bc

Ángel de la seducción, ¿Un para siempre?

book_age18+
968
FOLLOW
6.8K
READ
love-triangle
friends to lovers
confident
sweet
bxg
like
intro-logo
Blurb

Secuela de Él ángel de la seducción.

Luego del juicio, Mateo y Juliette consolidan su relación, ya no son aquellos chicos que arrancaban del amor, ahora los dos tienen un futuro brillante, pero a veces no todo es perfecto, ¿Será su amor tan fuerte para soportar todas las adversidades que se les pongan en el camino?, ¿Podrán tener su propio "para siempre"?

Descúbrelo en esta segunda parte

chap-preview
Free preview
Un juicio y una Boda
Hoy era el último día de juicio, habíamos hecho todas las diligencias, Antonia, Stefan y yo, descubrimos que a Mateo le habían dado una droga que casi lo mato, solo medio gramo más y él habría muerto. Cuando escuche a la perito forense decir eso eso, me tuve que afirmar de algo, habían sido tan irresponsables por una tontera como el querer separarnos que por poco lo matan, no me imaginaba que hubiera pasado de ser así, y tampoco quería saberlo. A Emma le saldría más pesado, tendría cargos por violación, uso de drogas y distribución de imágenes intimas, eran varios años. En cambio Thomas solo iba con el cargo de cómplice, que eran la mitad de los años de Emma, pero ese solo cargo le habría jodido la vida para siempre, nadie contrataría a un médico con antecedentes penales. No me daba ni una pizca de pena, es más, estaba feliz, habían intentado separarme de Mateo, y podrían haberle hecho un daño aún más grande. Por suerte mi hombre era fuerte y cada mañana que veía su sonrisa al despertar era una inyección de energía a  mi vida. Me estaba colocando un poco de labial de color Vino Matte cuando Mateo salió del baño vestido con su terno, le quedaba perfecto y se veía muy guapo. Camino hacía a él, Mateo pone sus manos en mi cintura y me aprieta contra él, yo en cambio le arreglo un poco la corbata que estaba un poco caída. —¡Te ves hermosa! —dice dándome un beso, que bueno para él que el labio duraba cuarenta y ocho horas, aunque con tantos besos que Mateo me daba, lo pondremos a prueba. —Te ves muy guapo también, bebé —digo, él asiente sonriendo. —Lo sé —dice, yo me río y ruedo los ojos. —Ahí esta don modesto —digo, él niega. —Es la realidad nena —. Él estaba bien, luego de aquel día en mi casa, estuvimos juntos toda la tarde, acostados en mi cama, mientras yo le acariciaba el cabello y él me decía incontables veces que me amaba, pero yo solo podía pensar en una cosa, quería matar a Emma, y bueno luego cuando supe que casi lo habían matado fue peor. “Íbamos caminando con Mateo, estábamos en el campus, Max me había enviado un mensaje diciendo que Emma estaba en el gimnasio con Thomas, me hirvió el cuerpo entero, estaba como si nada la maldita, ahora no se escaparía de mí como otras veces, iba a tener su merecido. —Nene, ¿me esperas aquí con Stefan? , voy al baño —digo, él asiente, Stefan me mira, sabe que tramo algo pero si se lo digo me dirá que no lo haga, hoy voy a jugarme mi vida entera, pero lo haré por él. Camino hacia el baño que esta en el gimnasio y dentro en un cubículo, Max que era mi informante me avisaba de cada movimiento de Emma. “Va al baño” Sonrío, no sabe lo que le espera, hoy va a ser primera vez que perderé toda sororidad con una mujer, ella no se lo merece, pero se va a merecer todo lo que le pase de ahora en adelante. Solo habían pasado unos dos días desde el video, y por fin la encontré. —¡Que gusto poder encontrarte, Emma! —digo saliendo del cubículo, ella me mira sorprendida—. ¡No sabes las ganas que tenía de verte! —  —¿ Y que tal estás con Mateo?  —me pregunta sonriendo, yo le sonrío. —Mejor que nunca, y todo gracias a ti —digo, ella me mira confundida. —¿Qué?, ¿Acaso no viste el video? —yo río y me muevo hacia la puerta obstruyéndole la salida. —Si lo vi, claro debiste habérmelo enviado con el audio, pero cuando lo escuche, lo único que sentí fue pena, por tu patética vida, Mateo pensaba que era yo mientras te lo hacía, ¿acaso eso te hacía sentir  bien? —le pregunto, ella retrocede, su cara es todo un poema. —No dijo en ningún momento tu nombre, perra, gemía el mío —dice, yo me largo a reír, saco mi celular del bolsillo y le doy play al video, la voz de Mateo resuena por todo el baño, diciendo de sus hermosos labios mi nombre. —Claro que sí, y que lástima nena, enserio, que fuiste tan imbécil como enviarle todo el plan a Thomas, o acaso no te dijo que perdió su celular —ella me mira, está blanca. Camina rápidamente hacía mi intentando salir pero la agarro del pelo y la estampo contra la pared—. Ups, ¿fue el sonido de una nariz rota? —  —¡Suéltame! —dice llorando, yo niego, me acerco a su oído. —Te dije aquel día perra, que no me conocías, creo que me pusiste demasiado a prueba, esto no se va a quedar así, ten  por seguro que tu estúpido jueguito tendrá las peores consecuencias de tu vida, y no será solo una nariz rota —dicho esto la suelto de golpe, ella me mira asustada, tiene la cara y nariz llena de sangre, sonrío y guardo mi celular—. Le dices a alguien de esto, y te mato con mis propias manos, créeme, soy capaz —le digo guiñándole un ojo. Salgo del baño sonriendo, esa perra no sabe lo que se le avecina, pero lo veré en primera línea.” Recuerdo con una sonrisa aquel día, cuando me vio en el juzgado aquel día le guiñe un ojo, le dije que no se metiera conmigo y lo hizo igual. —Bueno, Stefan me aviso que ya están todos allá, solo faltamos nosotros —le digo, él asiente y me mira. —¿Crees que los condenarán? —pregunta, yo asiento. —Estoy segura de ello, pagarán y te aseguro que será el máximo de la pena, estuvieron a punto de matarte nene, ¿Qué habría hecho yo sin ti? —le pregunto, él sonríe y me besa. —No se ni siquiera que hiciste todo este tiempo sin mí —yo suelto una carcajada. —Ya vamos don modesto —digo empujándolo hacia la salida. Cuando llegamos, hay bastantes medios de comunicación, por más que intentamos hacer intimo el caso, fue imposible, entramos al juzgado y nos alejamos de las cámaras, están atentas al primer caso de violación a un hombre, son tan estúpidos que creen que es primera vez que algo así ocurre, no puedo creer que estos medios tan ignorantes informen a la población, ya sabemos que vuelve a una ciudad ignorante. —El juez ya llego, estamos esperando que entre —nos dice Stefan, yo asiento y me doy vuelta hacia Mateo, lo beso. —Estaré atrás tuyo, nene —le digo, él asiente. —Lo sé, mi amor —dice devolviéndome el beso. Veo a caminar a Mateo hacia donde esta Antonia sentada, se le ve ligeramente nervioso, pero lo ha hecho muy bien, con Stefan nos sentamos detrás de ambos, a los segundos entra el juez y seguido de él, Emma y Thomas, sus caras son un poema, están asustados, es obvio, hay muchas posibilidades de que vayan a la cárcel, Emma nos mira pero luego mueve la cara. Miro hacia las bancas que están detrás de los acusados, el padre de Thomas está sentado mirando hacia abajo. Cuando supo todo esto pensó que mi mamá iba a terminar con él, Mateo y yo estábamos presente y se puso a llorar, me conmovió, de todos modos él no tenía la culpa de que su hijo fuera un psicópata, mi mamá lo iba hacer, por el daño que nos había provocado pero tuve que hacerle entender que eso no era culpa de Andrés, que a veces los padres solo conocen una faceta de sus hijos. No lo dejo, no debía hacerlo, sabía que ella era feliz con él, y no quería que Thomas siguiera haciéndonos daño. Toda la sala esta en silencio cuando el juez abre el micrófono. —Respecto de las pruebas presentadas, y las audiencias tenidas, me he tomado el gran trabajo de analizar cada uno de los cargos impuestos, las pruebas de los querellantes serán aceptas y en virtud de esto es que ambos acusados, según lo que la ley me permite aplicar, los considero culpables de los cargos en su contra, Emma Miranda, se condena a diez años y un día, por su participación e ideación de este delito, en calidad de autor, sin beneficio a libertad condicional, Thomas Santana, condenado a cinco años y un día por su calidad de cómplice en el delito, obligado a pagar una