperarse, con una resaca enorme. Siento que la cabeza me explotará en cualquier momento, por lo que me levanto al cajón de medicinas y tomo unas aspirinas para el dolor, se que me ayudará un poco
Me voy al baño y decido tomar una ducha y asearme, me coloco mi ropa deportiva y bajo las escaleras
—¡Papi!
Mi pequeña princesa corre con sus brazos extendidos para abrazarme.
—Hola princesa, ¿Cómo estas? ¿Cómo dormiste?
—Bien. Anoche los esperé a Mami y a ti, pero me dormí. ¿mami aun duerme?
Me quedo mirándola y pensando que decirle realmente, no quiero que suene duro o verla llorar, por lo que opto por una mentira mientras ella pueda comprenderlo mejor.
—nena, mamá se fue de viaje por un tiempo, pero esperemos que regrese pronto.
Ella en su inocencia me da una dulce sonrisa y asiente, para regresarse donde está Wendy que le cepillaba el cabello. La niñera me mira con ojos de lástima, cosa que detesto, pero no estoy para entablar conversaciones de ese tema y menos delante de Sophi.
Sigo a la cocina donde una de las empleadas de la casa me tiene preparado el desayuno, como en silencio mientras reviso desde mi móvil el Email de la empresa que me asignaron para saber mis próximas reuniones.
Hay un correo con asunto importante y no dudo en abrirlo, es un informe donde me envían las candidatas a secretarias que quedaron en la pre-selección, debo decidir entre todas a la que mas se amolde en el puesto.
Son 10 en total que debo entrevistar, pero ahora no me meteré con eso, esperaré llegar a la empresa y allí si me enfocaré.
Termino mi desayuno y escucho los pasos de mi pequeña corriendo, siento unas manitos que me envuelven en la cintura y enseguida una sonrisa se me dibuja en el rostro
—¿quieres ir a pasear hoy?
—¡Si papi!
Veo la emoción en su rostro y se me ilumina la cara, pienso que no tuvo suerte con la madre que le tocó, pero yo seré su apoyo y trataré de que esa felicidad no se vaya de ella.