Pov: Clementine Reed.
—Le diré a la señora…
—Su esposa —interrumpo.
¿Es su esposa o no? Me cae pesada por sus reglas y ahora porque come carne de calidad.
¡Ya basta, Clementine!
—Mi esposa… así es. Le informaré que rompe las reglas, deambula por la noche a horas indecentes, con vestimenta indebida y en los pasillos oscuros manteniendo conversación con quien no debe —advierte aún sin soltarme.
Mi respiración está completamente descontrolada. No quiero que lo note.
Me aparto estirando mi brazo así deja de sostenerme. Lo hace suave, aun así, es como si el calor de su mano hubiera traspasado mi sudadera y dejado una quemadura sobre mi piel.
—Primero, no llega a ser medianoche. Segundo, no visto indecente —reclamo, indignada.
Su mirada viaja por mi cuerpo deteniéndose en mis pierna