indemnización al señor Mateo Santa Cruz de cinco millones, en el plazo de un año —dice el juez, veo a Emma llorando, a Thomas con la mirada baja, miro a su padre, está llorando ya no solo, mi madre está a su lado sobándole la espalda, topamos miradas y me sonríe con tristeza, sé que está dividida, feliz por Mateo y triste por su novio. Yo en cambio estoy conforme con el resultado, era de todos modos lo que Antonia pidió, Mateo se da vuelta a mirarme y me sonríe, yo le guiño un ojo. Por fin después de todo este tiempo habíamos obtenido justicia. Ellos no volverían a dañar a nadie más, o por lo menos no en el tiempo que estuvieran en la cárcel, espero aprendan. —La señorita Emma Miranda será llevada a la cárcel de mujeres hoy a las cinco de la tarde, Thomas Santana será llevado de inmediato a la cárcel de la ciudad, sin más que decir doy por terminada esta audiencia —dice el juez, una vez que los guardias sacan a los dos, el juez sale, yo me levanto  y me acerco a Mateo, lo abrazo fuerte, él esconde su cara en mi cuello. —Te lo dije nene —digo, él asiente. —Lo dijiste — —¿Qué les parece si lo vamos a celebrar? —dice Stefan abrazando a Mateo, él asiente. —¿Pizza? —me pregunta, yo asiento. —Lo que tú quieras comer —digo, Mateo me da un beso en la frente. —A ti —yo lo miro coqueta. —Vamos a comer pizza, y luego puedo ser tu postre —susurro en su oído, él me aprieta más hacia él. —Que ganas de empezar por el postre —dice, yo asiento mordiéndome el labio.  El sexo siempre era grandioso, la tensión s****l entre ambos no desaparecía, es más, parecía aumentar, era algo que me encantaba de nuestra relación. Tomo su mano. —Bueno, nos vamos nosotros, los esperamos en la pizzería —digo, todos asienten, pasamos donde mi mamá a despedirnos, ello abraza a Mateo y para mi sorpresa Andrés también. —Creo que me faltaran años para pedirte perdón, Mateo, eres un buen chico y estoy muy apenado por lo que paso, entenderé si no quieres volver a hablarme… —dice, pero Mateo lo frena. —La culpa no es suya, usted no debe pedirme disculpas, y claro que le seguiré hablando, me cae muy bien, me da tristeza que tenga que pasar por esto pero era algo que se tenía que hacer, casi me mataron —dice, Andrés le sonríe. —Muchas gracias —ambos se dan un abrazo, yo me despido de mi madre y salgo con Mateo tomado de la mano, en este tiempo me había aprendido el lugar casi de memoria, así que bajamos al estacionamiento pero lo metí al baño que esta justo sobre el. Era un baño individual así que le pongo el pestillo, Mateo sonríe pero ataca mis labios con pasión, sube sus manos por mis piernas hasta subir mi vestido. —¡Qué rico postre! —dice besando mi cuello, yo me muerdo el labio para no gemir, sus dedos ágiles hacen estragos en mi cuerpo, más bien en mi zona baja, Mateo agarra mis piernas y me sube al lavado, baja su cabeza a mi intimidad y cuando siento su lengua en mi clítoris apoyo la cabeza en el espejo cerrando los ojos, cuando estoy en lo mejor, de un momento a otro Mateo se levanta, lo miro confundida pero él sonríe mientras me besa haciéndome probar mi sabor. Se baja el cierre, se coloca el condón y me penetra fuerte y rápido como a ambos nos gusta, nuestros jadeos se hacen presente, la sensación es exquisita, más el morbo de ser descubiertos. Las embestidas son rápidas, Mateo pega su frente en la mía—. ¡Mírame! —exige, lo miro, nuestras miradas son intensas y cuando ambos llegamos al mismo tiempo y cerramos los ojos la conexión es intensa. Sonrío, ambos intentamos volver nuestras respiraciones a tope. —Debes irnos, se preguntarán donde estamos —digo riendo, él asiente, sale de mí, yo me arreglo un poco y mojo mi cara, tengo las mejillas rojas, Mateo se saca el condón, le hace un nudo y lo bota. —Te ves tan hermosa después que te lo hago —dice, yo levanto una ceja, y él continua—. Bueno siempre, pero me encanta  ver esa carita, sé que yo la provoque — Yo ruedo los ojos, una vez que estamos listos, salimos tomados de la mano en dirección a la pizzería. —Creí que ya estarían aquí, ¿será que se estaban comiendo el postre, antes del plato principal? —dice Max cuando llegamos, ya todos estábamos ahí y ríen con las palabras de Max. —Nos descubriste —digo, él me mira sorprendido. —¡Son unos malditos ninfómanos! —dice, Mateo y yo reímos, quizás lo somos. Pedimos las pizzas y entre risas y conversamos disfrutamos. —Chicos, yo les agradezco todo lo que han hecho por nosotros, por Mateo, por ayudarlo y apoyarlo, son los mejores —digo, todos asienten sonriendo, Mateo se aclara la garganta. —No se imaginan lo agradecido que estoy, me rodeo de personas increíbles, me han apoyado en este proceso, que en algunos momentos ha sido bastante incomodo, también le doy las gracias a Juli —dice dándose vuelta a mirarme—. Que feliz estoy de haberte conocido, de que seas mi novia, eres una mujer excepcional, y te amo, haré siempre lo posible por  hacerte feliz —dicho se acerca a mí y me besa, los chicos en la mesa dan gritos y aplauden, ambos nos reímos.                                                                                                  ~~~ Hoy era el gran día, Amparo y Stefan se casaban, ya habíamos salido de vacaciones, todos aprobando, habíamos ensayado bastante, estaba muy feliz por mis amigos. —¡Hoy será de locos! —dice Mateo, yo asiento, estábamos tomando desayuno, teníamos que estar a las doce del día, yo en casa de Amparo y Mateo en casa de Stefan, porque ya saben, no podían ver a la novia antes, nunca entendí eso pero bueno, no era mi boda. —Lo sé, Vania hace días anda bastante histérica, aunque la entiendo, es la boda de su mejor amiga  —digo, él asiente. —Si, Stefan me llamo anoche, y estaba bastante nervioso — —Van a dar un paso demasiado importante, un papel los obligará a estar juntos toda la vida —digo, él me mira. —¿No quieres casarte nunca?  —pregunta, yo me encojo de hombros. —No necesito un papel que me diga que puedo convivir con una persona, es solo eso, un papel —digo, él asiento. —Bueno, en eso si estoy de acuerdo, creo que muchas personas creen que eso los hace amarse de verdad, como una prueba de amor —dice, yo asiento. —Exacto, no necesito un papel que me diga que te amo, o que me haga estar contigo —digo, él me mira sonriendo. —¿Piensas en mi en un “para siempre”? —pregunta, yo me encojo de hombros. —No creo en los “para siempre”, prefiero vivir el día a día —digo, él asiente. —Sabes que te amo, ¿verdad? — —Lo sé nene, yo también te amo —digo dándole un beso, dejo las cosas en la lavaplatos y lo lavo—. Iré a bañarme, son las once ya y estoy segura que Vania en nada comenzará a explotar mi celular en llamadas —digo riendo, él asiente, Mateo ya se había bañado, nos turnábamos en preparar el desayuno y hoy me tocaba a mí. Comienzo a caminar y siento un golpe en el trasero, yo lo miro sonriendo, él se encoge de hombros. —No puedo evitar hacerlo cuando veo ese redondo trasero —dice, yo ruedo los ojos divertida. Entro a la ducha a bañarme, el agua caliente relaja todos mis músculos, ya era invierno, temporada de frío y lluvias, los vestidos eran descotados pero se habían encargado de la calefacción en la iglesia y en la fiesta, aunque luego ya nos cambiábamos de ropa. Ayer con Max y Mateo habíamos ido al gym, y Mateo me hizo entrenar como una bestia, por lo que ahora me dolía todo mi cuerpo, y ah, sumémosle la dosis diaria de sexo. Sonrío al recordar, todavía se siente como si fuera la primera vez.  Cuando salgo de la ducha, Mateo esta arreglándose la corbata, se acerca a mí y me da un beso. —Nos vemos después preciosa —se despide, yo asiento. —Nos vemos guapo —digo oliendo su perfume—. ¡Que ganas de haber tenido un mañanero! —digo, él ríe. —Anoche tuvimos mucha dosis y despertamos tarde, pero prepárate nena, en la noche nos toca — —Nos toca siempre, amor —digo, antes nunca pensé que le diría “amor” a algún hombre, en un gesto de cariño, pero se siente tan natural decirlo, decírselo a él.  —Me encanta cuando me dices amor —dice, yo asiento. —Lo sé —  —Bueno me voy —dice, yo asiento, me da un último beso y se va. Mi celular comienza a sonar, es Vania. —Ya voy —respondo y corto. Me visto rápido, el vestido esta en la casa de Amparo, quedamos en que todas nos arreglaríamos ahí, incluido Max. —¡Por fin llegas! —dice Vania cuando me abre la puerta, yo ruedo los ojos. —Es muy temprano —digo, ella rueda los ojos. —Uno debe estar preparada para cualquier inconveniente —dice, yo asiento. —Bueno sí — Camino hacia la sala, hay varias chicas con muchas cajas de maquillaje, habíamos contrato entre todas unas estilistas, trabajo en equipo. —¿Dónde está Amparo? —pregunta Vania, Romina apunta hacia arriba. —Aún no sale de la ducha creo —dice, Vania mira hacia arriba. —¡Amparo, baja de una vez! —le grita, yo rio y me tiro en el sillón al lado de Max. —¡Ya voy! —grita Amparo de vuelta. —Bueno, ¿Quién va primero? —pregunta una de las chicas. —¡Yo!—dice Vesta, ella como siempre bella, ni siquiera necesita maquillaje                                                            Amparo baja, esta vestida con ropa cómoda, nos sonríe nerviosa. —Hola chicos — —Hola guapa —digo, Vania la sienta en una de las sillas para que la peinen y la maquillen.                                 —¡Te ves bellísima! —digo, Amparo esta enfundada en su vestido de novia, con corte de sirena y un largo velo, se ve bellísima. Ella me sonríe tímida. —¡Gracias chicas! —dice. Nosotras ya estábamos vestidas, un vestido con corte en la pierna, apretado de arriba y suelto desde las caderas, color vino. Me había gustado mucho cuando Vania nos lo había mostrado como sugerencia. —¡Es hora de irnos bebé! —le dice Vania, ella asiente. Ambas salieron, el padre de Stefan la iba a escoltar por la iglesia hasta Stefan y el altar, Stefan definitivamente quedaría loco cuando la viera. Nosotras nos fuimos en mi Jeep, como era tradición Amparo daría algunas vueltas antes de llegar a la iglesia pero nosotras teníamos que llegar ya, y estar listas para entrar, teniendo en cuenta que íbamos primero. Cuando llegamos me estaciono cerca de la iglesia, por suerte aún quedaban algunos espacios, entramos a la iglesia que estaba bastante temperada, comparada con el aire frío de afuera, yo me había puesto un chaquetón n***o para apaciguar un poco. Caminamos hacia los chicos, diviso a Mateo conversando con Evan, tan guapo como siempre, sentía que deslumbraba frente a los demás, un adonis, se da vuelta a mirarme cuando Evan nos señala, yo me saco el chaquetón y él me mira de arriba a abajo sonriendo, camina hacía mí y me toma de la cintura. —¡Que ganas de faltarle el respeto a esta iglesia contigo! —me susurra, yo río. —Bueno, empecemos —dice Vania, la música comienza a sonar, yo le doy mi chaqueta a Ricardo, que quedo a cargo de guardarlas, tomo de brazo a Mateo y nos colocamos en la fila. —¡Eres la más hermosa aquí! —dice Mateo, yo sonrío con ternura. —Te amo — Caminamos al son de la música, por un momento me siento como Mateo y yo fuéramos los novios, pero luego quito ese pensamiento, es solo que el momento es un poco contagioso. Miro a Stefan, su cara cambia al ver  a Amparo, la mira embobado, y se limpia al parecer algunas lagrimas al verla, yo sonrío mirando  Mateo, nos colocamos a un lado de cada uno, nosotras al lado de Amparo y ellos al lado de Stefan. —Acepto —dicen Ambos, el sacerdote asiente sonriendo. —Bueno, los declaro marido y mujer, que lo que Dios unió, no lo separé el hombre, puede besar a la novia —dice, Stefan levanta el velo y besa a Amparo, su beso lo único que transmite es amor, y eso lo puede ver cualquier, Mateo me guiña un ojo y yo le sonrío, pienso en todo lo que lo amo, y eso me hace abrir una pequeña posibilidad de pasar por este momento juntos, pero la pregunta es ¿tendremos un para siempre?   

editor-pick
Dreame-Editor's pick

bc

Mi Mafioso Compulsivo

read
338.1K
bc

Mi Amor Prohibido

read
302.8K
bc

Al otro lado de la calle

read
44.9K
bc

Juego Perverso

read
516.9K
bc

Entre los brazos del jefe

read
133.7K
bc

Tras tus Huellas

read
35.7K
bc

La Princesa de la Mafia

read
173.0K

Scan code to download app

download_iosApp Store
google icon
Google Play
Facebook